Trincheras de Ideas

Hacia la Batalla de Santa Inés, ¡A paso de Vencedores!

Bien vale la pena hacer un recuento de lo que el movimiento popular y la revolución han avanzado política y organizativamente desde que el Presidente Hugo Chávez aceptó como válido el juicio emitido por los rectores del CNE de que la escuálida oposición había recogido el 20% de firmas para que el máximo organismo convocara al referéndum revocatorio o aprobatorio de la gestión del primer mandatario en la mitad de su mandato.

Evaluando las dos jornadas, la de recolección de firmas y la de los reparos –eufemismo creado por el CNE para que la contrarrevolución cogieron un segundo aire, porque si no, estaban raspados– uno se imagina que Chávez tuvo que taparse la nariz por el hedor y la pestilencia que despedían aquellas firmas hediondas a muertos, de extranjeros mercenarios no nacionalizados, de mercenarios que usurpaban la personalidad de una, dos y tres personas, de menores de edad que se prestaban, igualmente para ello. Un fraude masivo en los reparos, con miles y miles de cédulas de identidad clonadas y tardíamente descubiertas por el gobierno los días del evento de reparos.

Un CNE debilitado por las presiones, que dio innecesarias concesiones a la extrema derecha, que fue particularmente duro con las fuerzas patrióticas y bolivarianas, que se dejó meter el intervensionismo de la OEA y el Centro Carter que más parecían cne paralelos y de una conducta injerencista inadmisible para el decoro de una nación que se respete; que le faltó contundencia con el abierto y descarado paralelismo de la agencia de la CIA, Súmate que maneja toda la data del organismo comicial e interfirió el proceso de la recolección de firmas y “aportó” firmas a granel a favor de la contrarrevolución, a través de sus sofisticados equipos, sin que nada ocurriera, con una Fiscalía tibia y morrocoyuna que no actúa y un gobierno excesivamente legalista y a veces ingenuo.

Chávez aceptó los resultados porque, entre otras cosas, no obtuvo suficiente respaldo político del Comando Ayacucho que, en su liderazgo principal, fue débil, fofo, desorganizado, pirata, improvisador, sin suficiente garra política y que carga hoy buena parte de la responsabilidad de esa derrota; de no haber defendido con contundencia y fuerza las firmas que todos dimos para revocarle el mandato a los diputados traidores y a los mercenarios de la derecha; con una cínica alegría de tísicos pusieron como un gran triunfo el revocatorio que se le hará a 13 diputados cuando la lista era de 34, ¿quién o quienes son responsable de que no se le revocara el mandato al resto, a los restantes 21? ¿Quién es responsable de que no se recogieran bien las firmas de esos 21 diputados o de permitir que el CNE de un plumazo nos tumbara millones de firmas y ni chistaron, cuando a la derecha el CNE le regaló casi doscientas mil firmas que antes había rechazado?

Cuando Chávez aceptó los resultados de un cuestionable proceso de recolección de firmas, para ello seguramente –en su condición de dirigente político y de estadista– pesó el hecho de que lo que aparecía como un triunfo de la contrarrevolución, era una victoria pírrica, de una notoria debilidad, con ello desarmaba a los sectores imperialistas que amenazaban con endurecer sus posiciones políticas y un amago intervensionista dejaba entrever el lacayo de Noriega; pero, igualmente, ese giro que los adversarios consideraron inesperado, desarmó a los mismos y les movió el piso. Si Chávez hubiese querido cuestiona los resultados porque tenía sobradas razones para hacerlo, ante el cúmulo de evidencias de fraude que han sido señalados con profusión de pruebas, más si sabía que a duras penas la ultra derecha golpista, con todo y el fraude, había alcanzado un muy escuálido 20,8% de las firmas, lo que puede hacer presumir que ese es su techo electoral para el revocatorio, y seguramente eso pesó para la toma de decisión de aceptar ir al referéndum.

