Cuando uno ve a un camarógrafo de Globovisión empujar descaradamente a un funcionario de un ministerio durante una rueda de prensa y ve al
guardaespaldas de un “dirigente estudiantil” agredir al viceministro de Agricultura y Tierras en el mismo evento; no queda otra opción que dar por cierto la conseja que afirma que en nuestro gobierno hay el funcionario pendejo que juega garrote.
Globovisión está a la ofensiva. Ya nos se limitan a tergiversar la noticia; ahora la planifican y la generan de acuerdo a sus intereses; ahora sus directivos ofenden y agreden a los comunicadores que los muestran tal y como son; ahora presentan a los parlamentarios como depravados sexuales. ¿Hasta cuándo tanta impunidad? ¿hasta cuándo tanta pendejada?
El 11 de enero de 2006, a raíz del altercado entre Juan Barreto y Gabriela Matute publicamos una nota titulada CERO INFORMACIÓN A GLOBOVISIÓN. Creemos que esa nota tiene hoy tanta vigencia como en aquel entonces. Permítanos, apreciado lector, usar este espacio para reeditar parte de lo escrito en aquella oportunidad.
“Puedo entender que José Vicente como periodista que es, aspire un trato respetuoso para todos aquellos que él considera sus colegas, pero eso no puede conducirlo a obviar que en Globovisión se puede encontrar de todo excepto periodistas, y periodistas serios mucho menos. Pareciera que el Vice olvida que los asalariados de Mezerhane no sienten
ningún respeto por la ética periodística y actúan como operadores políticos de quienes ya dieron un golpe de estado, convocaron a dos huelgas generales, sabotearon la industria petrolera, montaron el sainete de Altamira, armaron la guarimba y asesinaron a Danilo. Ellos tienen la misión, y para eso les pagan, de usar sus micrófonos y cámaras para provocar, agredir, desacreditar, calumniar e incitar al odio contra los dirigentes del proceso revolucionario.
No voy a llegar al llego al extremo de mi compadre Gustavo, quien afirma que todo venezolano que se encuentre un periodista de Globovisión debería tener derecho, por lo menos, a darle una pedrada; pero tampoco comparto la posición de que por tratarse de damas, no pueda cantársele sus verdades con la vehemencia que lo hizo Barreto (gritos incluidos). Fijada mi posición ante el hecho, paso a continuación a hacer una propuesta sobre como deben comportarse los funcionarios públicos ante los
periodistas de Globovisión. Creo que lo que debe hacerse es ignorarlos por completo. Para ello, debe dejarse de lado la práctica de concederles entrevistas; ¿Por qué no
decir, por ejemplo, no respondo ninguna pregunta hasta tanto no se retiren los periodistas de Globovisión?
Deben rechazarse todas y cada una de las invitaciones que hagan a sus programas y dejar de invitarlos a los actos oficiales. Sería estupendo que sacaran de circulación todas las credenciales que le permiten entrar a Palacio, a la Cancillería, a las gobernaciones, etc. Si de todas maneras van a decir los que les viene en gana, van sacar las declaraciones de contexto, van a vilipendiar, van a ofender y van a seguir con la misma actitud que hasta ahora han tenido; que lo hagan lejos de nuestra gente y fuera de los espacios donde laboran los elegidos por el pueblo para cumplir funciones de gobierno.
Seguramente gritarán al mundo que se les niega el derecho a ejercer su profesión (si es que mentir puede llamarse profesión) pero nadie puede ser obligado a declarar a un periodista que manipulará la información que se le suministre; tampoco nadie puede ser obligado a asistir a un programa conducido por un calumniador de oficio, y mucho menos nadie
puede ser obligado a invitar a sus oficinas a fariseos como los ya descritos.
Iniciemos pues la campaña cero información, cero invitación y cero declaración para Globovisión”