Estimado y respetado compatriota: La oposición y sus medios, no aceptan que perdieron sus ostentosos negocios y sus caros privilegios, las élites no entienden que aquí todos cabemos, pero como iguales entre iguales y que en la Constitución Bolivariana, es el pueblo el que tiene el poder, tal cual lo soñaron nuestros aguerridos padres libertadores. Ellos no soportan que los recursos y riquezas de PDVSA y del resto del Estado se pongan al servicio de nuestro pueblo humilde. Descalifican por eso a las misiones de salud, educación, cultura, deportes y vivienda. Ellos le tienen pánico a la democracia participativa y al protagonismo del pueblo que poco a poco ha ido construyendo un pueblo que ha crecido y que es cada vez más maduro políticamente. No quieren permitir que nuestro país sea definitivamente soberano e independiente. Le temen al hombre que con su ejemplo está transformando, con su liderazgo honesto el presente y el futuro de nuestra patria y nuestro pueblo. Para ellos el presidente Chávez es una amenaza.
La petulante soberbia de este sector de la sociedad y su olímpico desprecio por todo lo que huela a sensibilidad popular, con sus actos han demostrado que no creen en el país y en la democracia. Han activado golpes sangrientos, paros terroristas, guarimbas, fraude con firmas chimbas, campañas mediáticas y laboratorios de mentiras para acabar con el presente de crecimiento social y económico, para asesinar la esperanza de una patria grande, feliz sin exclusión ni pobreza. Afortunadamente, gracias a la unidad del pueblo y La Fuerza Armada Venezuela ha logrado derrotarlos. No terminan de entender que esta es una revolución pacifica, pero armada, de pueblo rebelde y de esperanza bolivariana.
Luego de numerosos fracasos aceptaron a regañadientes el camino pacífico del referéndum, pero saben que no tienen las firmas suficientes. Con sus medios, engañaron a un pedazo del país diciéndoles que eran mayoría y hoy ni siquiera raspan el 20% de las firmas necesarias para activar el Artículo 72 de la Constitución para llegar a referéndum.
Por eso recurren de nuevo a medios violentos. Quieren, inútilmente una guerra civil que enfrente pueblo contra pueblo. Están desesperados porque saben que no pueden acabar con el liderazgo del presidente Chávez por ningún medio pacifico y democrático.
Esta oposición delirante ha optado ahora por el fascismo en su forma más bárbara y brutal: Apelan a la estrategia del caos total y el terrorismo bestial, importando la violencia. Como no saben llegarle al pueblo, compran los servicios de asesinos expertos, paramilitares mercenarios extranjeros. Militares golpistas inescrupulosos y corruptos, apoyados en políticos ambiciosos, que cuentan con financiamiento y asesoría de potencias internacionales, quieren entregar la integridad de la patria de Bolívar al saqueo, como lo inició Carmona en su cortísimo periodo. Desarrollan su plan a cualquier costo, así sea ahogando en sangre de hermanos patriotas un proyecto en el que se puede incluir todo el que quiera y pueda aceptar que los demás también existen. Sólo les importan sus mezquinos intereses, desprecian al pueblo pobre, pero también a todos los ciudadanos que no sean de su rosca.
Compatriota, es el momento de reflexionar serenamente. No te dejes manipular como lo intentaron hacer durante el golpe del 11 de abril de 2002, o como lo hicieron con la guerra mediática del paro golpista. No permitas que te chantajeen e intimiden, que utilicen tu nombre, tu dirección y tu firma contra ti mismo y tu familia. Hay momentos en la vida en que con dignidad e integridad, más allá de las pasiones y de los prejuicios tenemos que pensar en los demás y en la patria y en nosotros mismos y nuestras familias.
Este es el momento de exigirle a la oposición que cumpla con su palabra empeñada, que asista a los reparos y acepte los resultados como nosotros lo haremos. Que deje de chantajear a los ciudadanos y que permitan que de manera libre y voluntaria que cada cual actúe según su conciencia, que ratifiquen su firma los que creen por la razón que sea, que Mendoza, CAP, Salas, Caldera, o los llamados nuevos rostros de la vieja política, y en fin, todos los que desfilan por los medios con el mismo discurso del pasado, son la salida para Venezuela. Pero también que puedan desincorporarse de esa lista aquellos compatriotas que piensan con cabeza propia lo contrario y que han logrado, valientemente, incorporarse a la Venezuela de todos, la de la paz y la tolerancia.
Debemos exigirle a los medios que digan la verdad. Con mucha firmeza, exigirle a Bush, que saque sus manos ensangrentadas de La patria de Bolívar. El pueblo no permitirá por ningún motivo que quiebren el proyecto común, recogido en El Libro de Todos. No queremos en Venezuela otro Irak, con campos de concentración y torturas. Tenemos que pedirle a la oposición que recapacite y abandone el atajo de la violencia, el terrorismo y el golpismo. Ya es hora que de manera autocrítica acepte las reglas de juego de La Constitución Bolivariana, única garantía de paz y democracia. Que entiendan que la legitimidad del presidente Chávez reside en el pueblo y que ésta no puede serle arrebatada por métodos violentos, extra jurídicos y extra constitucionales, para complacer las apetencias y caprichos de una oligarquía avara.
Como nunca en muchos años, el destino de la patria, tú destino está en tus manos no pierdas la oportunidad de levantar tu bandera bien en alto. Venezuela es de todos, ahora te pertenece. Los reparos son un camino digno y una oportunidad para que todos rectifiquemos y comencemos a encontrarnos.
Sabemos que contamos con tu patriotismo y tu conciencia.