Una para Nixon Moreno y otra para Vivanco

Nixon Moreno pareciera estar consciente de que el título chimbo que le
regalaron después de catorce años de fracasos en la Universidad de los
Andes no le servirá de mucho para obtener empleo. Pocos se aventurarían a
contratar a un individuo con los antecedentes de este maleante; sobre
todo después que hizo pública la inmoral decisión del Rector de la ULA de
graduarlo sólo como estrategia política.

Existe, sin embargo, una oportunidad para el sujeto de marras y todo
parece indicar que sus protectores están dispuestos a brindársela. Nixon
pudiera convertirse (con una equivalencia) en un “párroco ejemplar” de la
iglesia católica.

Ya por lo menos no tiene que demostrar que siempre actuará a favor de
quienes tienen el poder económico, lo que sumado a su irresponsabilidad,
desprecio por el trabajo e innegables cualidades como violador, lo
convierten en un perfecto candidato para empezar a dar misas en cualquier
lugar importante del país o del planeta.

Por lo pronto el Vaticano (después de una consulta con el Espíritu Santo)
lo ha protegido con un asilo y suponemos esperará por dos o tres
violaciones a niños antes de asignarle una parroquia.

No hay duda de que a ese expediente que ya contiene intento de asesinato
y conspiración, Nixon continuará sumándole méritos, hasta convertirse en
un digno discípulo de Baltazar Porras, Roberto Lüquet y el difunto
Cardenal Velazco.

Vivanco es otro que suma afectos dentro del escualidismo venezolano. Su
pasado como colaborador de una de las dictaduras más sanguinarias del
continente, no parecía suficiente para contar con la admiración de
aquellos que se babean por Bush y vibran de emoción con los discursos de
Manuel Rosales.

A pensar de que Vivanco siempre caía por estos lados en medio de las
campañas electorales para expresar su total respaldo a las ya viejas y
desgastadas acusaciones de una oposición que tiene menos ideas que
futuro, los admiradores del filósofo del Zulia no terminaban de
tragarlo; sobre todo después que el año pasado se vio obligado a declarar
que en Venezuela existía plena libertad de expresión.

Pero Vivanco se reivindica y suma apoyos. Al mismo tiempo que se produce
la masacre de El Porvenir en Bolivia, donde se estima que más de cien
campesinos fueron asesinados. Al mismo tiempo que doscientas personas
son arrestadas en St. Paul (EE.UU) por protestar, de esa forma boba
como lo hacen los gringos (sentadas), contra la convención del Partido
Republicano. Casi simultáneamente con el procesamiento judicial de
decenas parlamentarios colombianos por su vinculación con los asesinatos
cometidos por los paramilitares de Uribe. Al mismo tiempo que los gringos
se cagan en los derechos humanos en Guantánamo. Al mismo tiempo que los
mapuches y los estudiantes chilenos son reprimidos salvajemente y al
mismo tiempo que el gobierno de Alan García abandona a su suerte a las
víctimas de un terremoto; Vivanco se dedica a escribir un libro de casi
trescientas páginas para afirmar que a los inocentes saboteadores de
PDVSA los botaron por que estaban ejerciendo su derecho a huelga y que en
los medios de comunicación hombres como el matacuras, viejas como Nitú,
maricas como Miguelito y parejitas simpáticas como la de Grado 33 no
pueden expresar sus ideas.

Uno que es más inocente de lo que parece, termina por preguntarse ¿será
de esto que vive el señor Vivanco? ¿Será que es mas vivianco que vivanco?
Por último ¿sabían ustedes que este asistente de Pinochet es ciudadano
norteamericano por nacionalización?

arellanoa@pdvsa.com


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Alexis Arellano


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