Para iniciar este propósito de conocer lo sucedido con el tan mencionado código de ética del periodista venezolano es conveniente reconocer, a mi manera ver, algunos datos interesantes y me remito al último articulo, el 50, que dice:” El cumplimiento de este Código es obligatorio para todos los miembros de CNP y corresponderá a los tribunales disciplinarios su vigilancia y sustanciar las denuncias.”
De aquí surgen preguntas: ¿Es necesario que un profesional requiera de un “código” para realizar cada día su trabajo o sus conceptos de la vida le dan un norte para ejecutar su oficio con el mayor decoro, eficacia, eficiencia y conciencia posible?¿Recibe en las aulas las pautas que contribuyan en ello? ¿O le vendemos el alma al diablo sólo para obtener prebendas?
Por otro lado, resulta que los egresados de las escuelas de comunicación del país, en su gran mayoría, no se inscribían, ni lo hacen actualmente, en el CNP por considerar que éste no les ofrecía, ni ofrece, ningún respaldo gremial, reivindicaciones, mejoras laborales y un largo etcétera, además que las autoridades tenían muchos años sin ser relevadas. Por lo tanto estos comunicadores no se consideraban “obligados” en el cumplimiento de estas disposiciones, lo cual fue influyendo en el desacato recurrente de éste. Primordialmente porque no había sanción.
De acuerdo a este primer señalamiento, es necesario destacar que muchos de los que hoy conforman las directrices del colegio, fueron en su tiempo, los primeros que hicieron caso omiso a estos principios éticos, y ahora en funciones gremiales sólo los utilizan con fines e intereses político-partidistas en contra del proceso revolucionario que lidera el comandante Hugo Chávez.
Ahora bien, demos un vistazo al artículo 1:” El periodismo es un servicio de interés colectivo y el periodista está en la obligación de ejercerlo consciente de que cumple una actividad indispensable para el desarrollo integral del individuo y la sociedad.”
Esta indicación que asevera el deber ser sobre el” servicio de Interés colectivo” se fue por la borda cuando prevalecieron otros principios, a saber: parcialidad, deshonestidad, palangrismo, servilismo, manipulación, entreguismo, vendiendo sus capacidades y fuerza de trabajo en beneficio de la utilidad capitalista de los dueños de medios.
En consecuencia, predominaron más los privilegios de una oligarquía que el aporte comunicacional de los periodistas en el logro de las capacidades intelectuales, cognoscitivas, culturales, biopsicosociales, de los integrantes de la comunidad. Seguiremos aportando temas para el debate. Otro periodismo es necesario. Patria y socialismo.
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