Chávez al aceptar la decisión del poder autónomo electoral, el CNE, asumió el mismo no como una derrota suya sino como un triunfo para el país, pues se cumplió lo estipulado por la Constitución Bolivariana cuando le permite a las minorías recoger el 20% de las firmas para que el CNE pueda convocar el referéndum. Allí estaba comenzando a ganar la batalla que se avecinaba. En el mismo discurso expuso en líneas generales su nueva estrategia política para preservar el poder y evitar la revocación de su mandato y lo llamó Batalla de Santa Inés, Misión Florentino y Comando Maisanta, una tríada política que a nuestro juicio para nada fue improvisada sino largamente meditada.

Tanto el discurso de aquel jueves memorable en Miraflores al lado de una nutrida concentración de cuadros políticos indignados con la decisión del CNE y que muchos se sentían derrotados, y el multitudinario acto de masas precedido por tres descomunales marchas que movilizaron cerca de millón y medio de venezolanos, convocados apenas dos días atrás por el jefe de Estado, marcó un giró nacionalista y antimperialista del proceso hacia posiciones aún más avanzadas y radicales, dándole a la campaña un componente profundamente popular, poniendo de lado a los partidos revolucionarios cuyos dirigentes habían fracasado en la víspera. De hecho la presencia de agrupaciones populares y sociales como los Tupamaros, la Coordinadora Popular de Caracas y muchas otras más, puso de relieve que los partidos que apoyan al proceso pasaban a un segundo plano, y el movimiento popular y sus organizaciones políticas y sociales pasaban al primero.

De inmediato comenzó la más gigantesca campaña organizativa de la que se tenga conocimiento en Venezuela, no tanto por lo que se decía o dice la propuesta, como por dirigir la estrategia a la participación popular primaria, agrupado ese pueblo en las Patrullas Electorales, la Unidades de Batalla Electoral y el Comando Maisanta que en poco menos de un mes ha generados una movilización y una organización de tal magnitud que puede señalarse que el Presidente Chávez ronda el 60% de la intención del voto para el referendo que se ha denominado ratificatorio.

Lo novedoso es que el principio constitucional de que la soberanía reside en el pueblo se expresa en el nuevo poder originario que ha sido asumido por el pueblo que como hormigas se movilizan por millones para ejercer ese poder desde la base y preservar las conquistas revolucionarias. De echo se puede afirmar que el pueblo bolivariano venezolano está convirtiendo el 15 de agosto en otro 13 de abril.

Llama poderosamente la atención el giro venezolanista que el presidente y el Comando Maisanta le han impreso a la campaña. En primer lugar se puso en primer plano un hecho histórico tan trascendental como lo fue la Guerra Federal y dentro de ésta su triunfo más resonante, la Batalla de Santa Inés donde el General del Pueblo Soberano, Ezequiel Zamora se consagró como uno de los más grandes estrategas militares y el líder que derrotó a la oligarquía que malgobernaba en Venezuela. Pero al hecho militar, Chávez le sumó el hecho folklórico y tradicional, que recoge nuestra identidad cultural, la leyenda de Florentino y el Diablo, poema de la épica popular recogido por el poeta Alberto Arvelo Torrealba, y lo vincula a la Batalla de Santa Inés. Un hábil y hermoso juego dialéctico que ensambla diversos componentes porque ellos están allí, en la entraña popular. Finalmente está la reivindicación de luchadores populares abandonados por la historia burguesa y oligárquica y que dejaron una impronta en el proceso por liberar a Venezuela de seculares dictaduras, así emerge Pedro Pérez Delgado, mejor conocido con el apodo de Maisanta, luchador empedernido por los intereses del pueblo asesinado por Gómez.

Chávez tomó la iniciativa política en la defensa de su gobierno de una nueva y grave amenaza, a un mes de haber comenzado la nueva campaña la ventaja sobre sus escuálidos adversarios es tan notoria, que éstos aún no arrancan y sus intentos de movilización de masas luces extremadamente débiles, escuálidos, pobres, sin mayor ánimo, más allá de los esfuerzos televisivos de crear una imagen mediáticamente victoriosa; ni siquiera se percibe una organización y una movilización del escuálido 20% que presuntamente firmó para solicitar el revocatorio. Todo parece volver a su sitio, la mayoría popular en su posición de mayoría, y la minoría burguesa y de sectores de la clase media de extrema derecha golpista y subversiva, en su justa posición de minoría, ahora con una fuerte carga de derrotas políticas, económicas y de clase que los ha debilitado hasta el virtual desmembramiento.

