Copenhague terminó en fracaso y el ambiente seguirá deteriorándose. Las potencias imperialistas dieron vergüenza con su ironía y doble moral. La “cumbre” será recordada por las certeras frases de Chávez “no cambiemos el clima, cambiemos el sistema”, “si el clima fuera un banco lo hubieran salvado” y “todavía huele a azufre”. Consignas para las luchas que continúan.
Hace un año el terrorismo sionista azoló una vez más la vida del pueblo palestino, con la llamada Operación Plomo Fundido, en la que atacó por aire, tierra y mar a la atormentada franja de Gaza, causando un sinnúmero de muertes en la población indefensa y secuelas desastrosas en la salud de los sobrevivientes. Israel hizo alarde de la impunidad con que actúa, utilizando armas prohibidas y atacando escuelas y sedes diplomáticas.
El mundo miró impávido esta masacre contra vidas atribuladas, que echa por tierra todo el andamiaje jurídico internacional y de derechos humanos. Nuestro sentimiento de solidaridad está con Palestina. No será posible una nueva humanidad sino se hace justicia con el pueblo de Arafat.
El cambio de gobierno en Estados Unidos creó expectativas optimistas en algunos sectores del continente. Ya el 17 de abril en una entrevista con Vanessa Davis, advertí que nada bueno debíamos esperar y que Obama era un presidente maniatado al interés estratégico del capital gringo. Lamentablemente los días nos han dado la razón y los hechos hablan por sí solos: Obama dio el Golpe en Honduras, instaló bases militares en Colombia, defraudó en la Cumbre sobre el Clima y aumentó el guerrerismo en Afganistán.
Le dieron el Premio Nobel de la Paz por ser halcón mayor de la guerra.
Si algún premio a la paz serio existiese, debió otorgarse al Presidente de Honduras José Manuel Zelaya. Nadie como este ciudadano hizo esfuerzos por la paz y la convivencia democrática, en medio de las más absurdas y difíciles circunstancias. Llegó al extremo de regresar clandestino a la capital de su país, de donde había sido sacado a tiros por un golpe militar la madrugada del 28 de junio, y trasladado en avión desde la base gringa de Palmerola hasta la Costa Rica alcahueta de Oscar Arias.
Ante Usted, don Mell, su familia y su digno pueblo que aún resiste la emboscada fascista-imperialista, nos quitamos el sombrero no se lo quite Usted y siga siendo ejemplo de combate y resistencia. La victoria será nuestra.
El territorio de Colombia, nuestra hermana siamesa, ha sido entregado a fuerzas militares imperialistas. La historia enseña que nada bueno viene de ellas. Sólo nuestra preparación firme para la defensa disuadirá al enemigo de cualquier aventura. La oligarquía neogranadina nos odia y acecha, mientras mantiene a ese pueblo explotado. La disidencia es asesinada y hay 25 millones de pobres sin oportunidades.
Venezuela es otra cosa. Aquí se respiran aires de libertad y esperanza. La Revolución avanza en lo social, educativo, cultural y es exitosa en lo económico. Por eso debemos cuidarnos más que nunca. Vivimos en el mejor país del mundo y somos un pueblo lleno de amor y alegría. Con nuestros hermanos de la ALBA sigamos construyendo un mundo diferente. Venceremos.
"... los Estados Unidos que parecen destinados por la providencia a plagar la América de miserias en nombre de la libertad..."
Simón Bolívar, El Libertador.
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