Teodoro, el eterno traidor

Nos  habíamos  comprometido  a no perder más tiempo escribiendo sobre ese  tránsfuga  que lleva por nombre Teodoro Petkof; pero el miserable no deja  de   dar  motivos  para  que  eventualmente  le  dediquemos  unas  líneas  orientadas  a aclarar, a nuestros lectores, que clase de miserable es ese  tipejo  y  porque  se escuda en la libertad de expresión y en su panfleto  para insultar, calumniar y conspirar contra la revolución venezolana.
 De  verdad,  no  resulta agradable escribir sobre un maula que no pasa de  ser   un  pobre  diablo  sin  historia, sin valores y lo que es peor… sin
 patria.   Mas  las  circunstancias  obligan  a  responder  a  ese  oscuro  personaje, enemigo eterno de la lucha del pueblo venezolano por ser libre
 y tener un futuro digno.

 En  su  más  reciente  nota,  acusa  Teodoro  a  Fidel  Castro  de ser el  responsable  de  la  existencia  de  la  base  naval  de Guantánamo y por
 supuesto de las vejaciones y las torturas que allí se producen.  Ante  estos  hechos,  algunos analistas se muestran asombrados por lo que
 consideran la negación de toda la historia política del sujeto de marras.  Nosotros  no vemos el por qué del asombro. Así es, así ha sido y así será
 toda  su vida Teodoro Petkof. Un embustero congénito, un cobarde que sólo  sabe  disparar  desde las sombras, un servil de los más oscuros intereses  de las clases dominantes.

 Casi  todo  el  mundo  sabe  que  Teodoro  es  un traidor. Lo saben en la  derecha,  lo  saben  en la izquierda, lo saben los trabajadores, lo saben
 los viejos, lo saben los jóvenes. Lo que no saben muchos es cuando dio el  primer  paso  para  convertirse  en  lo  que  hoy es… un Judas de la peor  especie.  Por  ello,  porque creemos que hay que desenmascararlo en toda su miseria  humana,  es  que  decidimos escribir esta nota donde dejamos en claro que  Teodoro no se convirtió en traidor…él ha sido un traidor toda la vida.  Nunca  fue  lo  que alguna gente, ingenuamente, creyó que era. Teodoro es  una  creación  del  Departamento de Estado norteamericano y de la derecha  venezolana,  para  frenar  las  luchas  populares  en momentos en que una  victoria  de  los  grupos  revolucionarios  en  Venezuela hubiese sido la  chispa que incendiara las praderas de este continente.

 Se  equivocan  los  que  afirman  que  este  cipayo  traicionó  la  lucha  revolucionaria  cuando  aceptó trabajar para Rafael Caldera o cuando como
 consecuencia  de  ello,  luchó  para que Hugo Chávez no llegara al poder…  Teodoro era un consumado traidor para ese entonces.
 Tampoco  es  cierto  que la carrera de traidor de este apátrida se inició  cuando  a  cambio  de  una  muy buena comisión, en dólares americanos, le
 entregó  las  prestaciones  sociales  de  los  trabajadores venezolanos a  Fedecámaras… ya era un traidor experto antes de ello.

 Teodoro  ha sido toda su vida un agente de la CIA. Él  fue seleccionado y  preparado para infiltrarse en la lucha revolucionaria armada, a efecto de
 implosionarla desde adentro.  Con  buen  porte, verbo encendido y apoyo logístico no le resultó difícil  destacar  en  las luchas estudiantiles; paso previo a su misión de formar  parte de la lucha armada con el fin ya descrito.

 En  aquel entonces Teodoro asombraba al mundo con su habilidad para salir  ileso  de  todas  las  batallas  y emboscadas. Al mismo tiempo, la prensa  burguesa  creaba  un mito alrededor de un “revolucionario” que se burlaba  de  las fuerzas de seguridad escapándose con facilidad asombrosa, en cada  oportunidad que era apresado.

 Hoy,  cuando  se  sabe  que  el Judas es militante de la extrema derecha,  defensor  de las políticas del Fondo Monetario Internacional y enemigo de  las  revoluciones  del  continente,  resulta  sencillo  entender  la obra  teatral  con  la  que  pretendieron  crearle  una  imagen de líder hábil,
 valiente  e inteligente.

 El  acto  que  quizás mejor describe a Teodoro es la masacre del Tren del  Encanto.  Ese  acto  terrorista, comandado por él personalmente, el 23 de  septiembre  de  1963, tenía como objetivo desprestigiar la lucha armada y  generar un repudio de la colectividad hacia la misma.  Esa  “obra  maestra  de  Teodoro”  le  permitió  al  gobierno de entonces  desmembrar  y anular todo lo que tuviera olor a izquierda, comenzando con  la detención de los dirigentes más destacados del Partido Comunista y del  Movimiento  de  Izquierda Revolucionaria, incluyendo a los parlamentarios
 de esas agrupaciones.

 Más  tarde  y en acuerdo con sus amos de siempre, Teodoro pasa a la lucha  legal  y  funda MAS, incorporando a ese partido miles de jóvenes preñados  de sueños revolucionarios. Desde la dirección de esa organización Teodoro  y  sus secuaces completan la tarea de mediatizar y   rcantilizar la lucha  revolucionaria.  El  MAS  tal  y  como estaba previsto desde el principio  terminó  siendo  un  partido  al servicio de la oligarquía y tan corrupto  como AD y COPEI.  Como  premio,  tanto  los  gringos  como  los  gobiernos  venezolanos  le  permitieron  a Teodoro y su hermano hacer toda una fortuna especulando al  gobierno cubano con productos que les hacían llegar a pesar de un bloqueo  que funcionaba para todo el mundo, menos para estos agentes de la CIA.  Ese  es  el vejete que hoy se atreve a calumniar a hombres de la estatura  moral de Hugo Chávez y Fidel Castro.

arellanoa@pdvsa.com



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Alexis Arellano


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