Chávez aquel jueves cruzó el Rubicón y todo indica que ha ido ganando las escaramuzas y batallas previas a la gran batalla de Santa Inés, donde la oligarquía, el golpismo y sus amos imperialistas norteamericanos pisaron el peine y no pueden salir del tremedal en el cual se encuentran, van derechito al matadero y no lo pueden evitar. (5-07-04) (caracola@cantv.net)



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¡ALERTA! EL FRAUDE DE LA CONTRARREVOLUCIÓN ESTÁ EN MARCHA



Humberto Gómez García


Ya se ha avanzado un trecho en el proceso que conducirá hacia el referéndum ratificatorio, como lo llamamos los revolucionarios bolivarianos, que se realizará el 15 de agosto venidero. El hecho más notorio y relevante sin dudas lo constituye la fulminante y creciente campaña ‘Batalla de Santa Inés’, la creación de los Comandos Maisanta –nacional, regional, municipal y parroquial– de las Unidades de Batalla Electoral (UBE), de la Patrullas Electorales. Ha sido un telúrico movimiento que se ha posesionado del alma popular y ha puesto en movimiento un gigantesco y descomunal accionar de masas que cumple a cabalidad con lo que establece la Constitución Bolivariana, que vivimos en una democracia participativa y protagónica.

La contrarrevolución de la oligarquía y de la clase media fascista y el imperialismo ni esperaban que Chávez aceptara, con el pañuelo en la nariz, los resultados de la recolección de firmas –los reparos incluidos, con su contrabando de fraude– y menos que se organizara un aparataje de defensa del NO, de Chávez y del proceso en un tiempo no sólo record sino con la participación de millones de venezolanos y venezolanas como garantes del NO y para enfrentar el fraude.

A estas alturas, faltando un mes y medio para la realización del referéndum, la derecha contrarrevolucionaria apenas comienza a medio reaccionar del golpe que la revolución le ha asestado a las clases dominantes. Su organización luce incipiente, desganada, fofa, sin fuerza, pese al enorme caudal de dólares que les inyecta el gobierno norteamericano y sectores monopólicos como el Grupo Cisneros, el Grupo Polar.

Pero eso no quiere decir que la canalla contrarrevolucionaria, el comando de las coordinadoras fascistas, los partiduchos de la extrema derecha, los grupúsculos de la llamada ‘sociedad civil’, estén tranquilos esperando su nueva y gran derrota, su sinergia se concentra, entonces, en aquella parte donde son más duchos, expertos, veteranos, en el fraude porque, piensan ellos y sus amos del norte, esa es la única con la que creen pueden vencer al presidente.

En el Consejo Nacional Electoral (CNE) es donde está concentrado el “esfuerzo” de la reacción. Más de 400 empleados de AD, COPEI, PJ en función del sabotaje y el fraude, dos “rectores” en función de la trampa y la desestabilización, Ezequiel Zamora y la adeca Zobeya Mejías quienes ponen minas en el organismo, tratan a toda costa desestabilizarlo, crean crisis artificiales y conspiran sin mucho recato.

Retardar al máximo la depuración del Registro Electoral Permanente (REP) es la función de la Mejías y no sacar a los ciudadanos fallecidos desde hace más de 30 años que siguen votando o que sus números de cédula de identidad son utilizados por personas que tienen su propia cédula de identidad, es decir, un fraude electoral.

Pero la otra fase del fraude está centrada dentro del proceso de inscripción electoral, planificado hasta el 10 de julio. ¿Dónde se ha concentrado mayormente la reacción en los Centros de Inscripción Electoral diseminados, por ejemplo, en Caracas y el área metropolitana? En las estaciones del Metro de Caracas. A las personas provenientes de las parroquias caraqueñas, de los barrios y cerros, la orientación es no inscribirlas, hacer el apatuque que fueron inscritas, entregarle a la persona incluso el recibo de inscripción, pero luego borrar sus datos o falsearlos. Como la revolución, el Frente Francisco de Miranda vienen impulsando un agresivo proceso de cedulación que ya casi llega al millón de personas, y ese alto índice de nuevos votantes con seguridad incrementará el caudal electoral a favor del NO, por eso el montaje de la falsa inscripción electoral en muchos puntos que operan en estaciones del Metro.

