Sin lugar a dudas que el retiro voluntario del camarada ex General del Ejercito Alberto Muller Rojas del activismo político del PSUV, lo lamentamos los socialistas de corazón y de razón, que nos sentimos profundamente comprometidos con la revolución bolivariana y socialista, y desde luego que no lo lamentan, algunos que se ponen franelas y gorras rojas, y se sirven del Gobierno, del Estado y del propio Partido para sus particularísimos fines, y por supuesto, que no son socialistas realmente, más bien son militantes de la derecha endógena, o pertenecientes al subrepticio movimiento del chavismo sin Chávez.
Considero que el camarada Muller Rojas pasó voluntariamente a la “reserva de la revolución venezolana”, diametralmente distinto es este caso a los saltadores de talanquera signados por la ausencia de convicción y ética revolucionaria, motivados por intereses personales y partidarios del neoliberalismo, entiendo como “reserva de la revolución” a una instancia no formal, donde se practica el pensamiento crítico, el cultivo de las ideas revolucionarias y la autocrítica sin cortapisas, después de haber luchado infatigablemente en el fragor del que hacer partidista y del combate social de la lucha de clases, es decir es una instancia intangible donde no se llega graciosamente como acto voluntario, sino como consecuencia de una trayectoria de vida congruente entre teoría y práctica, validada por el tiempo y la consecuente actuación.
No hay revolución socialista posible sin ética, sin humanismo y sin compromiso social con los pobres, y no se trata de eufemismos, se trata de expresar y traducir esos principios en la acción cotidiana del militante del partido y de la revolución en la casa, en la calle, en la universidad, y en cualquier espacio de actuación, tampoco hay revolución posible si los sujetos de la revolución no poseen la suficiente claridad ideológica que los lleve a comprender a cabalidad y a sentir como propia la frase: Patria, Socialismo o Muerte, sobre estos planteamientos ha venido predicando nuestro apreciado camarada en muchas oportunidades, en sus conferencias, conversatorios y escritos. Aspiramos que este viejo roble continúe nutriéndonos con su sapiencia en la construcción de la Venezuela socialista.
Por último considero que el PSUV, no puede despachar alegremente algunas cuestiones planteadas por el camarada Muller Rojas, como por ejemplo: Que la concepción internacionalista fue cambiada por el nacionalismo pequeño burgués, Que el proceso bolivariano pasa por un “pésimo momento” y Que a 11 años de Gobierno bolivariano, estamos viendo “más de lo mismo”, creo que esos planteamientos deben ser estudiados y analizados con seriedad por el Partido a objeto de contrastar con la realidad y asumir los cambios necesarios para la cabal superación de los mismos, en caso de ciertos.