La crisis del capitalismo
tiene copada la atención de todos los medios de comunicación europeos,
la cumbre del G-20 que se desarrolla en estos momentos genera tanto
expectativas como temores y la situación social no es alentadora para
los líderes de las potencias económicas mundiales. El mundo está,
sin dudas, en una encrucijada histórica y como todas será un punto
de inflexión que tendrá pendiente positiva o negativa según cada
país asuma las acciones correctas o simplemente se limite a ser un
espectador parcial. En ese sentido Venezuela no puede asumir la crisis
tal y como si de una película se tratara en donde el villano capitalista
se hunde en sus contradicciones y el socialismo científico ratifica
su validez histórica ese no puede ser el papel de Venezuela, nuestro
país debe asumir la crisis como una oportunidad, hemos sido antes y
después de la llegada al poder del presidente Chávez altamente dependientes
del petróleo, hoy esa dependencia se evidencia en el recálculo del
precio del crudo dentro del presupuesto nacional y el aumento del impuesto
a las ventas de 9% a 12%. Venezuela sigue siendo un monoproductor exportador
de energía e importador de bienes, servicios y alimentos, es decir,
somos altamente dependientes del exterior, cambiar definitivamente y
antes de que sea superada la crisis global capitalista es una oportunidad
que no se puede dejar pasar.
Venezuela ha invertido en ayudas energéticas a los países del Caribe miles de millones de dólares y sin embargo la inversión en la industria energética nacional es escasa y solo como consecuencia de las tres fallas nacionales y otras muchas locales que vivió el sistema durante el año pasado se anunció una inversión superior a los 13 mil 800 millones de dólares para la puesta en marcha de 34 proyectos estructurales, 16 de generación hasta el 2014, muy bien!... pero dejemos de ser reactivos reparadores y de una vez por todas, y siendo consecuentes con una verdadera política socialista, seamos verdaderos planificadores del sector energético!. Se han desperdiciado recurrentemente las oportunidades coyunturales de altos precios del crudo para mudar el modelo energético venezolano a uno mas acorde con las realidades de este nuevo siglo. Seguimos tomando el petróleo como fuente única y eterna de riquezas sobre la cual se sustenta todo el aparato económico nacional, no hemos transformado esto sustancialmente, en realidad no lo hemos transformado para nada. Si durante esta crisis global no asumimos una transformación de nuestro modelo energético saldremos muy mal parados de la crisis y el punto de inflexión será para nosotros de una pendiente negativa pronunciada.
Es por todos conocida
la posición del presidente estadounidense, Barak Obama, con respecto
a las inversiones para el fomento e integración en el sistema eléctrico
norteamericano de las energías renovables como impulso a la economía
y también para reducir la dependencia energética, esto ultimo es lo
más importante: “reducir la dependencia energética”. Bien, nosotros
somos absolutamente dependientes de nuestras exportaciones energéticas
y resulta que así como EEUU, tanto China como la Unión Europea se
han planteado no en palabras sino en hechos concretos acabar en mediano
plazo con su dependencia energética del exterior. Y no lo veamos como
una política altruista de estas naciones por la conservación del ambiente
(que en parte, quizás tiene algo que ver), la razón es mas simple,
las grandes potencias mundiales no tienen petróleo y no quieren seguir
dependiendo de nuestros países para tenerlo, eso es una realidad!.
Ya ni siquiera eso quieren hacer, ni siquiera comprar energía a los
países del sur. Pero no solamente las grandes potencias quieren mudar
su modelo energético, incluso nuestros vecinos del caribe, a quienes
apoyamos a través de subsidios energéticos, apuestan firmemente al
cambio en su modelo energético. Recientemente se anunció que Panamá
ha concretado una alianza estratégica entre las empresas Turbowinds
e Industria Tecnológica Panameña (ITP), y de ambas con el consorcio
coreano Speco Wind Power con el objetivo de instalar en suelo panameño
una fábrica de aerogeneradores que, aseguran, será la mayor de América
latina, en Brasil actualmente el 90 % de los automóviles nuevos son
flex-fluel, es decir, pueden utilizar nafta, alcohol, en cualquier porcentaje
de mezcla y la viceministra nicaragüense de Energía y Minas, anunció
que la Alianza en Energía y Ambiente con Centroamérica (AEA) invertirá
un millón seiscientos mil dólares (un millón doscientos mil euros)
en 22 proyectos de energías renovables en ese país, estos son ejemplos
nada mas, pero en proyectos de este tipo están: México, Argentina,
Cuba y casi todos los países del Caribe.
