Mérida, 26 de febrero (Reporteros Comunitarios de Mérida / aporrea-org-Mérida ) Luego del trágico accidente del vuelo 518 de la línea aérea Santa Bárbara, el cual se estrelló con apenas de 10 minutos de vuelo en un escarpado sector del páramo de Los Conejos, perteneciente a la cordillera de los andes venezolanos, desde ese entonces, son muchas las voces que se han alzado, para recordar que el aeródromo Alberto Carnevalli, que sirve a esta capital andina, está considerado como una de las pistas aérea, más peligrosas del país.

En tal sentido, las autoridades aeronáuticas venezolanas, conjuntamente con un grupo de empresarios merideños, decidieron adelantar la construcción de un aeropuerto alterno para la turística ciudad de Mérida. Es así, como en el año 1990 con una inversión de 460 Millones de bolívares (460.000 Bs.F) se iniciaron los trabajos en la construcción del futuro Aeropuerto internacional “Juan Pablo Pérez Alfonso” (destacado experto petrolero fundador de la OPEP). En una extensa llanura del Sur del Lago de Maracaibo, en jurisdicción de la ciudad de El Vigía, capital del importante municipio agroindustrial Alberto Adriani, del estado Mérida; las obras de esta nueva pista aérea concluirían un año más tarde, para ser inaugurado el 31 de julio de 1991. 

Para el grupo promotor de este nuevo aeropuerto, su objetivo era lograr una terminal aérea de excelentes  dimensiones, lejos de las inmensas sierras andinas y del clima extremo; una pista que permitiera el servicio de grandes aeronaves, de ancho fuselaje como el Boing 747 ó el douglas DC 10. Una de las características más resaltantes del aeropuerto, es su pista de aterrizaje de más de 3.000 metros de longitud, la segunda más larga, después del Aeropuerto Internacional "Simón Bolívar" en la ciudad caribeña, Maiquetía (estado Vargas). Igualmente ésta posee balizaje nocturno, lo cual permite operaciones de vuelos visuales inclusive después de la puesta del sol, a esto se agrega, una rampa de estacionamiento de 30.750m2 , equipada con servicios de suministro de combustible por tubería directo al avión.

Si bien, el aeropuerto de El Vigía, resulta insuficiente para el creciente aumento del turismo en el estado Mérida y la región andina, está localizado en una aérea que permite muy bien su crecimiento en infraestructuras, su terminal y hasta admitiría la edificación de un hotel, y un terminal de transportes de pasajeros, de microbuses y taxis, con destino a la capital de estado.

Explican los pilotos, las condiciones particulares de un vuelo a Mérida

Según explica en la prensa nacional, Juan Carlos Villegas, piloto comercial, quien analiza  una de las rutas que utilizan los pilotos para llegar y salir de la capital merideña. La que cubrió el fatídico vuelo 518, implica sobrevolar el páramo y sortear las imprevistas arremetidas del helado viento y la espesa nubosidad de la zona.

"Todos los aviones con cabinas presurizadas que viajan entre Mérida y Caracas (aeropuerto de Maiquetía) siguen esa última ruta porque acortan aproximadamente 15 minutos de vuelo, aunque es una vía mucho más peligrosa. Al llegar al Observatorio Astronómico Nacional, en Llano del Hato, en pleno páramo, todos los pilotos descienden hacia Mérida por instrumentos. Eso es como bajar por una escalera con los ojos vendados, explicó Dennys Tancredi, quien trabajó como copiloto en Santa Bárbara entre 2001 y 2002. Un avión como el de Santa Bárbara, modelo ATR 42-300, está preparado para operar en un aeropuerto construido sobre una pendiente como el Alberto Carnevalli de la ciudad de Mérida. Se pueden programar aterrizajes y despegues para minimizar los riesgos del mal tiempo, explicó Villegas. No necesita grandes recorridos para despegar y aterrizar".

Aclara Villegas, "Pero ninguno de esos atributos, sin embargo, disminuye los riesgos de la terminal Alberto Carnevalli. Uno aterriza allí sin la ayuda de los servicios de radio-ayuda, porque no existen". En tal sentido, los pilotos concluyen que las operaciones comerciales en Mérida, deben ser suspendidas.

Un aeropuerto de "condiciones visuales"

Los expertos describen que el aeropuerto de Mérida, el cual está ubicado entre dos sierras montañosas, calificada como zona crítica, es un terminal de "condiciones visuales", lo que implica que las aeronaves deben ver y dejarse ver, hasta una altura de 14.000 pies. Es decir, sólo hay que seguir la carta de aproximación visual para evitar tragedias.

Esa carta de aproximación visual, elaborada por el INAC, establece que todo avión debería entrar y salir por el corredor del Río Chama, un espacio aéreo, el cual comprende las ciudades de Mérida, Lagunillas, Ejido, Estanques y El Vigía, y maniobrar sólo si el techo es superior a 1.500 pies. Si la autoridad aeronáutica establece sólo una ruta, ¿por qué el avión de Santa Bárbara escogió la ruta del páramo? Hemos visto, como los asiduos a los foros de Internet pedían que cesaran los vuelos sobre la cordillera. Por favor, prohíban la salida y la llegada de aviones por el páramo.