Los frentes de batalla en este período de dificultades, la batalla
contra los efectos de la crisis mundial, deben dibujarse con mayor
precisión.
Uno de los frentes tiene como escenario el campo de la información
y las comunicaciones. Es la batalla ideológica. Se libra en las páginas
de los periódicos y las revistas, en la TV y la radio, en los discursos
y las declaraciones, en las imágenes, en las caricaturas, en los
laboratorios de la guerra de la información.
El objetivo de la batalla ideológica en esta coyuntura es ganar
voluntades de millones de venezolanas y venezolanos para enfrentar las
dificultades con austeridad y disciplina.
Otro de los frentes de batalla es la batalla de las calles.
Quienes en estos momentos conspiran por regresar al gobierno de los
viejos partidos y sus derivados y de la subordinación de la oligarquía
y el imperialismo, pretenden aprovechar estas dificultades para
apoderarse de las calles, a fin de reducir a la impotencia a la policía
y a la Guardia Nacional Bolivariana, romper el orden público, obligar
al Presidente Chávez a sacar el Ejército como en su momento lo hizo el
asesino de Carlos Andrés Pérez. De tal situación de desestabilización,
sólo hay un paso. Ese es el plan de la contrarrevolución.
La batalla debe librarse en los dos frentes con igual intensidad y coraje.
La batalla ideológica no debe cesar ni por un instante, por el
contrario es necesario atender todas sus exigencias y no dejar sin
respuesta ninguno de los desafíos y las presiones del campo adversario.
La batalla por la calle no admite ninguna fatiga ni tregua. Al
final, será en la calle donde se decidirá la suerte de la Revolución
Bolivariana.
Sería un grave error dejar bajo la exclusiva responsabilidad de
nuestros cuerpos de seguridad y de la Guardia Nacional Bolivariana el
mantenimiento del orden público.El PSUV y todas las organizaciones
revolucionarias, pero especialmente la juventud y los trabajadores y
trabajadoras, deben no sólo compartir la responsabilidad sino asumir
posiciones de vanguardia. Ocupar y defender cada palmo de las calles
para cerrarles el paso a los guarimberos y desestabilizadores.
El peligro es real y la contrarrevolución amenaza con tomar la vía
de la violencia para arrebatarle a nuestro pueblo sus conquistas
revolucionarias.
Aún cuando se oculte bajo el ropaje de "pacíficas manifestaciones
reivindicativas", no puede engañarnos. Es el fascismo al asalto del
poder.
Patria Socialista o Muerte!!!
Venceremos y Estamos Venciendo!!!