Política i comentarios

Fábulas con sopa política

Todas las personas que tengan el privilegio o la pasión de leer mucho i de todo, encuentran que los distintos tipos de lectura, descansan la mente aun en actividad de sus neuronas; recuerdo a un hombre extraordinario como Don Agustín Millares Carlo, profesor venido de México i allí, venido de España o mejor de sus islas Canarias, -mi profesor de Latín i de Griego en Filosofía- quien al lado de sus profundos conocimientos de paleografía (entre ellas una obra en muchos tomos grandes), i miles de parcelas afines, por lo que escribió más de 80 libros en su fecunda vida, poseía un humor admirable, una cultura excepcional i una sencillez propia de los grandes humanistas del pasado. Me preguntaba con gracias: Ese señor maravilloso en Lovaina, llamado Jean Ladriére, que le dio un extenso curso sobre el tiempo científico, ¿No le explicó como detener ese raudo paso del tiempo que usted me menciona como “flecha del tiempo” i su veloz desplazamiento? ¿No hai fórmula para retardarlo un poco? I es que con la edad, tal parece que el tiempo se nos acaba más rápido. Empero en la lectura, me decía otras cosas. Cuando en una ocasión sufrió una gran caía sentado en una escalera, tuvo en suerte no tener fractura, pero si un extenso o gran hematoma en todo el muslo i nalga de uno de los lados del cuerpo. Me pidió que le atendiera i no me hizo caso de llamar a un traumatólogo o a un internista. Usted es mi alumno i amigo, pese a que sea obstetra-ginecólogo. I lo atendí por unas dos semanas con gusto. Por eso una vez me dijo: Al lado de esas recetas que me pone o los medicamentos que me trae, ¿No puedo yo recetarme otra cosa? Al asentir, me explicó; mi debilidad i para descansar la mente de latines i griegos u otras lenguas muertas, me encanta leer novelas policiales i quiero que me traiga algunas obras sobre Sherlock Holmes i Arístides Poirot, o sea de Conan Doyle i Ágata Christie. Con eso me divierto mucho i descansa este maltratado cerebro.

   La gente común, especialmente entre los falsos intelectuales de la política, no cambian de libros, sino de Canales de TV i buscando basura: denuncias, corrupción i crímenes. Por eso hombres como Ismael, Teodoro i muchos otros. Fábulas de sopa, no confundir con Fábulas de Esopo.

 Por ejemplo, ya que menciono a Esopo de quien, hombres de la oposición deben tener mui poca información, debo recordar ahora, cuando un Alcalde de la oposición el “metropolitano” Antonio Ledezma, acérrimo opositor a todo lo que ha venido haciendo el gobierno para entrar en el MERCOSUR, i opuesto también a la integración de los pueblos del Sur, de pronto, sin corresponderle en absoluto, sin autorización de nadie i sin autoridad moral, sale volando hacia el Brasil (sabiendo ya que necesariamente a MERCOSUR le hace falta Venezuela i acabarán admitiéndola, habiéndose cumplido las etapas exigidas) a dar su apoyo a esa admisión definitiva para decir que fue su intervención la que consagró ese triunfo de gobierno de Presidente Chávez. Esto me ha recordado la fábula o apólogo del Zorro y el Perro. “Deslizose un Zorro entre un rebaño de borregos y acercándose a un corderillo fingió acariciarle. Un Perro guardián le preguntó:-¿Qué haces aquí?

-Le hago caricias y juego con él-Déjalo en paz -exclamó el Perro-; de lo contrario, yo también voy a hacerte caricias de perro. Fábula que puede aplicarse al pícaro y al ladrón torpe.

¡Cómo un pícaro de las finanzas, un ladrón de “méritos i credenciales” i un político torpe que quiere esconder su pasado oscuro de cuando fue gobernador en Caracas, pretende protagonizar ahora!

 En una reunión prácticamente en familia, pues apenas cuatro de la misma promoción de médicos celebrábamos 57 años de grado (somos siete en la ciudad, pero faltaron tres), con pocos invitados de familia, en casa de un compañero excepcional i cuando una hija de él, nos deleitaba con sus bellas canciones acompañada por la guitarra de otro compañero desaparecido, obsequio de su viuda. Una persona que en los últimos años casi no he visto, pero por quererla mucho i jamás olvidarla, me emocionó tenerla allí, me resultó escuálida i tratando de buscar enfrentamientos de criterios políticos. Afortunadamente, lo que he venido a aprender después de viejo, me salvó de descomponer la noche. Me dijo, dime una sola cosa buena que haya hecho este gobierno. Medité. Lo aprendido es saber que, con los dogmáticos, no vale la pena discutir; como dice André Maurois “al demostrar a los fanáticos que se equivocan, no hay que olvidar que se quieren equivocar”. Por eso ¿para qué discutir? Sin embargo le contesté: lo que se ha hecho en salud. La respuesta: nada. I así quedamos; me cambié de sitio i puse otra conversación. Los viejos también aprendemos i nunca dejamos de amar lo que hemos amado. Esto es muestra del mal que ha hecho lo que algunos llaman la política, no como ciencia, sino como veneno que nos enferma la mente, al no razonar i pensar en la justicia i la libertad. Los enfrentamientos deben ser de ideas.

robertojjm@hotmail.com



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Roberto Jiménez Maggiolo


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