Ante la avalancha de falsedades de las peores que se pueden inventar para continuar con el objetivo que se ha trazado la oposición de desestabilizar el gobierno de Hugo Chávez, entre las cuales están la fulana propiedad privada que será confiscada por el gobierno y la patria potestad de los niños, niñas y adolescentes que perderán sus padres y que la asumirá el régimen con el propósito de adoctrinarlos y transformarlos en auténticas marionetas al servicio de la revolución, el gobierno debe, en lo inmediato, editar por millones de ejemplares, sobre uno y otro tema, la legislación vigente y toda aquella que esté en proyecto de ser modificada y/o complementada, de manera de desenmascarar tan abominable campaña mediática.
¿Qué nos pasa que no hemos dado ese paso que es crucial para desbaratarle ese discurso perverso a la oposición?
Ya, sin más demora, los despachos ministeriales directamente responsables de las políticas en esos temas y, sobre todo el que tiene a su cargo la comunicación y la información gubernamental, no deben darle largas al asunto y con el carácter de urgencia, coordinar y ordenar la mayor publicidad sobre tales disposiciones, pues es la única forma que vislumbramos que puede acabar con toda esa truculencia abominable.
Obviamente, no basta sólo con divulgar en encartados las referidas leyes y normas, hay que complementar la actividad con programas para radio y televisión, a cuyo efecto se deberá recurrir a la asesoría de revolucionarios que los hay por cientos, especialistas de altura y de mucha confiabilidad, en la producción y publicidad audiovisual.
Un punto importante: Hay que examinar con el debido interés, la conveniencia de divulgar ese material audiovisual en cadena nacional y en horas de mayor sintonía, así como ir aceitando la artillería de la palabra y de la acción revolucionaria, para enfrentar las arremetidas quizás peores que la oposición lanzará en lo adelante y hasta las próximas elecciones legislativas del próximo año, en donde desde ya sabemos que cantará fraude, como siempre lo ha hecho, pero esta vez en el marco de las mayores “guarimbas” que hayamos podido ver en todas las grandes ciudades del país, todo ello con el mayor apoyo de la CIA, a través de sus disfraces de la NED, la USAID y la Freedom House, entre otros, tal y como acaba de ocurrir en Irán.
