Sin duda que la conversación telefónica del cónsul de Colombia en Maracaibo, Carlos Galvis Fajardo con José Obdulio Gaviria determina que Venezuela debe mantenerse bien alerta. Quizás son muy pocos los venezolanos que conocen a este señor Obdulio Gaviria, quien es considerado como el asesor más importante del presidente Uribe Vélez, según los analistas políticos del hermano país, pero veamos lo que gira y ha girado en su entorno mas cercano: Dos hermanos narcotraficantes que estuvieron presos en los Estados Unidos en la década de los años ochenta (Luis Mario y Jorge Fernando Gaviria), por su participación en el tráfico de cocaína; su cuñado, Carlos Alfonso Cock, quien fue procurador del departamento de Antioquia, confrontó igual problema con la justicia estadounidense y, por si fuera poco, es primo hermano del mayor capo que ha tenido Colombia en el tráfico de estupefacientes, Pablo Escobar Gaviria.
De manera que ha resultado de suma importancia que nuestra inteligencia social haya podido detectar esa bien sospechosa conversación telefónica, donde el cónsul del hermano país le informa a ese personaje tan peculiar por su parentela de delincuentes de la mayor calaña, que las cosas en su zona de trabajo (el Estado Zulia), se han puesto “maravillosas” con motivo de las elecciones del pasado 23N para el “plan convenido”, pues sus grandes amigos, Pablo Pérez y Manuel Rosales han salido victorioso, el primero elegido gobernación del Estado Zulia y, el otro, alcalde de Maracaibo.
Ni el más desprevenido deja de advertir que algo nada santo se esconde en esa conversación telefónica. El contenido de la misma es extremadamente sospechoso: se habla de un “plan” ya preconcebido… ¿para qué…? En la conversa nada se dice, sólo se expresa mucha satisfacción por el triunfo de Rosales y Pérez, ya que todo lo demás detalles, lo agrega el cónsul, “lo precisaremos en privada cuando nos encontremos en Bogotá, a principios de diciembre…”, pero le asegura que ahora si será posible ponerlo en “ejecución, desde el gobierno…” Se incluye en la conversación, igualmente con expresiones de alegría, el triunfo de Pérez Vivas en la gobernación del Táchira.
Más claro no canta un gallo. Por nuestra parte no hay duda alguna de que allí lo que está planteado es una injerencia a gran escala a través de las fronteras del Zulia y Táchira, para desestabilizar a nuestro país con los cientos de miles de paramilitares desmovilizados que hoy se han aglutinado en torno a nuevos grupos de matones y narcotraficantes llamados Aguilas Negras y, paralelamente, potenciar aún más el negocio de los estupefacientes, para abonar la persistente campaña mediática de Washington dirigida a convencer al mundo todo que Venezuela es, efectivamente, un santuario del tráfico de drogas
Los venezolanos manejamos mil evidencias de que por allí deben andar las cosas, si tomamos en cuenta no sólo la experiencia directa que tenemos con el centenar de paramilitares que ingresaron clandestinamente al país en el 2004 con el objetivo de generar todo tipo de violencia y confusión debido a que utilizaron uniformes de nuestra fuerza armada y, por último, asesinar al presidente Chávez, sino las decenas de altos funcionarios del gobierno de Uribe y parlamentarios miembros de su partido que hoy están presos y/o señalados con mil pruebas por sus complicidades con el narcoparamilitarismo, por lo que nada de extraño sea que ese sujeto, José Obdulio Gaviaria, sea otro más del grupo de delincuentes "infiltrados" (?) en la Casa de Nariño, así como por la abierta y muy clara participación de Manuel Rosales y sus compinches en el golpe de Estado de abril/02.