Cuando digo a la derecha venezolana estoy incluyendo a su padrino carnal del "Norte revuelto y brutal".
Estos tres son "uña y carne": oligarquía, partidocracia reaccionaria e imperialismo voraz. Con un objetivo a corto y mediano plazo: recuperar el poder; y con un objetivo inmediato: ganar el referendo para tratar de ganar las elecciones del 2012.
El Che habló de no concederle "ni un tantito así" al imperialismo y realmente el referendo es casi un "tantote así", lo que obliga a cerrarle el paso a la derecha y a imprimirle este domingo 15 una gran derrota. Que permita arrinconarla y reducir al mínimo el impacto interno y la fuerza de arrastre de la contrarrevolución escuálida-imperialista, a través del diseño y ejecución de una nueva ofensiva revolucionaria que erosione su base de apoyo y su actual fuerza lectoral.
De ahí la extraordinaria importancia del SI, sobre todo en relación con el significado del NO.
Porque la victoria del NO sería altamente perjudicial para el pueblo venezolano y para los pueblos de nuestra América. Porque ese hecho envalentaría de mala manera a la derecha y afectaría el estado de ánimo de las fuerzas del socialismo bolivariano.
Porque la derecha es la IV República con todas sus lacras, antivalores y rapacidad, y el triunfo del NO le posibilitaría emprender una contraofensiva para tratar de ganar las elecciones del 2012 en mejores condiciones, dado que sin Chávez candidato -opción seguramente ganadera- sus designios se le facilitan.
La derecha es la retroceso de la democracia participativa a la seudo democracia liberal representativa, de la independencia y la autodeterminación a la dependencia y a la recolonización, de la superación progresiva de la pobreza y la indigencia al empobrecimiento acelerado y continuo, de los programas de orientación socialista a los programas pro-capitalistas y pro-imperialista, de una Constitución social y políticamente muy avanzada a la vieja, atrasada y reaccionaria Constitución; de la libertad en toda su amplitud a la represiones, de la recuperación del patrimonio público y natural (incluidos los hidrocarburos) a la privatización de esos recursos, empresas y servicios.
La derecha es el instrumento político de la elite oligárquica y del capital transnacional y su retorno al gobierno implicaría el adiós a muchas cosas buenas.
Adiós a las audaces realizaciones y planes educativos.
Adiós a los consistentes planes de salud gratuita.
Adiós a los "barrio adentro".
Adiós a las "misiones".
Adiós al "mercal".
Adiós a los "milagros".
Adiós a las leyes habilitantes, a sus realizaciones y sus potencialidades.
Adiós a los Consejos Comunales.
Adiós a la línea de construcción del poder popular.
Adiós a al Estado distribuidor de ingresos en busca de equidad social.
Adiós reforma agraria.
Adiós a la guerra contra el desempleo y la exclusión.
Adiós a la política de reivindicación y liberación de la mujer.
Adiós a los derechos de los pueblos indígenas.
Todo lo conquistado en 10 años y todo lo que se podría conquistar a través del avance de la socialización, se iría a pique y de muy mala manera.
Porque no es lo mismo un gobierno del bolivarianismo pro-socialista, a un gobierno de la oligarquía capitalista y las transnacionales. Pero además un retroceso político en estos tiempos sería peor a lo ya sufrido por el pueblo venezolano en la IV República, en vista de que en medio de la nueva crisis del capitalismo mundial, es precisamente cuando más se necesita profundizar el proceso de transformación, cuando más se requiere ejecutar en más amplia escala y a mayor profundidad los cambios estructurales, cuando más imperioso es la socialización progresiva de la economía y del poder, para evitar que los efectos devastadores de esta súper-crisis recaigan sobre las espaldas del pueblo.
Si la derecha fue explotadora, súper-corrupta, excluyente, machista y entreguista en la fase de la IV República, sería aun peor en el curso de la restauración contrarrevolucionaria de su orden decadente.
Recordemos a Carmona ("El breve"), recordemos la "meritocracia" de PDVSA, recordemos el reinado de los Carlos Andrés Pérez, Cisneros y Fedecámara.
Y su retorno sería aun peor, dado que para "volver" atrás tendrían que desplegar la represión contra los amplios sectores favorecidos por la revolución.
La victoria del No le abriría a la derecha más posibilidades para la recuperación del poder con fines no solo de contrarrevolución interna, si no además externa.
Imagínense su postura respecto al Plan Colombia-Iniciativa Andina y ante los planes de EEUU para conquista la Amazonía. Imagínense su alianza "carnal" con el régimen narco-para-terrorista de Álvaro Uribe Vélez. Imagínense el despliegue de su contubernio con los "paracos" de Colombia.
Piensen en su hostilidad con el gobierno ecuatoriano de Rafael Correa y con el de Evo Morales en Bolivia. Piensen en su odio a Cuba y su anticomunismo no cerval.
Reflexionen sobre lo que pasaría con el ALBA, con Petroamérica, con Petrocaribe, con la amistad y los planes de cooperación con Brasil. Reflexionen sobre lo que pasaría en UNASUR, en cuanto a correlacion de fuerzas. ¿A dónde irían a parar las misiones solidarias?
Definitivamente las perspectivas de esa intención derechista, potenciada en caso de triunfar el NO, se parecen a una de las peores pesadillas.
Por eso, y porque valoramos las posibilidades que abre la victoria del Si, incluso para hacer mejor de lo que se ha hecho y mucho más, es que confiamos en que el bravo pueblo venezolano le dará una contundente derrota al ¡NO! y un rotundo apoyo al SI ¡Que así sea!
13 de febrero 2009, Santo Domingo, RD
narcisoisaconde@gmail.com