23 de Diciembre de 2007. - El secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA), José Miguel Insulza, defendió su gestión al frente del organismo, que a su juicio se ha vuelto más independiente, y afirmó que quienes lo critican son nostálgicos "del intervencionismo".
En una entrevista que publica hoy el diario El Mercurio, el político socialista chileno se refirió a algunas críticas surgidas en los últimos días, como el caso de Shawn Sulliovan, asesor del Partido Republicano de Estados Unidos, que afirmó que durante su gestión la OEA "ha perdido peso" en el continente.
Ello, entre otras cosas, porque no habría sido lo suficientemente firme frente al presidente venezolano, Hugo Chávez, y otros gobiernos que de la región impulsan políticas contrarias al neoliberalismo.
A su juicio, la crítica de Sullivan, "es la opinión de algunos grupos de derecha que creen que la OEA debe ser de intervención".
"¡Esos tiempos pasaron", subrayó y opinó que "hay gente en Estados Unidos y en la derecha de nuestros países que creen que debo salir con el gran garrote a repartir garrotazos por América Latina y que así alguien nos hará caso".
"Pero esa gente, cuando habla con los países miembros del Consejo de la OEA no encuentran ni uno solo dispuesto a hacer esa política", remarcó.
Los críticos, "pertenecen a la OEA que se fue y que no volverá: de los que tocan las puertas de Washington para que les resuelva sus problemas. Por lo menos mientras yo sea secretario general de la OEA eso ya no ocurrirá", añadió.
Respecto de quienes han sostenido que tiene temor a enfrentarse a personajes como el mandatario venezolano, Insulza afirmó que "la única persona que le ha dicho algo al presidente Chávez soy yo", y recordó que a raíz de ello Chávez profirió varios insultos en su contra. "Pendejo", le dijo hace algunos meses.
Esa discusión, dijo Insulza, no fue recogida en el Consejo de la OEA, fuera de solidarizarse con el secretario general por las expresiones que le dirigieron, "porque los países no tienen interés en meterse en los asuntos internos de otros".
"Hay algunos nostálgicos que no pierden esa esperanza. Quieren que se suspenda a Venezuela y castigar a otros países", manifestó Insulza, que se declaró orgulloso "cuando la OEA llega a algún país y nadie cree que sea para meter la nariz en lo que no le importa".
"Los gobiernos entienden que estamos para ayudar y no para crear conflictos. Si eso no le gusta a alguna gente es problema de ellos", concluyó.