El imperialismo contraataca

Estados Unidos sigue buscando desesperadamente pretextos para invadir a Venezuela. Su injerencia ha sido clara desde que Hugo Chávez llegó al poder, sobretodo desde el fallido golpe de Estado del 11 de abril de 2002. Con el polémico tema del referéndum se han dado banquete desde la Casa Blanca para ir y venir en interminables declaraciones, exhortaciones y solicitudes. Para nadie es un secreto la metodología de acción yanki, mucho menos sus claras intenciones sobre Latinoamérica y el resto del mundo. Los gringos quieren dos cosas: poder y petróleo, nada más. Históricamente ha quedado demostrado y más aún después del gran escándalo en Irak. Primero, dan a conocer sus preocupaciones sobre los diversos problemas que surgen en su país meta, después hacen un llamado al gobierno de turno para que "respete" a sus ciudadanos y luego, como estocada final, envían a sus tropas para "colaborar" con la paz. Es simple, después del pretexto invaden el territorio que les interesa para apropiarse de sus bienes y ampliar su radio de control en el globo.



Con Venezuela no se la han visto fácil. Chávez ha asumido una posición radical contra el gobierno de Bush y se ha atrevido a retarlo infinidades de veces. Kennedy contra Fidel, Nixon contra Allende y Bush contra Chávez. Evidentemente que la Casa Blanca quiere completar su trilogía. La resistencia cubana contra el bloqueo demuestra que América Latina puede luchar contra el imperialismo. Ya Martí no los había advertido al decir "¡Los árboles se han de poner en fila, para que no pase el gigante de las siete leguas!", y es precisamente lo que alega la Casa Blanca contra Cuba y Venezuela, asegurando a través de la CIA que Castro y Chávez están planificando un sistema de desestabilización en Latinoamérica. Y en aras de "defender" a la región, Bush radicalizó el bloqueo cubano. Aunque la sospecha se despierta al ver la cercanía de las elecciones gringas y los golpes bajos que le ha dado Kerry a su rival. Las élites cubanas en Miami -los bien llamados "gusanos"- pesan en las estadísticas como votos a favor de quien siendo gobernador rompió con todos los récords conocidos de penas de muerte en Estados Unidos.



Venezuela, el tercer país con mayor producción de petróleo en el mundo y con un presidente que le dice "pendejo" a Bush con todo el desparpajo posible, es el proyecto más ambicioso de Washington. Así lo advirtió el politólogo norteamericano James Petras durante su visita al Ecuador, el verdadero foco de atención de la Casa Blanca es Venezuela, sacar a Chávez del Palacio de Miraflores es su prioridad. Ahora que comienza el reparo de las firmas rechazadas para el referéndum, el subsecretario de Estado para Asuntos Hemisféricos de EEUU, Roger Noriega; el candidato demócrata John Ferry; y el secretario de Estado de EEUU, Colin Powell, volvieron a demostrar su "sana" preocupación por la soberanía y el respeto al pueblo venezolano. Lo que resulta curioso de todo esto, son los términos que utilizan en con aires robinhoodianos de defensores de la justicia. Noriega, sumamente preocupado por el panorama político venezolano y sumándose a la lucha de la pobre "masa muda" -como solía decir Martí- que injustamente ha sido sometida a los maltratos del actual gobierno, manifestó abiertamente que "existe la grave preocupación de que el Gobierno venezolano esté tratando de inhibir el derecho constitucional del pueblo venezolano a que sus firmas sean contadas. La recolección de firmas del año pasado recabó cerca de tres millones 400 mil firmas, muy por encima de la cifra requerida por la Constitución de dos millones 400 mil firmas en un proceso que tanto la Organización de Estados Americanos y el Centro Carter determinaron que había cumplido rigurosos controles y verificaciones". Antes de continuar con esta sentida opinión del peón yanki cabe destacar que ese "pueblo venezolano", durante la recolección de firmas, tildaba a César Gaviria, secretario general saliente de la Organización de Estados Americanos (OEA), de "Chaviria", por su supuesta falta de imparcialidad y consiguiente adhesión al proceso revolucionario de Chávez.



