En una acción carente de autocrítica, el Consejo de la Facultad de Ciencias Jurídicas y Políticas de la UCV trata cobardemente de ocultar, la ocurrencia en esa facultad de un hecho ilegal y carente de toda ética con las recientes inscripciones en derecho y estudios políticos. La inmoralidad fue tal que renunció uno de los directores de Escuela, cosa conocida por esos consejeros de conducta poco universitaria y manifiestamente antiautonómica.
Para ellos, decir la verdad es “rebajar el tono del debate”; pues digo que inscribieron a un grupo de estudiantes, dejando fuera a quienes tenían su derecho ganado de acuerdo a su rendimiento en las pruebas internas y en la Prueba de Aptitud Académica, violando completamente sus propias normas, inventando un sistema nuevo de selección, acomodado a lo que querían, hecho a la medida de los aspirantes favorecidos, para tratar de ocultar una actuación claramente deshonesta y violatoria de normas vigentes.
Intentan defenderse acusándome de tener una intención antiautonómica. Pregunto: ¿Qué es más lesivo a la autonomía, cometer delitos o denunciarlos? Un consejo y un decano que hablan de democracia pero apoyaron el paro golpista de diciembre 2002 y enero 2003, cerrando la institución que tienen la obligación de mantener abierta; que luego arremeten contra un obrero que en cumplimiento de su deber abrió la facultad, que ya antes habían aplaudido el golpe frustrado de Carmona; que hablan de pluralidad, pero mantiene a su facultad bajo la hegemonía de una única posición política, mediante la insana práctica de no abrir los concursos y así dominar voluntades con mayor facilidad. Ésas sí son actuaciones indignas y no la mía de denuncia de esa antiuniversidad que carcome la moral y el verdadero espíritu universitarios.
Señala este disminuido consejo, que continuarán sus actividades y entre ellas las de investigación. Debo, sin embargo, recordarles, que en el Programa de Promoción del Investigador destaca la total ausencia de esa Facultad. Con respecto a mi supuesta conflictividad con los universitarios, allí están los cientos de reconocimientos que tengo de las universidades, sus comunidades y trabajadores. En conflicto estoy y estaré contra quienes, como ese decano y ese consejo, vulneran las leyes, distorsionan la autonomía y utilizan prácticas perversas antiacadémicas.
Esta nota ha sido leída aproximadamente 3996 veces.