La relación estrecha
entre el dólar y el petróleo les lleva de la mano a la bonanza o al
abismo y de la crisis pueden salir, ambos, o fortalecidos o desahuciados.
En Venezuela, ser espectadores parcializados de la crisis aupando la
caída del capitalismo, en las condiciones en que lamentablemente nos
encontramos todavía, es apostar por la caída del petróleo y por lo
tanto de la propia economía nacional y conste que no tiene que ver
con que nuestros compradores principales sean los norteamericanos, esa
no es la razón principal. La apuesta por un cambio en el modelo energético
que hacen los países europeos es una apuesta económica en la cual
se asume que el modelo petrolero, aún cuando a corto plazo es muy rentable,
no lo es ya a mediano y largo plazo y está siendo, decididamente, abandonado.
Es conocida también la meta Europea de reducir sus emisiones de Co2
en 20% para el 2020, incrementando la participación de otras fuentes
energéticas en 20% para el mismo año. El tratado, llamado del triple
20, desde un punto de vista medioambiental deja muchísimo que desear,
pero desde un punto de vista económico tiene serias implicaciones para
el futuro de los precios del petróleo. La inmensa acumulación económica
que se ha dado en nuestro país en los últimos años como consecuencia
de los ingentes ingresos petroleros debe servir para priorizar el cambio
en el modelo de consumo y dependencia energética nacional lo que además
tedría como consecuencia un mayor desarrollo de la investigación y
tecnología propias.
El modelo petrolero
no genera desarrollo científico y tecnológico y además tampoco se
puede decir que la industria petrolera sea particularmente generadora
de empleos, lo que si hace el petróleo es generar altas concentraciones
de capital que pueden ser útiles o no a un modelo socialista siempre
que esta concentración de capitales sea redistribuida para diversificar
la economía nacional. Esta es una historia conocida por todos nosotros
desde el liceo pero desconocida en la práctica y vida real de nuestra
patria, hasta ahora. La crisis económica mundial nos puede atrapar
sin haber hecho la tarea atrasada y con la entrada de la nueva expansión
capitalista (o del modelo económico que salga de esta tormenta) podemos
ser atrapados con una economía dependiente y con un aparato económico
endeble e incapaz de brindar soberanía nacional, ni muchísimo menos
un desarrollo socialista sostenible. El socialismo, en lo económico,
es planificación estratégica, desarrollo de la industria nacional,
significa ciencia al servicio del pueblo y tecnología que garantice
soberanía y bienestar a los ciudadanos… el socialismo no es vivir
del petróleo y la renta, gastando los excedentes en ayudas y desatendiendo
a la médula de la economía de todo país que es su modelo energético
y su industria nacional. Venezuela debería ser una potencia en energía,
no en exportaciones de petróleo, sino en energía por la correcta planificación
de su sistema eléctrico y energético en general, con una industria
nacional altamente desarrollada en cuanto a tecnología para la transformación
energética de los inmensos recursos renovables y no renovables que
tiene nuestro suelo patrio. Venezuela no solo es rica en hidrocarburos
sino que tiene un inmenso potencial en recursos renovables: agua, vientos
y radiación solar, además de un alto potencial geotérmico.
Espero que esto no
se vea como una crítica destructiva, solo pretende ser una alerta.
Realmente, si no hacemos nada por mudar nuestro modelo energético,
a partir de los inmensos recursos acumulados del petróleo, nos veremos
atrapados no tanto por la crisis sino por la salida que den a la crisis
las naciones mas poderosas del mundo, que estoy seguro que no será
beneficiosa para los países exportadores de recursos primarios y energía.
Hoy, tenemos una gran oportunidad, la crisis es para Venezuela una oportunidad,
invertimos y mudamos nuestro modelo energético a uno que desarrolle
la industria nacional, la ciencia y la tecnología y de esa manera nos
hacemos mas independientes de las oscilaciones capitalistas globales
o seguimos siendo dependientes, nos rezagamos y dejamos nuevamente la
gran tarea nacional para otra oportunidad, que quizás luego nunca podamos
tener. Asumir esta realidad con miras a realmente transformarla es un
paso fundamental, sino lo asumimos así no lo transformaremos nunca
y las medidas en este sentido deben entenderse en el marco de las estrategias
de desarrollo nacional como una cuestión de supervivencia o fracaso
de nuestro proyecto de nación y republica realmente libre y soberana.