Seguidamente, Noriega agrega que "sin embargo, una controvertida decisión del Consejo Nacional Electoral (CNE), cuestionada por los observadores de la OEA y del Centro Carter, trajo como resultado la exclusión arbitraria de más de 800.000 firmas". Entonces surge una nueva sospecha. Cuando fueron elegidos los representantes del Consejo Nacional Electoral (CNE) venezolano para el proceso de consulta que está próximo a concluirse, tanto la OEA como el Centro Carter demostraron abiertamente su aprobación, ya que el nuevo tren ejecutivo de este organismo fue compuesto por diversos representantes de las diferentes tendencias políticas que existen actualmente en el país. Para ellos, en ese momento, era una garantía de que la recolección de firmas para saber si el referéndum iba o no, sería transparente ¡Qué casualidad! Hay que reparar 800 mil firmas y ahora para Noriega es una decisión "controversial". Y no contento con eso, el "digno" subsecretario de Estado para Asuntos Hemisféricos de EEUU considera que "estas firmas deben ser sometidas ahora a una segunda etapa de verificación, o sea el proceso de reparo. Con su participación en este proceso, el pueblo venezolano demostrará su firme tradición democrática. De hecho, para superar el clima de confrontación y restaurar la integridad de las instituciones democráticas que el país ha logrado alcanzar luego de mucho esfuerzo, es esencial que se respete la voluntad política del pueblo venezolano". Claro, hay que entender que Noriega no puede opinar lo contrario, siendo Washington el principal auspiciante del golpe de Estado que duró 48 horas, algo demostrado en la actualidad y ratificado por el embajador saliente de los Estados Unidos en Venezuela, Charles Shapiro. Se supone (y reitero el "supone") que la comunidad internacional debe observar con imparcialidad el proceso que se vive actualmente en Venezuela y más aún sabiendo que el CNE es una institución gubernamental pero autónoma, es decir, que no responde a los intereses del Ejecutivo Nacional. Sin embargo, Roger Noriega cuelga su objetividad, agacha su cabeza frente a su jefe (Bush) y dice "pedimos al CNE que administre un proceso justo y creíble, para que emita los resultados con prontitud, y exhortamos al Gobierno venezolano a establecer un clima propicio para que la ciudadanía venezolana pueda expresar sus opiniones sin temor e intimidación. El Gobierno y los encargados de guardar el orden público tienen la obligación especial de respetar y defender a los venezolanos cuando éstos ejerzan sus derechos constitucionales" ¿Qué quiere decir con esto? ¿Que el CNE -aprobado por la OEA y el Centro Carter- carece de la transparencia necesaria para este tipo de eventos? ¿Qué el gobierno venezolano y los cuerpos de seguridad del Estado observan de brazos cruzados las peleas callejeras de la "sociedad civil" frente a la Guardia Nacional? Además, porque Noriega guarda entre sus virtudes la elocuencia, indica que "también hacemos un llamado a todos los venezolanos a que rechacen la violencia por ser ésta un elemento incompatible con el ejercicio de la democracia. Estados Unidos y la comunidad internacional están firmes en su apoyo a las aspiraciones democráticas del pueblo venezolano". Claro, los gringos apoyan la democracia, pero quieren sacar a como de lugar a un presidente elegido democráticamente por el 65 por ciento de la población venezolana, que además fue quien derogó la "moribunda" Constitución Nacional para agregar entre sus artículos el derecho a un proceso de consulta y a un referéndum revocatorio. Noriega habla de los Estados Unidos y la comunidad internacional "firmes" en su apoyo, firmes a entrometerse en la soberanía nacional y disolver la llave estratégica conformada por Venezuela, Cuba, Brasil y Argentina. Firmes en sacar a Chávez porque amenaza a Bush con dejarle de enviar petróleo si sigue la injerencia yanki en nuestro país. Firmes en darle dinero a la oposición para sus maromas en contra de la democracia ¿O es que un golpe de Estado apoyado desde el norte del continente es una salida democrática?



