Originalmente publicado en Quinto Día: http://www.quintodia.com.ve/315/pages/entrevista3.php
.
Entrevistado por Ernesto Villegas.
“No hemos ayudado ni con nuestro lenguaje, ni con nuestras propuestas, permitirle a los sectores democráticos de la oposición percibir bien la realidad” “Si hay que convocar al pueblo, lo que hay que llamar es a una nueva Asamblea Constituyente para que la última palabra la diga la soberanía popular” “Lo que pasó frente al CNE demuestra que la base popular está por la libre y esto evidentemente es un peligro, porque implica la posibilidad de que tenga éxito cualquier provocación” “Con la gente de Altamira estamos jugando dos cartas. Estamos consintiendo la violación del orden público a cambio de una ventaja política para que este grupo se disuelva por fracaso”
A su edad muchos están cargando nietos, pero él prefiere la política y el periodismo, no el objetivo e imparcial que proclama la escuela norteamericana, sino aquel que Bolívar concebía como “la artillería del pensamiento”. Así lo practica todos los días en un programa matutino que conduce por YVKE-Mundial, y así quedó plasmado en su último libro, El golpe del 11 de abril, un reportaje de aquellos hechos escrito desde la perspectiva y vivencias de Guillermo García Ponce, jefe del Comando Político de la Revolución.
–El Gobierno dice estar dispuesto a hacer las concesiones que sean necesarias en el marco del diálogo con la oposición. ¿Hastá dónde está dispuesto a ceder?
–El Presidente ha dictado nuestra línea: todo en el marco de la Constitución. Nada fuera de ella.
–Eso da para mucho, porque puede reformarse la Constitución y hacerse prácticamente cualquier cosa.
–La Constitución tiene mecanismos para reformarla, para la enmienda constitucional, para convocar al Poder Constituyente, para los referendos revocatorios y consultivos. En ese marco, cualquier diálogo o entendimiento es posible. Lo que no se puede es intentar cambiar la Constitución mediante una fórmula que no está contemplada en la Constitución. Por eso el constituyente diferenció el referendo consultivo del revocatorio. Son dos materias totalmente distintas.
–¿El aferrarse a la legalidad no es una actitud más de conservadores que de revolucionarios?
–No. En este caso lo revolucionario es aferrarse a la Constitución. Puede ser que en otro tiempo y espacio lo revolucionario no sea aferrarse a una legalidad que es contraria al interés del proceso revolucionario y del país. Pero en este momento lo revolucionario es la constitucionalidad.
–¿Entre las cosas negociables está Chávez?
–Chávez fue electo y reelecto. Es el Presidente más legítimo del continente, porque ha sido relegitimado en siete procesos electorales. El puebl! o ha votado por fórmulas y propuestas presentadas por él.
–Hay quienes hablan del chavismo sin Chávez. Es decir, sacrificar a Chávez para preservar la revolución.
–Esa tesis la han presentado intentando despertar el oportunismo en las fuerzas que apoyan al Presidente. En realidad, no hay chavismo sin Chávez ni Chávez sin chavismo. Quienes hablan de un chavismo sin Chávez o hacen la propuesta de darle concesiones a los chavistas a cambio de que entreguen la cabeza del Presidente están equivocados.
–¿No hay en el chavismo quienes atienden esos consejos?
–En el verdadero chavismo no hay.
–Si hay uno verdadero, ¿hay un falso chavismo?
–Cuando digo “chavismo” no estoy haciendo referencia a un movimiento personalista, vinculado a un nombre, sino a un movimiento popular que tiene a Chávez como líder.
–Las revoluciones suelen tener liderazgos colectivos y no estar atadas a la suerte de una persona.
–Cuando se habla del mesianismo, del caudillismo y del personalismo, no se toma en cuenta con profundidad el papel que ejercen las personalidades, los líderes, en todo proceso revolucionario y mucho más en las condiciones venezolanas. Es falso que pueda construirse un movimiento político de masas sin la presencia de líderes que interpretan las aspiraciones, esperanzas y demandas de un movimiento popular. No hay movimiento revolucionario sin vanguardia y no hay vanguardia sin líderes. De manera que todo eso de colocar una dirección colectiva que elimine el papel de los líderes es una falacia, una interpretación absurda de teorías marxistas o de cualquier cosa similar.
–¿Cómo van a hacer para enfrentar ahora a la contrarrevolución?
–Hay muchas fallas en la estrategia y en la táctica para enfrentarla. Hay una falla en la organización. No hemos logrado crear, no un partido único, sino un sistema nacional de organización del pueblo que tenga cohesión, unidad, un centro unificado de dirección política.
–¿No era eso lo que iba a hacer el MBR 200?
–Tengo casi la certeza de que no tardará mucho tiempo, espero que sea para diciembre, que el presidente termine de diseñar sus propuestas sobre lo que debe ser el MBR 200. Él define al MBR 200 como una suma de movimientos, y eso es una fórmula acertada, porque va en la dirección muy democrática y amplia de organización del pueblo, desde los partidos hasta las organizaciones más simples y sencillas.
–Mientras tanto, las masas comienzan a desbordar a los líderes, como se vio el 4 de noviembre frente al CNE.
–Exactamente. Lo que ocurrió el 4 de noviembre demuestra la necesidad de un centro único de dirección, de un sistema nacional de organización, porque la identificación del pueblo, de los trabajadores y de los sectores más marginales con el proceso revolucionario es de una gran intensidad y no ha encontrado aún fórmulas organizativas de canalización ni hemos podido dotarla de un centro de dirección.
