"la clase social que dispone de la propiedad de los medios de producción dispone, al mismo tiempo, del control de la espiritualidad y de la producción de cultura, por lo que las ideas que en una sociedad triunfen serán las que la clase dominante quieran que dominen" Carlos Marx.
La Revolución Bolivariana continúa recuperando lo que es del pueblo. Hoy los expropiados son los históricos expropiadores: la burguesía gusana y transnacionalizada “venezolana”, los únicos y verdaderos responsables de haber sumergido al pueblo venezolano en la más penosa miseria. Nuevamente el turno recae sobre la principal industria del país, PDVSA. Su carácter estratégico para la economía del país le reclama, necesariamente, permanentes cambios en sus relaciones de propiedad y producción que la mantiene palpitante y revitalizada.
El día 07 de Mayo de 2009 el presidente de la República promulgó la esperada Ley Orgánica que Reserva al Estado los Bienes y Servicios Conexos a las Actividades Primarias de Hidrocarburos. Con esta Ley el Estado recupera las actividades que en el pasado le habían sido arrebatada a la estatal petrolera venezolana por medio de las infames políticas concebida en la "Apertura Petrolera", y que fueron promovidas en la 4ta República por la “Meritocracia” quienes pretendían privatizar, de forma paulatina, la industria petrolera nacional; una macabra estrategia bien planteada por esta mal llamada “nuestra burguesía nacional” –transnacionalizada- y que eran instrumentadas a través de mecanismos como los caducos “Convenios Operativos” (-implementados para los mal llamados "campos marginales", en realidad campos con excelentes niveles de producción como Campo Boscan entregada a la transnacional Chevron con una producción de más de 80 mil barriles diarios-); también a través de las infames "Asociaciones Estratégicas" destinada para la Faja Petrolífera del Orinoco (-para el procesamiento de crudo extra pesado de la Faja-); la entrega de INTESA (el cerebro electrónico de PDVSA) a la empresa norteamericana SAIC; la errada política de internacionalización (-por adquisición de refinerías obsoletas que no procesaban crudo venezolano-); y el proyecto de la Orimulsión (-proyecto que consistía en transformar el petróleo extra pesado, mal catalogado como bituminoso, en una mezcla con agua y sulfurantes, para ser vendidos a precios irrisorios en el mercado norteamericano). Estas políticas también llamadas "Outsourcing" no pudieron cristalizarse gracias al advenimiento de la revolución.
Más de 8000 trabajadores esclavizados por las contratistas, y estafados en los pagos y en la cobertura de seguros, ahora formaran parte de la Estatal petrolera venezolana. La profundización de la nacionalización en la petrolera es también interpretable como una conquista de los trabajadores venezolano.
El histórico expropiado ha sido el pueblo de Venezuela quien -como bien lo expresara el Comandante Chávez- sigue recuperando lo que es suyo; lo robado por la burguesía apátrida y bastarda. La propiedad de los medios de producción en manos del pueblo contribuirá en desatar un nuevo complejo espiritual que, a decir de Marx, terminará por imponer las ideas revolucionarias de la clase proletaria venezolana.