"no basta titularse vanguardia, destacamento avanzado: es preciso también obrar de suerte que todos los demás destacamentos vean y estén obligados a reconocer que marchamos a la cabeza". Lenín
Es de asombrarse que cuando el pueblo venezolano realiza heroicos esfuerzos por llevar adelante le revolución bolivariana, asumiendo el gran reto que la historia le ha impuesto de rescatar la esperanza perdida, después de la caída del socialismo soviético. Cuando a cada llamado de ocupar una trinchera de lucha echo por el máximo líder del proceso, acude sin dilación a ocupar su puesto de batalla, enfrentando a un poderoso y bestial enemigo, que no da tregua, que posee todo tipo armas y recursos inagotable; los movimiento y partidos tradicionales de la izquierda se empeñen en seguir divorciados del pueblo para el cual se supone existen.
No bastan ochenta años de derrotas y saltos al vació, siguen sin entender el idioma del pueblo, cavando cada vez mas hondo el hoyo de su fracaso, pero lo peor no es que sean instrumentos ciegos de su propia destrucción", sino que concientes o no de su propia torpeza empujan el proceso al abismo infinito de su caída.
La causa primordial de su ceguera es la falta de fe en la fuerza telúrica del pueblo venezolano, aun creen que el pueblo revolucionario es una especie de "eunuco político" que no sabe lo que hace, aspiran a "dirigir algún día" a esta clase de "manumisos" y realizar "algún día" "la revolución verdadera, la perfecta".
Por eso no se acogieron con desprendimiento y conciencia de clase al llamado a la formación del partido UNIDO de la revolución realizado por el Comandante Hugo Chávez. No, no podían acudir a ese llamado, ¿Cómo, convertirnos en "cola de león"?, ni soñando, somos "la cabeza del ratón".
Desde dentro del Partido Unido de la revolución habrían enriquecido la discusión, pudieron adelantar inmensos trabajos con la clase obrera, campesina y con el movimiento estudiantil, pudieron realizar valiosas aportes a la doctrina revolucionaria y a la formación ideológica.
Tenían que dar la batalla de las ideas, sostener debates, discutir, en un universo dialéctico muy dinámico, pero esto no les servía, es preferible el dulce y cómodo coto donde nadie contradice lo que pienso y hago.
Escogieron soñar y seguir viviendo en la ilusión: "tomar algún día el poder" y "realizar la verdadera revolución socialista", mientras tanto vamos a ver si podemos "agarrar unos carguitos", "una que otra alcaldía", "quizás pesquemos algo en el rió revuelto" "mientras tomamos el poder en el año 3.300.
No quisieron medirse en elecciones primarias internas del COLECTIVO REVOLUCIONARIO, ni siquiera asomaron un candidato, menospreciaron al pueblo revolucionario organizado (cerca de 3 millones de camaradas rodilla en tierra) y luego vinieron con el truco de hacer valer candidaturas por "acuerdos" con las alianzas amigas.
No quieren ser llamados traidores ni contra revolucionarios pero se comportan como tales. Nadie los está echando, se ensartan solo en la estaca, cuando prefieren apoyar a los Manuitt en contra de Hugo Chávez por ejemplo. ¡Quédense con Manuitt!, pero, no se auto proclamen CHAVISTAS, por ejemplo.
Saboteen el enorme esfuerzo del pueblo revolucionario y su comandante por desalojar del poder al fascismo en TODAS LAS GOBERNACIONES Y ALCALDÍAS, pero, NO SE LLAMEN CHAVISTAS.
Porque esta revolución BOLIVARIANA, EL CAMINO VENEZOLANO AL SOCIALISMO, ES CHAVISTA DUELALE A QUIEN LE DUELA Y ARRECHESE QUIEN SE ARRECHE.
La huella de Chávez en la historia de Venezuela y América ya es imborrable.