El pasado 4 de mayo secumplió un aniversario del alzamiento en Carúpano del Batallón de Infantería de Marina Nº 3, comandado por el capitán de Corbeta Jesús Teodoro Molina Villegas, un militar ejemplar que entró en la Armada como marino y ascendió por méritos propios a oficial superior.
Molina, como su generación en la Marina, sintió la angustia de que Venezuela estuviera en manos de unos políticos, cuyo único objetivo era usufructuar el poder y sus privilegios. El país había perdido su soberanía, su personalidad jurídica y se había convertido en un peón de los designios políticos norteamericanos. El crimen, la tortura, la persecución, el robo, eran rutina que superaba los desmanes del perezjimenismo.
En 1962 comenzaba a romperse el equilibrio político del país, como se resquebraja la corteza terrestre ante un sismo, lo que explica el Carupanazo y el Porteñazo, rebelión ésta que estalló con 28 días de diferencia, pero que constituían una misma conspiración con los mismos objetivos, con la misma orientación de izquierda, planificados conjuntamente y con igual espíritu revolucionario, por lo que son los precursores de la Revolución Bolivariana.
La historia verdadera del Carupanazo y del Porteñazo no ha sido contada por sus auténticos autores, aunque tengo grabado un encuentro recordatorio con el capitán Molina, el capitán de Fragata Pedro Medina Silva, uno de los jefes del Porteñazo y Rafael "Negro" Yánez, excelente amigo fallecido, vinculado a la Marina, donde aparecen hechos inéditos, por ejemplo, cómo fue abortado el movimiento militar por las mismas fuerzas de izquierda, adelantando el Carupanazo.
El relato de la batalla de Puerto Cabello del capitán de Corbeta Víctor Hugo Morales es sumamente valioso y auténtico. Vale la pena recordar a dos militares fallecidos, el Mayor Pedro Vegas Castejón y el teniente Héctor Fleming, quien murió, curiosamente, el pasado 4 de mayo y quienes encabezaron el alzamiento del Destacamento Nº 77 de la Guardia Nacional que apoyó al Batallón de Infantería.
El Carupanazo y el Porteñazo son una demostración más del carácter irreductible de nuestra Fuerza Armada.
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