Finalmente, Noriega, pecando de inoportuno o "lengua larga" como solemos decir, suelta una fugaz advertencia: "El proceso de referendo en Venezuela también pondrá a prueba el compromiso de la región con la Carta Democrática Interamericana, la hoja de ruta de las naciones de la OEA en la promoción y defensa de la democracia en el continente. Estados Unidos seguirá trabajando con nuestros socios en el continente en apoyo a la democracia en Venezuela. Estamos ansiosos también de restaurar la buena relación bilateral que tradicionalmente hemos tenido con Venezuela, relación que se ha visto sometida a tensiones por el incendiario discurso gubernamental". Primero, deja muy claro que sí van a tratar de aplicar la Carta Democrática Interamericana, que no es más que una manera muy elegante para que ellos invadan a Venezuela; segundo, ratifica que Washington seguirá apoyando los intentos de sacar a Chávez de la silla presidencial; y tercero, revela que con ansias tratarán de restaurar la "buena relación bilateral" con Venezuela, es decir, la que solían tener con los antiguos partidos de extrema derecha que estaban dispuestos a vender hasta su propia madre para complacer a los gringos, al punto de tratar de privatizar nuestra máxima fuente de ingresos: Petróleos de Venezuela (PDVSA). Ahora como están de moda los Tratados de Libre Comercio (TLC), ese reencuentro amoroso entre EEUU y Venezuela significará ampliar su Área de Libre Comercio para las Américas (ALCA), sueño que hasta ahora se ha visto frustrado gracias a la propuesta venezolana de implementar una Alternativa Bolivariana para las Américas (ALBA) que no significa otra cosa que negociar entre países latinoamericanos y no con Estados Unidos, lo cual sería una soga al cuello para nuestras economías al competir en desigualdad de condiciones. Sinceramente, Noriega casi me hace llorar con su última sentencia: "El pueblo estadounidense y el venezolano comparten un compromiso mutuo y firme con la democracia y, en los días por venir, seguiremos unidos en torno a los valores que compartimos. Durante años, sucesivos gobiernos venezolanos promovieron la democracia en las naciones del Caribe y de América del Sur. Ahora, es el pueblo venezolano el que pasa por momentos de apuro. No podemos fallarle". Tanto romanticismo me conmueve, ahora podremos dormir tranquilos porque los gringos no nos van a fallar, porque para sacar a Chávez repetirán su estrategia haitiana. mandarnos a su gente sin previo aviso para "resguardar la paz".



Por su parte, Colin Powell, un buen amigo al que ya conocemos, no nos hizo esperar con sus respectivas palabras de apoyo. Con la impecable retórica que lo caracteriza, nos recuerda que "el pueblo venezolano ha llegado a un momento determinante para su democracia. A partir del 28 de mayo, más de un millón de ciudadanos tendrán la oportunidad de reconfirmar sus firmas para apoyar la solicitud de un referendo sobre el mandato del Presidente Hugo Chávez. Este proceso ayudará a los venezolanos a resolver sus diferencias y a construir un futuro mejor y más robusto para su nación". Sus invitaciones, gastadas, recicladas y sumamente reiterativas, hacia el presidente indican que para Estados Unidos, Chávez es una piedra en el zapato y por lo tanto, habrá que sacarlo: "Exhorto al gobierno venezolano a honrar la voluntad de su pueblo al apoyar un proceso justo y creíble que produzca resultados con prontitud en un clima libre de miedo y de intimidación. También hago un llamado a todos los venezolanos a rechazar la violencia por ser ésta incompatible con el ejercicio de la democracia". No, no es un error. Las declaraciones de Powell no sólo coinciden con las de Noriega, sino que aparentan intentos de plagio ¿Será que dependían del mismo peón encargado de redactar los comunicados de Estados Unidos hacia Venezuela? ¿Será que su jefe (Bush) les exigió ciertos parámetros de escritura? Sea como sea, Powell reitera con exagerado ahínco las palabras de Noriega: "Estados Unidos apoya una solución pacífica, democrática, constitucional y electoral al impasse político de Venezuela, como lo estipula tanto la Resolución 833 de la Organización de Estados Americanos como el Acuerdo del 29 de mayo de 2003 entre el Gobierno de Venezuela y la oposición democrática. El reciente comunicado del Grupo de Amigos del Secretario General de la OEA para Venezuela formuló un llamado por una solución democrática. Seguiremos trabajando con la comunidad internacional para ayudar al pueblo de Venezuela a alcanzar sus aspiraciones democráticas". Ambos se declaran defensores de la democracia, defensores del pueblo venezolano destinado a un futuro incierto por culpa de un señor llamado Chávez, defensores de un posible referéndum que los libre indirectamente de su piedra en el zapato.



