Las grandes batallas se pierden por detalles a veces insignificantes. Las revoluciones no escapan a ese fenómeno. La nuestra, emprendida hace diez (10) años, ha sufrido varios reveses por detalles que se nos escaparon a la hora de la verdad. En la derrota sufrida con la Reforma del 2007 fueron muchos detalles que sumaron a la pérdida del referendo. Uno de esos detalles fue el bendito triunfalismo que nos acompaña cual sombra fatal desde el 6 de diciembre de 1998. Ahora vamos por una enmienda crucial para el desarrollo y vigencia del proceso de cambios bolivariano. Perdimos varias gobernaciones el pasado 23 N y muchos detalles fueron las causas claves que incidieron en esos fracasos. No podemos seguir repitiendo los mismos errores. ¿Cómo pretendía el candidato Giancarlo Dimartino, por ejemplo, ganar la gobernación del Zulia si no fue eficiente con la recolección de la basura, del asfaltado de las deterioradas calles de Maracaibo, del pago a tiempo a sus empleados y funcionarios y de su divismo euroamericano? ¿Cómo pretendían los gobernadores salientes de Miranda y Táchira repetir sus gestiones y darle continuidad con un Psuvista si no se ocuparon de lo que tenían que ocuparse? Se los comió la basura, la burocracia, la vanidad del poder y por ende, la desatención al pueblo que los había elegido.
El presidente Chávez podrá tener muchos defectos pero no el de flojo ni de falta de amor por su gente. Trabaja en exceso, se preocupa por el país minuto a minuto, camina las calles del país, escucha a los que lo abordan por cualquier causa, o sea, es un alcalde itinerante que no es imitado por sus correligionarios aburguesados en puestos de gobierno. Esos que el comandante llama "mis hijos de la vida", son los que más perjudican al proceso revolucionario. ¿Ejemplos? No es necesario, es harto sabido. Todo eso deriva en una conducta contrarrevolucionaria que pone en peligro al Proceso.
Ahora resulta, para mencionar un detalle contrarrevolucionario, que miles de personas, entre ellos abogados, tienen que perder horas y horas en las benditas colas de los Bancos del Tesoro, el Industrial y Banfoandes para cancelar aranceles de conceptos varios que se relacionan con procedimientos inherentes a Registros y Notarias. Claro que esa medida se hizo para cortar la corrupción escandalosa en esos organismos que vivían para enriquecer al grupito de los Notarios y Registradores. Bien. Pero resulta que, por lo menos en Maracaibo, donde se realizan miles de trámites en esas dependencias, es un suplicio cancelar un determinado arancel. El Banco del Tesoro sólo tiene UNA agencia, el Banco Industrial tiene tres (de 10 mts2 cada una) y Banfoandes tres con un área de hacinamiento deplorable. Cuando le preguntamos a los usuarios sobre esa medida sólo escuchamos mentadas de madres y maldiciones. ¿Es así como podemos avanzar en la revolución, castigando al ciudadano con medidas tan odiosas como esa? ¿Por qué no se autorizan dos o tres Bancos más, de los privados, para acelerar la tramitología? ¿Sera que eso es muy difícil de hacer? ¿Quién fue el "genio" de la idea maquiavélica? Esos detalles perjudican a la revolución y nos restan muchos votos que pueden ser decisivos.
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