“Estudia para que seas alguien en la vida.” Le decía Francisca a su hijo Vicentico, y Vicentico estudiaba y estudiaba siguiendo los consejos de su madre, la majaretera del pueblo. El administraba con precisión su tiempo, estudiaba, jugaba picha, trompo, volador y pelotica de goma.
Como excelente
alumno salio de sexto grado con altas calificaciones y a los 12 años
recién cumplido ingreso al bachillerato el cual se lo comió
en los cinco años reglamentarios.
A fuerza
de majarete Francisca lo mando a la universidad y en pocos años
Vicentico el de Chica la majaretera, era todo un Geólogo.
Posteriormente
ingreso a una empresa petrolera, al poco tiempo hizo posgrados, cursos,
diplomados y así a fuerza de responsabilidad y obediencia
a las normas corporativa Vicentico fue escalando posiciones en la empresa
y mayor remuneración. Se caso, tuvo sus hijos y se mudo de la primera
casa que compro al iniciarse en el trabajo para una urbanización
mas selecta y por lo tanto mas costosa; allí tenia club, piscina,
cancha de tenis, escuela para sus hijos y hasta un centro comercial.
Vicentico
fue siempre un buen hijo; le arreglo la casita a su mamá y cuando tenia
oportunidad la visitaba, pero mas de las veces, argumentando tener
muchas ocupaciones y responsabilidades le pedía a Francisca que pasara
un temporada con él, y ella se negaba argumentando lo mismo, que por
muchas ocupaciones y responsabilidades no podía constantemente
visitarlo; ella seguía haciendo y vendiendo sus majaretes.
A él le
molestaba que su mamá siguiera vendiendo majarete, le molestaba
seguir siendo el hijo de la majaretera, le decía que no había necesidad,
que el tenia un estatus social mayor, que eso lo rayaba, pero
Francisca le respondía que para ella no era una cuestión económica,
que para ella era también una cuestión de estatus social, ella
era la majaretera del pueblo.
Y así
Vicentico dejo de insistir en convencer a su madre y por supuesto redujo
las visitas al pueblo. Después vinieron aquellos años en que arrecio
la calumnia, la traición, la ignominia contra la patria. Una de esas
campañas antipatrióticas lo fue el sabotaje petrolero y agarro a Vicentico
siendo un gerente medio, los acontecimiento se desarrollaban vertiginosamente
y tenia que decidir a cual bando debía pertenecer, saco de la gaveta
de su escritorio dos fotos, una de Francisca abrazada al comandante
presidente ofreciéndole un majarete y la otra cuando un expresidentes
de la empresa petrolera le hacia entrega de un botón de reconocimiento;
miro fijamente las dos fotos, después guardo la de su madre, puso la
otra sobre el escritorio y se sumo al sabotaje.
Vicentico
salio a defender sus intereses de clase, pero no a la clase que realmente
pertenecía, a la clase trabajadora, porque en fin el era un asalariado,
no, Vicentico no salio a defender los intereses de la clase a la que
pertenece, Vicentico salio a defender los intereses de la clase
que algún día pensaba o piensa pertenecer. Vicentico salio
a defender los sueños de clase alta y ya para eso había avanzado;
de vivir en un “pobre pueblo”, a estar en una exquisita urbanización,
tener buenos vehiculo y codearse con gente de otro “nivel”. Vicentico
se apasionaba en el sueño americano y leía historia de
aquel niño que limpio zapatos y ahora era un magnate, pero ignoraba
la de aquellos animadores de televisión que quisieron ser dueños
de canales de televisión y se les dijo bien claro “ustedes
pueden ser los numero uno de la animación pero no empresarios, ese
cupo esta limitado para los pocos privilegiados”.
Vicentico
ahora vive en Miami, en estos días llamo a Francisca y entre otras
cosas le dijo que le mandara la receta del majarete que va ha montar
un negocio, y que le pidiera a sus otros nietos que le mostrara unos
videos donde él aparece junto con los demás exiliados en Miami, porque
tienen esperanzas que esta poderosa clase media va a dar el traste con
esa dictadura.
Francisca le respondió.
- No es
necesario hijo, que mis nieto me enseñen los videos tuyos por Internet,
yo se manipular una computadora, te olvidas que termine mi sexto grado
en la Misión Robinson y para que te enteres soy egresada de la Misión
Ribas y tu también puedes verme por Internet porque subimos los videos
cuando se me dio el reconocimiento por parte del Ministerio de la Cultura
como Patrimonio Histórico Cultural de mi Estado, por tener mas de 40
años haciendo majaretes. Ah y eso de clase media yo los llamo media
clase o sea trabajadores, asalariados que ya no sueñan vivir dignamente
como trabajadores, ya no aspiran a ser prósperos trabajadores;
son trabajadores que sueñan como patronos. Por ultimo hijo te mando
la receta pero cuando alguien allá en Miami diga “que sabroso son
estos majarete” diles o si te da pena al menos recuérdalo,
que esa receta de majarete es de una de las tantas trabajadoras
que allá en Venezuela esta construyendo una revolución.
José Ovalles
“Chevento”