Así es como el imperialismo contraataca, esperando agazapado para brincar sobre los pozos petroleros que le pertenecen a Venezuela, para eliminar a Chávez de su lista de posibles amenazas, para que Bush gane puntos con los gusanos miameros y los latinoamericanos reaccionarios que viven en tierras yankis, para borrar el incuestionable error en Irak sacando la bandera de "salvamos a Venezuela del monstruo comunista", para quitarle a Fidel Castro el poco apoyo que le queda para un pueblo empobrecido gracias a un bloqueo injustificado, para adueñarse de uno de los países más ricos en América Latina y demostrar que a pesar de sus tropiezos por las armas de destrucción masiva fantasmas, siguen siendo la primera y única potencia en el mundo, capaz de cumplir con todas las metas que se propone. La verdad es que nadie le dio vela en este entierro a Washington, si el referéndum va o no va es asunto nuestro, una gran mayoría de nosotros votó por Chávez y él nos dio el derecho de sacarlo cuando queramos ¿Qué pinta Bush en toda esta historia? Yo sí quiero que se quede Chávez y respeto a quienes firmaron para sacarlo del poder, porque sí somos democráticos, nuestro gobierno es democrático. Nosotros no andamos matando soldados irakíes, ni tratando de que los cubanos se mueran de hambre por vivir en un país comunista, ni tratamos de ahorcar a América Latina con un TLC engañoso y un FMI que nos cae a palizas cada vez que le da la gana, ni nos metemos en Haití para mandar a su presidente al continente africano sin derecho a pataleo. En realidad me pregunto ¿Qué diablos querrán decir estos gringos de pacotilla con la palabra "democracia"?



Democracia, esa es la palabra favorita del argumento yanki para justificar su "preocupación por Venezuela". El candidato demócrata John Kerry siguió el paso de sus compatriotas y emitió sus respectivas declaraciones sobre el reparo de las firmas. "Los próximos días serán críticos para el futuro de la democracia en Venezuela. El presidente Chávez y todos los venezolanos deben entender que la comunidad internacional estará observando muy de cerca para asegurar que el proceso de la validación de firmas avance abiertamente y con imparcialidad". Un poco más autoritario que el resto, el posible sucesor de Bush amenaza con cierto solapamiento que como los ojos del mundo estarán puestos sobre Venezuela, debemos comportarnos como niños buenos o seremos enviados a la esquina con orejas de asno puesta en la cabeza (el arquetipo del castigo gringo en las escuelas). Creo que vale la pena seguir leyendo a Kerry, porque para él "los venezolanos tienen derecho a un gobierno que respete los derechos humanos y las leyes, que pelee la corrupción y construya consenso por medio del proceso democrático". Se nota que no conocen a fondo la historia de la democracia en Venezuela o por lo contrario, que sufren de amnesia selectiva. A partir de 1958, luego de la caída del fallecido dictador Marcos Pérez Jiménez, en Venezuela se dio inicio a la nueva etapa democrática la cual sigue en pie hasta la actualidad. Antes de que Chávez apareciera en la esfera pública, el Palacio de Miraflores era repartido entre adecos y copeyanos, quienes de cinco en cinco años se relevaban como en carrera olímpica. Durante ese período, con mayor ahínco en los respectivos turnos de los adecos, se violaron los derechos humanos a diestra y siniestra, causando la muerte o la desaparición de muchos periodistas venezolanos y militantes de los partidos de izquierda. Las torturas y las detenciones injustificadas abundaban por doquier e incluso, poco antes de que Chávez llegara al poder, el gobierno cumplió sus amenazas contra de uno de los periódicos más leídos del país quitándole todo el papel disponible para imprimir. Y ni hablara del escandaloso robo de Carlos Andrés Pérez, quien probablemente pase a mejor vida lejos de su tierra natal pos saquear las arcas del Estado para darse la gran vida junto a su entonces amante y ahora esposa. A mi parecer, el aspirante a mandatario gringo debería informarse mejor de lo que sucedió y sucede en Venezuela, antes de hablar por hablar, antes de tratar de figurar con la única intención de ganar mayor cantidad de votos.



