No bastan los llamados de atención ni los actos de contrición. Tampoco es suficiente la voz de la experiencia (de la IV República). El poco poder de convocatoria a la unidad queda en evidencia cuando de elecciones se trata. En este 2010 y en sus inicios, hay una especie de pandemia en la oposición: es la candidatitis o candidaturitis, que azota a todos los que se creen dirigentes de algo.
Los factores oposicionistas han hecho esfuerzos, más de pose que reales, por hablar de la unidad. Crearon la Mesa de la Unidad Democrática para llegar a acuerdos y lograr suficientes escaños en la Asamblea Nacional el 26S. En 180 días ésta se ha convertido en una desunida asociación. Cada factor esgrime los elementos que le daría personería para representar al resto de los componentes, lo cual no es asimilado así por los contrarios.
Las primarias como método de consenso aparecen desplazadas de las filas opositoras por ambiciones personales o partidistas. Las organizaciones, de vieja y nueva data, dicen que en el ranking político tienen puntos para exigir puestos salidores, en este orden AD, PJ, UNT, Copei y ABP. Las individualidades manifiestan que sus aportes, "en la cruenta lucha por la libertad y la democracia" (sic), les confiere los méritos suficientes para encabezar las listas.
Sólo en 22 de las 87 circunscripciones, al parecer, se harán las primarias de la MUD. Hay regiones y algunos circuitos de las principales capitales de estado muy disputados. Inclusive, se señaló que el CNE actuaría como árbitro en dichas primarias, lo cual ya quedó descartado. El trastocamiento es tal que algunas figuras extrapolan la materia y piensan es en las presidenciales de 2012. Casos de Salas Römer, Marcel Granier y hasta Ravell.
La que primero se descocó fue María Corina Machado. Saltó de Súmate en solitario, "para salvar al país de la inseguridad", y se lanzó frente a la AN. Se ha visto de todo en los últimos días: la FMV postula a su directiva en puestos salidores. Los estudiantes, "manitos blancas", exigen estar allí. Otros piden que incluyan a los políticos presos, a los supuestos exiliados, a los comisarios encausados por los hechos de abril. En fin, la unidad perfecta no existe. Y, como dice la canción, "no hay puesto pa' tanta gente".
Periodista / Prof. universitaria
