Aun con los innumerables esfuerzos legales y de acción, que el gobierno ha tomado contra la especulación y los especuladores los resultados no han sido del todo exitosos. Difícil es desmontar las estructuras del capitalismo salvaje, que por ley y costumbre mantienen desde hace muchas décadas, los monopolios, duopolios y oligopolios, están todavía enraizados, a pesar de lo establecido en nuestra Constitución Bolivariana y las leyes contra la especulación y las que garantizan la soberanía alimentaria. El problema radica en que los monopolios de la producción se resisten a entender los cambios políticos y sociales aupados por la revolución bolivariana, negándose a entender que debe haber una mejor distribución de la riqueza y que la ganancia debe ser en proporción a costos de inversión, fuerzas productivas, medios productivos y de trabajo y no como hasta ahora ha sido, ganar porcentajes exorbitantes para la riqueza a corto plazo.
Es cierto que la sociedad requiere para vivir la solución de sus necesidades básicas de alimentos, vestido, calzado, vivienda, salud, educación y hasta bienes materiales derivados de la misma producción, necesaria para generar empleo y desarrollo; más no la generación de riqueza especulativa a costa del sudor y trabajo del hombre y la mujer, no es nada social y humano usurpar derechos y propiciar la desigualdad y discriminación, por parte de aquellos que controlan poder económico, político, religioso, social, industrial, de producción en las formas ya conocidas y que los pueblos rechazan por su explotación de una minoría, contra la mayoría.
La especulación desmedida en la tierra y vivienda, ha venido incrementándose en forma alarmante, de por sí la industria de la construcción es la que mayor ganancia produce, antes un 500% ahora hasta en un 2000%, tomando en cuenta que un apartamento que costaba hace ocho años 20 millones de bolívares ahora está por el orden 500 mil o más, imposible de adquirir para trabajadores con sueldos o salarios por debajo de cinco mil bolívares, ahora podría ser negociadas gracias a la nueva ley de vivienda y hábitat que no se requiere de inicial; sin embargo la especulación por parte de la empresa privada que urbaniza es de alto índice, este tipo de construcción sería destinadas a la clase ¨A ¨, el problema de vivienda en capitales de Estado y pueblos sigue siendo grave, por las limitaciones topográficas y alto costo de la tierra urbanizable, esto sucede mucho en la región andina, en los llanos hay más espacio y los precios son un tanto más bajos, pero para los engorda terrenos y sus propiedades tienen elevados precios, muchos por cierto han entendido y están urbanizando, aunque con especulación, intereses entre tiempo y espacio según transcurra la duración de la obra. Tal vez con la Resolución 98 del Ejecutivo Nacional, por medio del M.P.P.P. Vivienda y Habitat y otras medidas que se han vendido previendo se logre frenar tanto desmán es esta materia.
El Gobierno Nacional tendrá que hacer los incrementos de sueldos y salarios en el más estricto ¨secreto¨, ya que al anunciar estas medidas uno o dos meses antes, la especulación se desata, hasta el punto que suben los productos de la sesta básica y toda la cadena de alimentos, y, si el INDEPABIS actúa para respaldar al consumidor o usuario, sobre todo con aquellos alimentos o servicios objeto de regulación, estos en gran parte desaparecen o se disfrazan empaques, presentaciones y hasta composición de los mismos para justificar otros precios. Ejemplos aceites, harinas y envases de leche, esta última aparece en envases de larga duración, con incrementos de precios por el doble de la normal, caso de la descremada, que ha ido desapareciendo la del envase tradicional a Bs. 2.40, para venderse en larga duración a Bs.5,00 y así sucesivamente, amén de de aquellos productos o servicios que forman parte de adquisiciones que complementan otras necesidades en los hogares, servicios médicos, medicinas, vestido, zapatos, repuestos, aceites de motor, accesorios, transporte público, taxis, y , si nos detenemos en la alta especulación de los precios de vehículos, cerramos la rueda de la ESPECULACIÓN Y CONFABULACIÓN , contra las transformaciones y lucha por reivindicar a las mayorías desprotegidas.
En el 2001-2002; la especulación, la escasez ficticia, el cierre obligado de negocios, la huelga petrolera, la conspiración fascista, el alza desmedida de los precios, tuvieron a punto de sepultar la Constitución Bolivariana, su Revolución, su liderazgo, la democracia participativa, protagónica en manos del soberano. El mismo pueblo y la Fuerza Armada Bolivariana, rescataron la soberanía, a raíz de esas acciones el gobierno decidió poner en funcionamiento planes de desarrollo alimentario y crear los MERCALES Y PEDEVALES, para proteger y dar respuesta a las principales necesidades del pueblo como es la ¨SEGURIDAD ALIMENTARIA¨, aun así, persiste la confabulación en forma desesperada para hacer ver a la gente, que este gobierno no es del pueblo ni para el pueblo; qué ellos son los salvadores porque tienen en sus manos los monopolios productivos y que sin ellos habrá más hambre, más desempleo y más problemas. Culpan a Chávez de males que no existen, niegan los avances en materia agropecuaria, alimentaria, industrialización, vías de comunicación, EDUCACIÓN, SALUD,LO SOCIAL y LO ECONÓMICO como las bases de sustentación para que haya República, patria soberana, libertad, justicia, mejor distribución de la riqueza como se ha demostrado y se sigue demostrando con los ingresos petroleros, la verdadera siembra del petróleo, frase que en la década de cuarenta pronunciara Alberto Adriani e hiciera famosa Arturo Uslar Pietri.
Lo cierto es que todos ellos gobernaron y administraron la República por décadas y siglos, los resultados los conocemos históricamente y otras prácticas gubernamentales más recientes, hasta el año 98, cuando el pueblo despertó y reaccionó con la nueva era constitucional, revolucionaria, bolivariana, independiente y donde las verdaderas decisiones las irá tomando el pueblo en libres comicios. No a la especulación y confabulación con fines netamente políticos, imperiales y oligarcas. Que la justicia y la razón, haga el milagro de transformar estas mentes que solo piensan en la riqueza extrema y no en la social.
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