Durante cuarenta años, de 1958 hasta 1998, existió en nuestro
país, como mucha gente debe recordarse, gobiernos de los partidos
Acción Democrática (AD) y del Comité de Organización Política Electoral
Independiente (COPEI), los cuales impusieron un régimen de represión
política sin precedentes en nuestra historia patria y que superó con
creces la brutalidad y perversiones de las dictaduras de los Generales
Juan Vicente Gómez y Marcos Pérez Jiménez.
Cuando el primero gobernó nuestra patria, hubo crímenes horrendos
como las torturas y los asesinatos de los jóvenes oficiales
comprometidos en el alzamiento de abril de 1928 y los ahorcados en el
Estado Táchira.Las largas prisiones en cárceles tenebrosas como La
Rotunda y el Castillo Libertador sólo afectaron a unas docenas de
prisioneros políticos y militares.
Después, durante el régimen oprobioso de Marcos Pérez Jiménez, la
masacre de Turén y el asesinato de Leonardo Ruiz Pineda y Alberto
Carnevalli, por sólo mencionar a algunos, estremecieron al país. Los
esbirros de la denominada Seguridad Nacional cometieron infames
torturas, algunas muy parecidas a las aplicadas por los agentes de Bush
en las prisiones militares en Irak y Guantanamo. Sin embargo, la
represión de esos gobiernos nunca alcanzó las proporciones de las
prácticas de los gobiernos de AD-COPEI.
Los gobiernos de AD-COPEI, o de la "Guánabana", como les decía
popularmente nuestro pueblo, rebasaron todo lo precedente.Se llevó a
cabo una política de fusilamientos y asesinatos como en ninguna época
anterior: Los nombres de Donato Carmona, César Burguillos, Juan Pablo
Rojas, Alberto Lovera, Jorge Rodríguez (padre), los hermanos Pasquier,
Livia Gouvernier y docenas de otras víctimas quedarán grabados como
testimonios de una época sombría. Centenares de civiles y militares
fueron a prisión. Apareció por primera vez en América Latina, la figura
del "desaparecido", al mismo tiempo que numerosos venezolanos y
venezolanas fueron condenados al destierro.
El regreso, y esto lo planteamos como un supuesto negado, de
AD-COPEI como gobierno siginificaría volver de nuevo a la represión sin
límite, a los fusilamientos y las torturas, a los encarcelamientos y a
las masacres. Sin embargo, el pueblo tiene el convencimiento de que
sería mucho peor debido a la carga de odio acumulada por los viejos
partidos a esta Revolución Bolivariana que lidera nuestro
Comandante-Presidente Hugo Rafael Chávez Frías.
La oposición pretende usar los efectos de la crisis mundial del
capitalismo sobre la economía venezolana para intentar, una vez más, la
desestabilización del sistema bolivariano.
Cerrar el paso a un gobierno cegado por el odio y el resentimiento
es una obligación para proteger la paz e integridad de Venezuela.
Y como lo decía un jurista mexicano y gobernante de ese país,
Benito Juaréz, de que el derecho al respeto ajeno y a la justicia es la
paz, saludamos como muy positiva, aunque en lo personal sin duda que no
nos alegramos, pero por la decisión si, es que en este preludio de la
semana santa, empieza el aparato jurisdiccional a funcionar, con la
decisión de que se le haya dictado una medida preventiva privativa de
libertad al General en Jefe retirado, Raúl Isaías Baduel, por la
comisión de delitos de corrupción durante su gestión como Ministro del
Poder Popular para la Defensa, y la condena por parte de un tribunal
del Estado Aragua, de los Comisarios Lázaro Forero, Henry Vivas e Iván
Simonovis, a la pena máxima de 30 años de presidio, junto a 8 efectivos
de la Policía Metropolitana, por el rol y su participación que jugaron
en el fallido golpe del 11 de abril de 2002. Sin duda, que aún faltaría
muchísima gente que ponerle el guante, sin duda que hay gente que
merece castigo, y esperaremos que esa acción llegará en su momento.
Porque como dice el dicho: "La Justicia tarda, pero llega".
Patria Socialista o Muerte!!!
Venceremos y Estamos Venciendo!!!