Nuevamente
el presidente Chávez debe convertirse en el hacedor de realidades,
convertirse en ministro, en director de CONATEL, en alcalde, en gobernador,
etc. Nuevamente debe hacer el llamado público para que el canal privado
Globovisión reciba al menos una sanción administrativa. Al igual que
lo hizo con la no renovación de rctv.
Desde
esta trinchera de lucha que significa la comunicación alternativa,
esperamos que las instituciones del Estado actúen contra esa empresa
de descomunicación, ese canal que se convirtió en un partido político
que lidera a la oposición irracional y extremista de nuestro país.
Un canal donde se hacen llamados indirectos y directos para subvertir
la paz, para hacer llamados a asesinar al Comandante Chávez. Un canal
que a diario intenta infundir el pánico colectivo en la población,
afortunadamente que solo hace eco un pequeño sector de absurdos y autómatas.
En
distintos países del planeta, solo por el 25% de las barbaridades que
hace Alberto F. Ravell al mando de Globovisión, ya se habría cerrado
y sancionado a ese medio, un medio que se convirtió no solo en partido
político, sino en juez, en policía, es decir siguiendo el vivo ejemplo
del Gobierno Norteamericano y sus secuaces. ¿Y qué hace el Estado
Bolivariano? Pues esperar a que sea el presidente Chávez quien haga
voz del descontento nacional. No pretendo convertir este artículo en
una tacha irracional, pero si es necesario generar una autocritica,
pues somos revolucionarios y para constituir nuevos valores siempre
será necesario lo que Chávez llamo las R.
Regresando
a Globovisión, y a Ravell, no es justo que ellos se beneficien del
espectro radioeléctrico que le pertenece a todos los venezolanos, y
lo utilicen como una artillería de disociación psicótica, es incluso
un problema de salud publico entre toda la gente que absorbe los terroríficos
mensajes que salen por la pantalla de sus televisores. Sinceramente
el poeta francés tenía razón, la televisión dentro del sistema capitalista
se ha convertido simplemente en un chicle para los ojos, aunque Globovisión
ya ha mascado demasiado esa goma, es hora de poner un freno a esta situación,
y que el Estado vaya a favor de las grandes mayorías que no deseamos
mas martirio televisivo.