Tras 8 días de huelga de hambre del primer piquete de huelga de hambre en Cochabamba, por respeto y estabilidad laboral, 11 dirigentes de la Confederación de Fabriles asumieron hoy día la misma medida en el Ministerio del Trabajo de la ciudad de La Paz al no recibir respuestas por parte de las autoridades.
Así mismo, en la mañana del 7 de julio, en la reunión de conciliación convocada por la Dirección Departamental del Trabajo de Cochabamba entre Manaco y el trabajador Alejandro Saravia, no se llegó a ningún acuerdo, ya que la empresa no tiene la política de recontratar a los obreros despedidos, aunque estos despidos hayan sido injustificados, señaló René Crespo, Secretario de Relaciones de la Federación de Trabajadores Fabriles de Cochabamba. Según Alejandro Saravia, la medida extrema continuará hasta que Manaco lo reincorpore a su puesto de trabajo y sustento de vida, y mejoren las condiciones laborales en la empresa.
En contraste, otros sectores se sienten identificados con la huelga de hambre de los fabriles. Tal es el caso de la Organización de Inquilinos de Cochabamba (OINCO), que se plegará a las movilizaciones programadas para el día martes 8 de julio.
El conflicto va creciendo a nivel nacional y desnudando cada vez más claramente los efectos de la flexibilización laboral y el neoliberalismo en nuestro país, así como la inoperancia (que muchas veces llega a la complicidad con los empresarios privados, contraviniendo sus mandatos y las normas vigentes) de las autoridades del ramo.