El genio de la matemática Pascal afirmó que ‘dos por dos son cuatro, guste o no, a Dios’. Con esto quiero decir, que así como la naturaleza la rige leyes generales, así mismo, el desarrollo de la sociedad está regido por sus propias leyes. Una de las leyes fundamentales que rige a la sociedad dividida en clases, se refiere a la apropiación histórica de los recursos naturales por una clase minoritaria, a través de la explotación de una clase mayoritaria.
Los analistas del gobierno bolivariano desconocen estas leyes de la sociedad. Ellos tratan de convencer al pueblo venezolano sobre la coexistencia sin contradicciones, en un régimen democrático, de programas de carácter ‘socialista’ con los planes de producción capitalista y, para ello, proponen la tesis del ‘socialismo del siglo XXI’, que sería el modelo de esta convivencia.
Todo lo contrario, la realidad económica mundial nos demuestra que esta tesis es falsa. El desarrollo económico nacional, en este marco dual, no es posible, dado que, la economía mundial es controlada por las grandes corporaciones transnacionales. Dicha estructura económica mundial –es decir, el capitalismo imperialista- no da margen para que las economías nacionales se desarrollen. Para ello, el capitalismo imperialista mantiene el coloniaje a través de métodos muy violentos - invasiones, genocidios, golpes de estado, etc.- para apropiarse de los recursos naturales de los países colonizados e impedir la independencia económica y política. Esto, nos permite afirmar que hasta tanto no se rompa con el capitalismo seguiremos siendo un país dependiente. En otras palabras, hasta tanto no se nacionalice las palancas que mantienen el modo capitalista de producción, no seremos libres y estaremos sujetos permanentemente a los zarpazos del imperialismo y sus lacayos. Como ejemplo, tenemos el ataque feroz contra el hermano país de Bolivia y la amenaza permanente contra Venezuela.
Asimismo, podemos decir que la esencia de la clase política del capitalismo no es democrática, es contraria a la supervivencia de la humanidad porque sus principios de acción son la expresión del sistema capitalista, el cual es esclavizante, depredador, egoísta, autoritario.
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