Mientras espero a Cinthya Machado Zuloaga, el mesonero me cuenta que "eso no se le hace a nadie, amigo.
Son venezolanos mal nacidos, no tienen patria, tienen rabia, son intolerantes, imbéciles, cretinos y allí viene la mujer que está más buena en este mundo, amigo". Se refiere al principio al abucheo que le hicieron los fanáticos del beisbol en Miami a Magglio Ordóñez, y después se refiere a Cinthya Machado Zuloaga que llega, me da un beso, saluda al mesonero que se pone firme y a sus órdenes, y toma asiento.
Cinthya dice que "Nosotros también contamos con hordas, en la oposición también abunda la intolerancia, la miseria humana. Eso de que uno va a un estadio a apoyar al equipo de tu país y que después te pongas a pitar a uno de sus jugadores porque tiene una posición política que no es la tuya, es verdaderamente lo más primitivo que puede existir. Nosotros, y tú lo sabes bien, no apoyamos este régimen, pero no por eso nos vamos a pasar a lo que uno de tus amigos marginales llamó "la estupidez ilustrada".
El mesonero se acerca y coloca la botellita de agua Evian sobre la mesa; luego, sin verme, porque tiene la vista puesta encima de Cinthya, deja el café negro en cualquier lado de la mesa. Cinthya le sonríe.
Abre su cartera Prada y saca la banderita de Estados Unidos que siempre la acompaña y la coloca sobre la mesa y dice: "Debo reconocer que hemos hecho un ridículo de marca afamada en Miami, nuestra patria chica. Como te decía, las hordas de la oposición nos dejaron sin argumentos y sin razón ante las pantallas de televisión que trasmitían el juego.
Además, te lo voy a decir Roberto, I love Magglio. Desde el 2007, cuando Magglio ganó el campeonato de bateo en la Liga Americana yo, corazón, Magglio, es decir, Ilove Magglio. Porque eso no me quita mi condición de luchadora contra este régimen que quiere quitarle la pepita de arroz a mi amigo Lorenzo".
Cinthya cruza las piernas y desde la barra se escucha la voz del mesonero que dice: "Me vas a ponchar" Ella sonríe y sigue diciendo: "Si estas hordas siguen así nos van a agarrar fuera de base en las elecciones que vienen. A esa gente hay que mandarla a las duchas por un tiempo y reeducarlos. Y después, cuando nos toque el turno al bate, en las elecciones de 2012, junto con ellos, botarla de jonrón".
El mesonero se acerca y le dice. "Usted me tiene en tercera base y no me deja llegar al home, pero yo con un toquecito de bola anoto".