Pero no es sólo en el CNE, en la Onidex también se mueve la contrarrevolución en el proceso de cedulación de la ciudadanía, una de las característica que se viene dando es llegar extremadamente tarde a los operativos de cedulación en los barrios populares y cedular a un pírrico número de personas. Es decir, retardar en operaciones morrocoy el proceso y obstinar a la población que, cansada de esperar, se va y no vuelve a intentarlo.

La táctica es retardar al máximo el proceso de cedulación, sabotear la inscripción de un alto número de ciudadanos porque temen que éstos puedan votar a favor de Chávez.

Otra de las tácticas de fraude es producir el cambio de residencia de miles, quizás millones de votantes inscritos, a muchos los cuales los mandan para el interior del país, a 500 o más kilómetros de donde viven. El cambio de residencia es un verdadero riesgo porque incluso la persona puede ni aparecer en su nueva dirección de residencia ni en la anterior y perder su voto, impidiéndole a las personas el ejercicio del derecho al voto.

Estas denuncias deben procesarse porque a la calladita se viene obstaculizando el proceso de cedulación y más aún, el proceso de inscripción en el REP. Eso, a nuestro entender, debe plantearle al Comando Maisanta y al Gobierno la conveniencia de que el CNE extiende el proceso de inscripción al menos por 10 días más. En los 10 días que quedan no se puede, con tantos obstáculos y trampas, ni cedular al millón de ciudadanos que está por cedularse ni inscribir en el REP al millón y medio de personas que son votos seguros del NO.

La actitud de la mayoría honesta del CNE luce muy débil en el sentido de depurar el REP, aún con la importante decisión de la Sala Constitucional del Tribunal Supremo de Justicia que le ordena depurar el mismo, no porque no quieran hacerlo sino porque el tiempo conspira en contra de la ciudadanía. La delincuencia electoral tiene “amarrados” votos en ese REP que les garantiza ser elegidos a gobernadores, alcaldes, diputados nacionales o regionales, concejales.

La lucha de AIPO, organización social y popular que encabeza, entre otros, la abogada Fresia Ipinza, desde hace dos años ante el Tribunal Supremo de Justicia para que se pronunciara por la depuración y reconstrucción del REP, finalmente alcanzó la victoria, pero ahora comienza una nueva batalla para el movimiento popular, “tomar” el CNE para que se cumpla la sentencia del TSJ.

Vamos a un proceso electoral, en este caso un proceso revocatorio, con cartas marcadas por los delincuentes electorales que están en el CNE, los lapsos son perentorios y todo indica que en tan poco tiempo no se va a reconstruir el REP, millones de huellas dactilares, de 1982 a 1999 fueron quemadas por los gansteres del antiguo Consejo Supremo Electoral, no es sólo los muertos que por cientos de miles están en el REP y votan, es que millones de votantes inscritos no tienen huella electoral porque las quemaron los delincuentes, sin contar los miles de votantes que dejaron de votar en dos procesos y les hicieron creer los adecos y los copeyanos que estaban fuera del REP, pero que no los sacaron porque eso es ilegal, pero prevalidos de la debilidad o la inconsistencia de muchos ciudadanos que no iban investigar o creían estar excluidos del REP, los pillos electorales los “mudaron” y “votaban” en otras circunscripciones garantizándose así cien mil o más votos, fraudulentos, sin mayor problema, por eso es preciso depurar o rehacer el REP, difiriendo, si es preciso el mismo referéndum. (1°-07-04)

(caracola@cantv.net)


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Humberto Gómez García

Director de la revista Caracola. Pertenece al Movimiento de Medios Alternativos y Comunitarios (MoMAC). revistacaracola.com.ve

 humbertocaracola@gmail.com      @hgcaracola

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