La ultima reseña sobre crímenes contra los sectores progresistas del sindicalismo nacional se refleja hoy 28 de noviembre del 2008 en las paginas de aporrea.org, y curiosamente oculta, en los medos de comunicación de la derecha: “Asesinaron a los dirigentes obreros Richard Gallardo, Luis Hernández y Carlos Requena en Aragua”. La noticia por si sola, genera una pena y angustia que llega hasta el tuétano, pero cuando pensamos en lo que se esconde detrás de esto, la cosa se pone mas preocupante. Esa es la misma practica de los paramilitares narco comerciantes Colombianos. Poco a poco se impuso en la sociedad de esa nación y hoy es casi ley. En nuestra Venezuela, el sicariato asociado al narcoterrorismo impuesto por los intereses de la droga, toma cada vez mas terreno y, ya es visto como algo cotidiano que en muchos sectores es hasta justificado y aceptado como normal. Lo mas triste, es que el narco trafico se está inmiscuyendo en los procesos electorales, en estas recientes elecciones, tuvieron sus propios candidatos, quienes hicieron campañas caracterizadas por el derroche de dinero, publicidad y dadivas de todo tipo. Esta conducta es parte del proceso de penetración de los sectores mas reaccionarios de la derecha internacional en nuestro país, impulsados y asesorados por el Departamento de estado Norteamericano y los servicios de inteligencia de esa nación e Israel. ¿Cuántos dirigentes obreros, campesinos y lideres populares deberán caer victima del terrorismo narco paramilitar y pro yanqui? ¿no hay capacidad de respuesta en los servicios de inteligencia y policiales para atacar en su medula a ese flagelo?. Una revolución que no puede dar respuestas contundentes y efectivas a los elementos con que es atacada, es una revolución derrotada. La droga es el vehículo por excelencia, que se usa en contra de proyecto Bolivariano, con una estrategia a mediano y largo plazo. Lo que se practica exitosamente en Méjico y Colombia como arma de destrucción social, es implementado luego en Venezuela. Fíjense lo que pasa en Lara: mas de una docena de policías han sido secuestrados y asesinados en los últimos días. Así se empezó en Méjico, hoy las bandas armadas del narco trafico, atacan a los propios comandos de policías y del ejercito, cazan a sus jefes y los torturan antes de asesinarlos como señal de poder ¿es que el alto gobierno no ve las señales? Hay que legislar prontamente, dotar a los órganos de seguridad de todos los elementos necesarios para parar esto antes que sea tarde, la droga y sus consecuencias deben ser declarados crímenes de lesa humanidad y sentenciar a cadena perpetua a quienes la propugnen. Para eso es menester reformar la constitución ¿quienes se opondrán a esta reforma?. En un punto y aparte hago una pregunta más
¿Como se permitió que se inscribieran candidaturas de personajes, que tienen antecedentes y han salido del país en varias ocasiones, evadiendo la Ley, por haber cometido asalto de gandolas en carreteras, por trafico y consumo drogas?. La ley electoral debe velar por la moral y ética del país, no se debe aceptar que un mafioso, con todo un capital obtenido de la delincuencia, sea postulado a cargos de rectoría de órganos públicos y de administración de justicia. Hasta por razones de competencia es injusto, la delincuencia dispone de medios económicos que no les pesa gastar en una campaña, pues no son legítimos, por tanto una campaña electoral les sirve hasta para blanqueo de dinero sucio y, si por carambolas ganan, tienen el poder y la impunidad para incrementar los vicios ¿se entiende?. El estado y todas sus instituciones están obligados a velar por la moral y las buenas costumbres de la sociedad, además de protegerla de los vicios y ataques criminales.
Nota: como cosa Curiosa, los narco candidatos de Carabobo y Yaracuy, se decían ser Chavista. Ojo con eso, hasta impulsaron el voto cruzado alcaldía Gobernación. Afortunadamente el pueblo no se dejó engañar en su mayoría, pero si hubo unos pocos incautos que cruzaron el voto en contra de la línea del PSUV. Ejemplo: mesas 1, 2 3 DE San Antonio, en san Felipe Yaracuy