Comentarios sobre el Proceso Revolucionario

“¿Tu verdad? No, la Verdad,

 y ven conmigo a buscarla.

  La tuya, guárdatela.

 Antonio Machado

I

 Como habrán notado mis pocos pero consecuentes lectores, llevo ya tres escritos con apuntes i notas varias sobre el proceso revolucionario bolivariano, socialista i pacífico, i otros tópicos dignos de comentar por lo menos a mi juicio o criterio. Eso se debe a que son muchas las cosas importantes o interesantes que destacar, comentar o refutar, por lo cual simples artículos, aunque permitan más reflexiones, consideraciones o detalles más profundos, se va quedando uno rezagado con lo que siempre se ha sabido es sumamente rápido, o sea, el cambio social i la confrontación de las ideas. El cambio social concierne sobre todo a la Sociología como ciencia de la realidad social, pero quienes vemos esa circunstancia i pensamos sobre ella cada día, obliga a escribir mucho tratando, si no de orientar, al menos a incitar la búsqueda de la verdad, como plantea en breves versos o coplas, el poeta filósofo Antonio Machado uno de mis favoritos cuando nos vamos a los preciosos predios de la poesía. Por eso, entonces, he decidido esta columna titulada así COMENTARIOS SOBRE EL PROCESO REVOLUCIONARIO, a la cual le iré colocando un orden en números romanos comenzando hoi, i a los apartes otro tipo de separación lo más sencillo posible. Esto no implica de ningún modo que desaparezcan los artículos de opinión, de filosofía i política, de medicina o de arte, con los diversos epígrafes que uso para identificar los temas tratados. Expuesto esto, sigamos la tarea.

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 Anoche, otra vez por los programas de VTV, en Dossier (cuando Pineda “el embajador” ve este programa i escucha a Walter Martínez, le debe dar convulsiones epilépticas como al general Páez), tuve la inmensa satisfacción de confirmar qué extraordinario Embajador tiene Venezuela en la OEA, cuando con un lenguaje sereno, claro, con léxico de altura, perfectamente documentado de los hechos tratados i de los conocimientos que debe manejar un embajador, i justificando el tiempo extra que se tomó con permiso del Presidente o del director de debate, refutó i prácticamente le dio un “nocaut” fulminante, cuando comenzó diciendo: “Mi condición de diplomático de carrera y de político democrático respetuoso me ha aconsejado siempre no intervenir en asuntos internos de otros países, salvo cuando otros gobiernos se inmiscuyan en los asuntos internos de Venezuela. Mi actuación en la OEA es un testimonio del compromiso de mi Gobierno con esos principios fundamentales. Pero cada vez que otro gobierno agreda al mío recibirá de mi parte una respuesta proporcional o más que proporcional”.  El subrayado es mío. ¡Magnífico inicio!

 Como Venezuela ha sido agredida gratuita e injustificadamente por un personero del gobierno del Canadá, que por cierto no estuvo presente, con elegancia nuestro Embajador Roy Chaderton Matos, formidable diplomático que ha pasado por las embajadas de las principales ciudades i países del mundo (allí no había, así lo creo, nadie con más credenciales i experiencia) hace alusión a países i ciudades famosas por los carnavales –Río Janeiro a la cabeza−  i cita el Carnaval de hielo de Quebec, aunque de seguido anota esta diferencia: mientras en otros carnavales se colocan las caretas, en el de Canadá es lo contrario, se quitaron las caretas. I a continuación va desbaratando todos las falsedades respecto a la libertad de expresión, el caso de RCTV i los abusos a la “flexibilidad democrática” de un politiquero embustero como el Ministro de Estado para América Latina el señor Peter Kent que creo no debe ser pariente de Clark el Supermán. Cita con gallardía que Canadá es el país que mejor ha funcionado en nuestro continente i que ha dado personalidades como Lester B. Pearson Premio Nobel de la Paz i otros importantes, aunque cita otras cosas que le hacen decir ¡Oh Canadá! ¡Cuantos crímenes se cometen en tu nombre! Se refiere a las intervenciones en guerras en Europa i al circo de la ultraderecha en CIDH, con cantidad de violaciones, crímenes i atropellos que se cometen en América i que se calla o esconden; entre ellos el golpe contra el Presidente Chávez en 2002 i cómo la más alta autoridad de la OEA fue cómplice de esa agresión. En fin, es tan formidable la exposición de Embajador Roy Chaderton que merece leerla detenidamente i meditarla. A estos canadienses que atacan i critican a Venezuela i su gobierno, les dio una lección de humanidad. Le dijo cómo rescatar a sus indígenas de las garras de las exclusión i la pobreza extrema: es facilísimo, basta tratarlos como iguales I en cuanto a lo que se ha dicho firme contra los medios de comunicación bajo el dominio del imperio i la libertad de expresión, les recordó una palabras que meditó ¿Son palabras de Chávez acaso? No, eso lo dijo años atrás, Juan Pablo II. Sería demasiado extenso comentar toda intervención aquí;  i al final, cuando cita las violaciones a la leyes venezolanas por RCTV, mimada por la escoria mediática internacional, les dice: “Puede contar el Eje del Mal del Pacífico con el apoyo de RCTV, El Nazional y Globovisión en Venezuela, con el de Fox News, Glen Beck, Rush Limbaugh, Pat Roberson, el Miami Herald, CNN en español, el Grupo de Diarios de América, El Tiempo de la familia Santos, “El Universal” de la familia Ealy, El País de Madrid, la Asociación Interamericana de Radiodifusión, la Sociedad Interamericana de Prensa, los representantes del terrorismo mediático, el Comando Sur y la IV Flota de este aquelarre de tinieblas interamericana”. La comunicación, la paz i la justicia, digo yo, en una represa gigantesca de excremento intelectual. Termina nuestro embajador: “Señor presidente

