Sin duda una de los más comunes errores de la Revolución Venezolana ha sido el creer ciegamente que todos los venezolanos ven la situación actual tan claramente como la ven sus líderes. Pues no, sucede que nuestro pueblo ha sufrido por mas de cuarenta años la negación del acceso al conocimiento; por eso, se ha mantenido ignorante, carente de una capacidad amplia de visualizar todo el contexto sociopolítico venezolano y por ende incapaz de forjarse una opinión clara de que es lo que acontece realmente y cuales son los intereses ocultos detrás de nuestra oposición.
El Presidente Chávez consciente de esta carencia ha impulsado planes, proyectos y misiones que tienen como meta el disminuir en la mayor medida posible la ignorancia en la que se encuentran sumidas nuestras mas bajas clases sociales. Esto, debiera bastar como garantía sine qua non para darnos cuenta de que la intención del Gobierno Bolivariano no es, en ningún caso, opuesta a los intereses del pueblo, ya que al alfabetizarlos e instruirlos les da un arma que nadie jamás les podrá arrebatar: la capacidad de forjarse un criterio propio. Pero, hay personas que aún no comprenden la magnitud de la obra de nuestro Presidente y lo que él representa en el futuro de nuestro país y de toda Latinoamérica. Él es quien en este momento personifica la libertad de los oprimidos del continente, encarna la esperanza de los pueblos indígenas olvidados y simboliza la realización del sueño bolivariano. La lucha contra el imperialismo es otra muestra clara y contundente de que estamos en el camino correcto; no es una lucha infundada, es la respuesta necesaria a un modelo constante de tiránica colonización.
Nos corresponde entonces, a nosotros los que de una manera u otra hemos comprendido la trascendencia del proceso venezolano, ocuparnos de abrir los ojos de quienes aun no entienden que este es el camino hacia la verdadera independencia, la integración de nuestros pueblos y la justicia social. En este momento de reafirmación de nuestro Presidente, estamos obligados a abandonar los triunfalismos, a organizarnos y a llevar adelante este proceso. Este es el momento de Latinoamérica, NO podemos dejarlo pasar. Todos unidos venceremos.
Paulo Conde
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