Cuando el Presidente Hugo Chávez dijo en su programa dominical, "Aló Presidente", que se había reunido con el ex presidente Jimmy Carter y el empresario golpista y fascista Gustavo Cisneros, uno de los hombres más ricos de América Latina, y claramente señaló que no había hecho pacto alguno con el oligarca personaje, pues su compromiso es con el pueblo venezolano, a nivel de los comentarios políticos populares se dijo simple y llanamente: "Cisneros está pidiendo cacao", es decir, desesperado como está presionó a Carter para que le consiguiera una entrevista con Chávez para rendirse ante lo que se le viene encima por los múltiples delitos que ha cometido.
Sin dudas que en el plano interno en la guerra que la oligarquía venezolana y la clase media de extrema derecha le declaró a Chávez y al proceso revolucionario bolivariano en gran escala a partir del 10 de diciembre de 2001, cuando abrieron fuego con el primer paro patronal donde comenzaron a medir su fuerza y capacidad de movilización, tuvo en Cisneros uno de sus principales jefes y uno de los grupos económicos que más aportó en recursos y dinero al proceso subversivo y golpista que contra la Constitución Bolivariana desarrolló la otrora clase dominante venezolana.
La participación de Cisneros en el proceso golpista tiene, dentro de la dialéctica subversiva, un proceso de continuidad y una constante que no ha cesado desde que el presidente Hugo Chávez rechazó las presiones de los grupos oligarcas dueños de los grandes medios de comunicación le 'propusieran' que nombrara representantes suyos a organismos estratégicos como CONATEL y otras instituciones como la OCI donde se determinan las políticas comunicacionales del país.
Naturalmente Cisneros no es una individualidad, verlo así sería un craso error, él representa las más conservadoras y reaccionarias transnacionales de la comunicación y la información. De hecho el Canal 4 o Venenovisión expresa las más anti nacional y popular visión de las comunicaciones y la diversión, para ser un vulgar brazo neo colonial de las políticas manipuladoras del pueblo venezolano, a través de la chabacanería, la vulgaridad, el mal gusto, la brujería y todo lo anti nacional que todo el pueblo venezolano conoce.
Esa escalada golpista en la que Cisneros personalmente ha actuado y que ha sido jefe indiscutible, ha tenido sus picos en donde la traición a la patria ha cobrado particular fuerza. No hubiese sido posible el criminal paro patronal de diciembre-enero-febrero de 2002/2003 sin la activa participación de la tv privada y toda su carga subversiva y golpista en donde sus propias programaciones fatuas y neo coloniales fueron eliminadas para pasar a conspirar durante 24 horas continuas, llamar a la rebelión, a derrocar el gobierno.
Con el paro petrolero la tecnología de la cual Cisneros y su grupo económico son dueños, se puso al servicio del sabotaje; el satélite del grupo Cisneros participó activamente en el sabotaje petrolero y estuvo al servicio de los terroristas de la gentuza del petróleo que lideriza Juan Fernández y que se plantearon la destrucción total de la industria petrolera. Cisneros tiene en ese crimen una altísima cuota de responsabilidad y, evidentemente, no puede eludirla porque esos delitos no prescriben según nuestra Constitución.
Pero, igualmente, Cisneros es responsable del debilitamiento y desmoronamiento de la clase burguesa, de esa execrable oligarquía económica y política, y del sistema capitalista que desde 1998 viene renunciando a incrementar sus ganancias, a no invertir en la industria porque supuestamente eso beneficiaría a Chávez. Una de las más evidentes renuncias de los balurdos capitalistas venezolanos a la tasa de ganancia fue en diciembre de 2002, mes donde estaban en la calle descomunales cantidades de dinero circulando producto de los aguinaldos de los trabajadores, que ese es el mes donde las mayoría de la población hace sus compras más altas, los capitalistas renunciaron a las ventas, cerraron -incluso por la fuerza- cientos de negocios. La tv, dentro de esas en canal 4 de Cisneros, se sumaron a ese exabrupto y no promocionaron ningún producto, llegaron incluso a decretar que la navidad se celebraría en enero o febrero cuando cayera Chávez.
Golpearon tradiciones folklóricas, fiestas de tradición centenaria, suspendieron el juego de pelota, impusieron la falta de gasolina y gas, el corralito bancario, el desabastecimiento de alimentos, en suma, crímenes de lesa humanidad y violación masiva de los derechos humanos de un pueblo en donde Gustavo Cisneros tiene una altísima cuota de responsabilidad.
Pero como Cisneros es parte, como grupo que obedece a intereses extranjeros, norteamericanos, que dominan las comunicaciones, de una espiral golpista que tuvo dos momentos estelares, uno es el descubrimiento de 150 mercenarios y criminales colombianos en una finca de un terrorista de origen cubano, colindante con una finca del señor Cisneros donde hay la seria presunción de que por allí se fugaron muchos de los paramilitares traídos precisamente a Venezuela por militares y empresarios ligados a la llamada Coordinadora Democrática, de la cual Cisneros es uno de sus jefes, con la misión de crear un caos extraordinario en el país, donde el canal 4 de Cisneros, entre otros, tendrían el criminal papel de transmitir "en vivo", los enfrentamientos de militares venezolanos entre sí, cuando eran los paramilitares vestidos como soldados venezolanos tal y como quedó descubierto, quienes atacarían a nuestro Ejército.
Pero no escarmentó Cisneros, sino que dentro de su propia planta televisora tenían arsenales guardados ¿para qué? Seguramente la mayor parte de ese arsenal fue sacado de allí y no les dio tiempo de sacar el que la policía política encontró en una casa ubicada dentro del complejo televisivo del Grupo Cisneros.
Sin duda que esa permanente actitud golpista de Cisneros y su Grupo ha tenido efectos negativos en sus ganancias, evidentemente que hay una erosión de los beneficios y las ganancias de las empresas Cisneros y sus aliados externos, cuantiosas pérdidas económicas que se incrementan por días y que, con toda seguridad, alcanzan astronómicas cifras de millones de dólares. El Grupo Cisneros se ha debilitado sensiblemente en lo económico, pero es que, además, su aventura política y golpista ha fallado reiteradamente, en el juego de intereses el aventurerismo reinante en la CD, en Fedecámaras y la contrarrevolución toda, los intereses -por la alta inversión hecha y las nulas ganancias económicas y políticas alcanzadas- del grupo económico se han afectado sensiblemente y las posibilidades de derrocar a Chávez y revertir el proceso es cada vez más imposible.
Cuando Cisneros le dice al presidente Chávez que reconoce en él al presidente de Venezuela, no es que está dando o haciendo una concesión, es que está reconociendo una tremenda derrota política y económica; si aclara que no hizo un pacto con el presidente, es irrelevante, lo cierto es que jugó una carta que va a terminar de desmembrar a la contrarrevolución fascista y allana el camino al triunfo apoteósico del NO en el referéndum reafirmatorio del 15 de agosto.
En el epitafio de este enemigo del pueblo venezolano que está muriendo política y económicamente, quizás alguien escriba: Aquí yace un fascista que vendió a su país pero el pueblo lo derrotó. (22-06-04)