A comienzos del bicentenario de nuestra primera independencia y rumbo a nuestra segunda independencia no podrán detener nuestra avanzada Bolivariana por la justicia social y la paz. Gracias señor presidente”. Terminada aquella brillante, valiente i maravillosa exposición, confieso que casi llorando de feliz emoción, aplaudí un rato sentado en el mecedor de mi habitación. ¡Qué lección magistral de diplomacia de verdad, en defensa de ideales grandes i de la patria amada!

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 Recordando las cosas que expuse en otra de mis Apuntes i Notas, recuerdo ahora que olvidé referirme al verbo evacuar que no sé porqué casi todos se dan a la tarea impensada de colocarle acento, donde hasta suena mal. Como en medicinas usamos ese verbo con frecuencia, le preguntamos al paciente por ejemplo: Señor o señora ¿evacua bien todos los días? No evacúa. Lo mismo con el verbo licuar, cuando dicen: para preparar tal cosa, se toman tantas frutas u otros elementos, se colocan en la licuadora i se licúa, cuando lo correcto es licua. Una vez en un supermercado escuché una conversación donde dijeron licúa; como vi que eran personas decentes, apacibles i jóvenes, me acerqué i les dije: permítanme que les interrumpa, pero no se dice licúa sino licua. Afortunadamente lo tomaron a bien i me dieron las gracias con cortesía; sin embargo hai gente que no solamente se molesta sino que responden con groserías. Recomiendo, un pequeño librito del Pbro. Pedro Pablo Barnola, titulado NOTO Y ANOTO, donde conseguirán de manera amena i breve, muchas excelentes anotaciones sobre el lenguaje. Dice, en el caso de licúa, si fuese así ¿cómo conjugar el verbo aguar?  Se diría acaso agúa? O en un término (v.desaguar) más complejo ¿se desagúa la piscina o la bañera?

 Así pasaría con otros verbos como involucrar  que tanto Barnola como mi dilecto amigo Tito Balza, señalan que se emplea mui mal, pues Barnola señala que involucrar solamente significa introducir o interpolar en un escrito, en un discurso, informe, etc., pasajes o párrafos ajenos al tema del que se trata. (Obra citada, pág. 83). Sin embargo, en el diccionario de la DRAE trae tres acepciones i en la segunda coincide con lo expuesto por Barnola, pero en la tercera dice;”complicar a alguien en un asunto, comprometiéndolo en él”, de modo que está bien usado cuando se trata de complicar o envolver a alguien en un conflicto o problema. De todos modos, es bueno consultar i ver qué trae la nueva Gramática.

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 Me sumo al contento o regocijo de las fechas que celebra en este mes la Revolución Bolivariana. Hablar del 4 de febrero, merece un artículo especial, para lo cual es correcto i ético documentarse bien, porque la verdad debe ir por delante, conjuntamente con la objetividad histórica i la ética. I en mi caso, además, tiempo i salud.


robertojjm@hotmail.com


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Roberto Jiménez Maggiolo


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