Hace poco más de un año, cuando aún los dirigentes de Podemos se calificaban como militantes de esta revolución, escribimos una nota donde decíamos textualmente lo siguiente: “Dios quiera que estemos equivocados, pero nos parece ver a los dirigentes de Podemos comenzar a transitar el camino que conduce a RCTV, a Globovisión y a la Plaza Altamira.
No serán estos los últimos en recular. Está claro que en la medida en que se profundice la práctica socialista, se irá produciendo la migración a la derecha de aquellos que creyeron que la revolución no era más que el cambio de unos privilegiados por otros... Eso sí, tengan por seguro que el pueblo no los seguirá”
Hoy no pudimos evitar recordar esa nota. Muy temprano vimos a José Albornoz en Globovisión, intentando recorrer el camino que ya desandó Ismael García. De hecho, las declaraciones y el programa seleccionado para hacerlas, nos invita a hacer el ejercicio mental de adivinar el nombre del espacio que ya Ravel debe estar preparándole en su canal.
Albornoz se irá de este proceso tal y como lo hizo Rafael Simón Jiménez, Baduel, Miquilena y tantos otros, pero no lo hará en este momento, a menos que lo echen.
Estamos convencidos de que él ya fue captado por el enemigo y si no se ha ido, es porque forma parte de un plan que consiste en mantenerse en las filas del chavismo, pero trabajando para debilitarlo y fortalecer la matriz de opinión de que Chávez es un autócrata.
Ataca descaradamente Albornoz al PSUV, insinúa que sus finanzas no son transparentes, expone que los ataques del Presidente contra su organización son la consecuencia de que los números no le favorecen y promueve candidaturas paralelas. Ni los adecos podrían hacer mejor ese trabajo.
Con desfachatez afirma Albornoz que su condición de revolucionario y la de quienes le acompañan no puede ser puesta en duda, porque no la compraron en una farmacia. Según él, los años de lucha, la persecución de la que fueron víctimas y hasta la prisión que sufrieron, los convierten en revolucionarios a toda prueba.
¡Esa es la estrategia! Llamarse revolucionario y atacar la revolución desde las entrañas. ¿Quién dijo que quien fue revolucionario tiene que serlo por siempre? Albornoz y quienes le secundan militaron en esta revolución, pero no son ni serán los últimos que la traicionarán, Así ha sido siempre y así seguirá siendo.
Allí está la historia para aprender de ella. Por miles se cuentan los revolucionarios que han sucumbido ante una buena paga, porque no tuvieron la suficiente fuerza moral e ideológica para mantenerse del lado del pueblo, del amor, de la justicia. Judas es quizás el más famoso de ellos, pero aquí tuvimos a Páez y tenemos a traidores como Teodoro, Pompeyo, Américo Martín, Gabriel Puerta y tantos otros. ¿Qué espera, señor Presidente, para mandar a Albornoz y sus segundones a lavarse ese paltó?