A los Judas, no los quiere nadie: Ni la revolución ni la Oposición

En la reciente contienda electoral del 23 de noviembre, con el contundente rechazo de ambos sectores de electores a esta bandada de traidores del proceso revolucionario que confió en ellos, concediéndoles un espacio en la conducción de responsabilidades vitales para el mejoramiento de las condiciones de vida del soberano, se evidencia el nivel de credibilidad que ahora poseen estos seudo líderes, que gozaban de indulgencia con escapulario ajeno, pretendieron dar muestras de brillar con luz propia, quedando como era de esperar, en tinieblas. Este es el fruto de la traición, que como al mismo personaje bíblico, les significó llevarse por sus propios medios la soga al cuello. La diferencia con el Judas de la historia bíblica es que éstos no lo hicieron por arrepentimiento, sino en busca de más monedas de oro que les proporcionó el mismo demonio de la ambición a través de su escasa o nula conciencia.

Es necesario que todos aquellos “líderes” que asumen hoy las riendas de los destinos de la patria, se miren en ese espejo y evalúen las consecuencias de la traición, así como los frutos de aquellos que nunca olvidaron a quien se deben, al pueblo, que como unos caballos de batalla han galopado en dirección del bienestar colectivo y desprendidos de prebendas y tentaciones mercantilistas, han sabido conquistar el apoyo y el respaldo popular, pero lo que es más importante aún, el amor del pueblo, además de convertirse en verdaderos líderes y en referencia ejemplar para esa gran masa de juventud que pertenecen a las nuevas generaciones, destinada a consolidar el socialismo en la Patria de Simón Bolívar.

Vaya una buena oportunidad para detenerse a reflexionar y asumir una postura cónsona con nuestros ideales revolucionarios y poner en práctica toda esa hermosa enseñanza con la que día a día nos nutre nuestro principal líder y guía del proyecto socialista bolivariano, el Comandante Presidente Hugo Chávez, quien más que como un político va por los caminos del mundo como un verdadero apóstol de Cristo, despertando conciencias o como un Juan Salvador Gaviota enseñando que hay valores fundamentales mucho más elevados que la carroña que envilece a las multitudes en su largo peregrinar.

Hoy día, a diferencia del pasado, quieran reconocerlo o no, la historia no tiene marcha atrás, se han logrado grandes conquistas, no sólo electorales, contamos con un ordenamiento jurídico mucho más justo, el pueblo ahora tiene mayor formación política y ciudadana, y cuenta con instrumentos para revocar de su mandato y borrar del mapa político hasta aquel cuyo respaldo haya sido abrumador. No se ha perdido nada, las condiciones están dadas y los cimientos están echados, el futuro de la patria marcha como debiera, la experiencia nos señala el camino, estar atentos, vigilantes sobre todo en esos espacios donde enemigos probados de la patria han logrado obtener una trinchera, participar unidos es la consigna, la lucha sigue, Patria, Socialismo o Muerte, VENCEREMOS!

miguelangelcarbajal@gmail.com


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Miguel Ángel Carbajal T.


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