A mi parecer Kerry se toma muy personal su preocupación por una Venezuela democrática, hablando de Chávez como si fuera su amigo de cantina, haciendo el muy conocer de las políticas sociales y económicas del proyecto bolivariano: "Aun después de ser elegido democráticamente y de prometer una reforma, el Presidente Chávez ha tratado a sus adversarios como enemigos en vez de procurar sanar las divisiones que han plagado a Venezuela. El ha socavado la constitución y ha utilizado sus Círculos Bolivarianos para reprimir la disidencia pacífica como al mismo tiempo su gobierno se ha movido sistemáticamente para expandir sus poderes". Señor Kerry: Esa disidencia pacífica de la que usted habla es la misma "sociedad civil" que se enfrento a la Guardia Nacional (encargada de preservar la seguridad en las calles) con palos, piedras y armas de fuego. Además ¿Qué sabe usted los Círculos Bolivarianos? ¿No sabe que en el este de la ciudad reprimen -en toda la extensión de la palabra- a quienes están a favor de Hugo Chávez? ¿O será que siente simpatía por esos grupos de alta sociedad que están en contra del presidente y le hablan en inglés a los periodistas internacionales soltando frases como "Chávez out!", "Chávez is a killer", etc.? Porque según yo recuerdo, en las más recientes manifestaciones violentas acontecidas en Caracas, los provocadores fueron los de la "sociedad civil", quienes se volcaron a la calle a destrozar la ciudad haciendo trincheras con semáforos, postes y árboles fueron aquellos de la "disidencia pacífica". Y más aún, en estos lamentables sucesos murió casi una decena de personas, cuya mayoría eran personas a favor de Chávez que se encontraban en el este de Caracas haciendo su rutina diaria, como trabajar o vivir, por ejemplo.



Durante la niñez, nuestros padres nos repiten incansablemente que hablar de los ausentes es de mala educación. Supongo que a Kerry se le olvidó semejante consejo, pues opina con mucha soltura sobre lo que sucede en Venezuela, sobre la manera de gobernar de Chávez, sometiéndose únicamente a las informaciones emitidas desde los medios de comunicación nacionales y extranjeros, los medios de comunicación "privados", entendiéndose como "privados" los que pertenecen a las grandes esferas de poder económico que desean desesperadamente la salida de Chávez ¿Por qué? Porque es más conveniente para sus bolsillos y sus presupuestos tener a un presidente reaccionario y complaciente de los intereses del Tío Sam. Para el pichón de presidente gringo "la tendencia perturbadora hacia el establecimiento de un régimen autoritario debe invertirse ya, para que así el referéndum pueda empezar un proceso de reconciliación nacional. El presidente Chávez tiene una responsabilidad, como el Jefe de Estado, de proteger los intereses de todos los venezolanos, permitiendo que las firmas puedan ser revisadas en una atmósfera de calma y transparencia". Señor Kerry: El proceso de reparo de firmas ya se está llevando a cabo y de manera pacífica, hasta los momentos, no se ha presentado un solo foco de violencia en el país. Además, si estamos en plena carrera hacia un posible referéndum es porque Chávez y la Asamblea Nacional incluyeron los artículos correspondientes a este derecho ciudadano en nuestra Constitución Nacional vigente desde 1999.



La injerencia de los Estados Unidos en Venezuela es una amenaza real, así lo determina la historia y los actuales gobernantes del suelo yanki. Para muestra un botón: "Hasta la fecha, la administración del Presidente Bush lamentablemente ha escogido no jugar un verdadero rol de liderazgo que genere presión internacional sobre el Presidente Chávez para que permita que el referéndum avance sin interferencia. Verdaderamente, su apoyo tácito con el fracasado golpe militar contra Chávez en Abril del 2002, ha socavado su habilidad de jugar ese papel. Con nuestra credibilidad y con las esperanzas de tantos en juego, yo le hago un llamado a la Administración y a nuestros aliados en la región a pararse fuerte por el proceso democrático en Venezuela". Es lamentable que el tema de Venezuela sea utilizado por este aspirante a jefe de la Casa Blanca en su discurso político contra Bush. No fue un apoyo tácito el del actual presidente gringo en el golpe fallido, fue un apoyo monetario, económico, con dólares reales de por medio. Abiertamente está solicitando el apoyo de otros países americanos a "pararse fuerte" en pie de lucha, esta es una declaración de guerra. Y al reclamar la falta de liderazgo de Bush en este caso, trasluce claramente su intención de hacer de Venezuela un segundo episodio de la masacre en Irak, de la intromisión en Haití, del bloqueo a Cuba, del asesinato de Allende. El ardid diplomático en este tipo de declaraciones estiliza el lenguaje utilizado, pero no esconde la sed petrolera que sienten los gringos por una tierra tan enriquecida con el oro negro como lo es Venezuela. Chávez es el obstáculo entre ellos y nuestros pozos petroleros, por eso su énfasis en la necesidad de una salida del actual presidente venezolano.


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Gipsy Gastello


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