Usan la prepotencia y el abuso que les permitía su condición de clase, como si en esta patria no estuviera desarrollándose un cambio; aprovechando que el pueblo es el que está ahora en el poder (en algunos casos) menosprecian las capacidades de la clase que consideran inferior y por lo tanto no pueden aceptarle la rectitud de las conductas.
Las deformaciones que demuestran en todas sus actitudes evidencia su condición, son niños malcriados que un día sus padres le hicieron creer que eran los dueños del mundo, por lo tanto tenían derecho a todo, incluso a decidir por encima de la ley el derecho de los demás y más si el dueño del derecho es el pueblo, el poder lo manifiestan más humillante.
Cuando se escuchan posiciones como la que mantiene escondida detrás de la cultura, en una actitud prepotente la directora del ateneo de caracas, convertido en los últimos años en un centro de conspiración farandulera, la interrogante es ¿quiénes se creen que son? y confirmas el desequilibrio cuando descaradamente son apoyadas por medios de comunicación donde conjugan hijos de los mismos padres y con las mismas conductas, donde secundan sesudos artistas que entregaron la sensibilidad al abandono ¡si la concesión se vence en un estado de derecho, será lo mismo que si se vence en una dictadura¡ y la pregunta es ¿porque el pueblo no tiene este beneficio de apoyo por parte de los medios que pertenecen a la propuesta?, es fácil responder; porque es un abuso y en una revolución no se abusa, se respeta la regla, no permitiendo, que malcriados manipulen amenazando con cuantificar un pueblo que no tienen y suponen les acompañará su propuesta disfrazada de golpe, que envolvieron en un ego que no es compatible con el amor a un revolucionario.
Esta deformación de una clase que fue opresora y se niega a reconocer los cambios que se proponen cuando llega una revolución pacífica, que aunque no son los mismos que en una violenta, están obligados a entender, que si este no fuera un pueblo noble, lo más seguro es que no tuvieran la cantidad de privilegios que aun se arrogan, con la anuencia de una justicia que no es para el pueblo revolucionario y además la ignorancia no les deja saber, a pesar de los intentos que se hacen para que lo capten, que en una revolución pacífica no se fríen las cabezas en aceite.
Están atizando el fuego, la deformación no les permite aceptar el esfuerzo de este pueblo; y lo inexplicable es, que los pocos que demuestran algo de cordura, tampoco pueden detener la violencia que provocan, pareciera que la cantidad de delincuentes que mantienen en sus filas, son más impetuosos que los que se dicen defensores de un cultura capital, que a pesar de saber desaparecerá del mundo, están dispuesto a seguir apoyando sin importarles que la patria se quede sin futuro y para lograrlo arrastren una cantidad de patriotas que decidieron emprender un camino definido, que tiene como horizonte PATRIA O MUERTE, VENCEREMOS Y HASTA LA VICTORIA SIEMPRE.
HAZTE CONCIENCIA.
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