–¿No se están mostrando ya los colmillos de la anarquía?
–No, yo creo que es un proceso natural. Esta es una revolución muy joven, que no puede resolver todos los problemas en un instante, ni en uno o tres años, y que tiene la desventaja de caminar por un terreno inexplorado, como es gobernar. Tiene, además, una dirección no suficientemente madura desde el punto de vista político, con rasgos de inmadurez y falta de experiencia política. Todo esto hace posible que no pueda rápidamente completar los instrumentos que se necesitan para defenderla y derrotar a sus adversarios. Pero no puede haber desesperación de nuestra parte. Tampoco conformarnos ni resignarnos.
–El 4 de noviembre quedó en evidencia que hay gente armada y que salió disparando entre la multitud.
–Todas las informaciones indican que los disparos provinieron de brigadas que venían al frente, abriendo el camino a la manifestación que salió de Altamira.
–Tal Cual publicó una foto de un encapuchado disparando.
-Pero los heridos son nuestros. Esos 70 heridos están todos en hospitales del pueblo. No he tenido noticias de que haya un solo herido de bala de los manifestantes que venían de Altamira.
–Hay un periodista extranjero herido y unos policías.
–La mayoría de los heridos fue ocasionado por los disparos de la PM.
García Ponce mete la mano en su chaqueta, saca un cartucho y dice: “Estos son ‘perdigones tigreros’, que no son los chiquitos. Lo más destacables del 4N es un atropello de la PM contra quienes manifestaban frente al CNE”.
–La GN la comenzó a disolver la manifestación, porque hubiese habido un choque entre dos bandos.
–Lo que ocurrió el 4N demuestra que necesitamos avanzar en la organización del pueblo, en una dirección única. Existe el CPR, que debería ejercer esas funciones, pero por la multiplicidad de partidos no tiene formas de organización que cubran la dirección de las bases populares. La base popular está por la libre y esto evidentemente es un peligro, porque implica la posibilidad de que tenga éxito cualquier provocación de los adversarios del proceso revolucionario.
–El Correo del Presidente fracasó.
-Porque fue un mal periódico. Es indispensable tener un diario. Debemos mejorar el canal 8 y todas las emisoras que tienen una posición amistosa o integrada al proceso revolucionario. En el fondo, esta batalla forma parte de una batalla de ideas. Lo que está en discusión no es cuántos cañones tiene fulano o mengano. Lo que va a decidir este proceso es la capacidad de convencer a los venezolanos.
–Un importante sector de la clase media difícilmente se dejará convencer.
–Lo que está ocurriendo en Venezuela con las capas medias ocurrió en la Alemania antes de Hitler. Las asustaron con los fantasmas de la revolución bolchevique. Esa propaganda las empujó, llenas de miedo, a refugiarse en los brazos de Hitler. Fue la clase media la que llevó al poder a Hitler. Algo parecido ocurre aquí.! Los sectores golpistas han llenado de miedo a la clase media sobre el castrocomunismo y entonces la clase media, para protegerse de éste, está siendo usada por los golpistas. La política de los golpistas ha logrado éxitos en las capas medias, porque no hemos tenido éxito en demostrarles que no vamos hacia el comunismo, que no hay ningún propósito socialista en las finalidades del gobierno revolucionario, sino que estamos construyendo un país democrático con respeto a la propiedad, a las ideas y a las creencias.
–Esa propaganda cuenta con la colaboración de algunas actitudes del Gobierno, como la remarcada amistad del Presidente con Fidel Castro.
–Independientemente de eso siempre nos hubieran asociado a cualquier modelo en el exterior. Pero insisto en que eso revela que no hemos tenido suficiente fuerza para desarrollar una campaña en lo ideológico que contrarreste la propaganda contrarrevolucionaria. Y esto es grave.
–¿Cuánto tiempo más va a permitir el Gobierno la presencia de los militares en Altamira?
–La noche del 4N tuve que atender a centenares de personas que protestaban por el hecho de que a ellos les habían arrojado bombas lacrimógenas y los habían disuelto por la fuerza cuando estaban frente al CNE con el argumento de que no tenían permiso para manifestar. Esas personas me preguntaban por qué no se disolvía también a la gente que ocupa la plaza Francia. Esto pone de relieve una paradoja: que hay dos maneras de aplicar la ley: se le aplica a unos de una manera y a otros, de otra.
–¿No estuvo de acuerdo con que se disolviera a los chavistas frente al CNE?
–Antes han debido tomarse medidas de prevención, una barrera una o dos cuadras antes del CNE, primero para impedir que los partidarios de Chávez estuvieran muy cerca del CNE y, segundo, para no permitir sino a una comisión de quienes marchaban desde Altamira que llegara al CNE. No se ha debido permitir ni que se acercaran los partidarios ni los enemigos de Chávez, de manera q! ue sólo una comisión tuviera acceso al CNE. No se habría tenido la necesidad de disolver esa manifestación.
–¿Y es partidario de disolver la concentración de Altamira?
–Ese grupo se va a disolver por su propia cuenta, pero ahí se están jugando dos factores: por una parte es un hecho que viola normas elementales de orden público y, por otra, constituiría un éxito político si esa gente se disipa por su propia fatiga o fracaso. De tal manera que estamos jugando dos cartas. Estamos consintiendo la violación del orden público a cambio de una ventaja política para que este grupo se disuelva por fracaso. Estos dos factores son contradictorios y habría que tomar una decisión política viendo en su conjunto la situación nacional.