Es ya inaguantable el costo cada día más elevado de los insumos para la construcción y demás bienes de ferretería. Es algo sorprendente lo que está ocurriendo con esos productos de evidente importancia para la colectividad en general. Sólo tres datos que hemos conocido estos días: 1) Un herraje en cobre para poceta lo venden por encima de 675 bolívares y el de plástico, de menor calidad, obviamente, a Bs. 160,00, cuando sus precios hace escasos seis meses, eran de Bs. 180,00 y 65,00, respectivamente; 2) Tubería PVC de 3/4 a Bs. 120 y hace tres meses, Bs. 50,00 y, 3) Una válvula ¾ de control de entrada y salida de agua, cuyo precio hace dos meses era de Bs. 30,00, pasó a venderse en Bs. 75,00.
A ojos vista se observa que detrás de todo ello lo que opera es una bien planificada estafa dirigida a la desestabilización del país, pues no hay razón alguna que justifique esa alza desmedida en tales productos, pues el dólar preferencial para la importación de ese tipo de bienes que, en su mayoría, son importados, aún mantiene la misma paridad de Bs. 2,15, acordada cuando se implantó el régimen cambiario, en febrero del 2003. En el caso de la tubería PDV lo entendemos menos, pues la misma se produce en el país.
El proyecto PEDVAL Ferretería que sabemos arrancó ya en el Estado Bolívar, debe extenderse por todo el país, como creo que fue una orden del Comandante Chávez en un Aló Presidente hace dos años, si mal no me equivoco. No entendemos que está ocurriendo, si es que está engavetado el proyecto o es que camina a paso de morrocoy. Hay que desempolvarlo e implementarlo a la mayor brevedad y con audacia, pues al aumentar de modo abundante la oferta pública de esos bienes a precios razonables de mercado, se acabaría con esos comerciantes hambreares del pueblo que pretenden obtener ganancias más allá del 200 y 300 por ciento.
En tanto esa falla se corrige y dicho plan ferretero lo empecemos a ver funcionando en el resto del país, las autoridades del Indepabis deben iniciar un proceso audaz de fiscalización que enfrente, con el mayor rigor, a esa grosera especulación y pararla en seco, para que no siga perjudicando al pueblo de esa manera tan vil y descarada.
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