8 de septiembre de 2008.- El dirigente de la industria automotriz de Carabobo, Christian Pereira, junto con Ismael Hernández de la UNETE regional y Stalin Pérez Borges, Coordinador Nacional Unión Nacional de Trabajadores (miembros de la Corriente Marea Socialista de la UNETE y militantes del PSUV), desmintieron las declaraciones vertidas por otro de los coordinadores nacionales de la UNETE, Orlando Chirino, quien en un reportaje publicado por Notitarde, dijo que en General Motors de Venezuela no había una huelga sino “una toma impuesta con métodos violentos y terroristas”. Tras la publicación del citado reportaje fueron al encuentro de los trabajadores a las puertas de la empresa, para expresarles su solidaridad y rechazar las declaraciones de Chirino, a las que califican de falsas y desafortunadas.
Denuncian como una falsedad la versión de Chirino de que el
Sindicato Vencedores Socialistas sea minoritario ya que afilia a la inmensa
mayoría de los trabajadores de GMV. Se creó en noviembre de 2007 y fue
ratificado en referéndum en abril de 2008, por 1.640 trabajadores a favor y con
sólo 970 partidarios de Sutrautomotriz. Agregan que después de que comenzó la
discusión del Contrato, se ganó el apoyo de 2.300 afiliados, quedando sólo 600 en
el viejo sindicato. El presidente del mismo es un trabajador despedido por la
patronal yanqui por habérsele enfrentado.
Una segunda falsedad que le reclaman a Chirino es la de afirmar que la huelga
es "ilegítima", ya que se cubrieron los requisitos legales, fue
reconocida por las autoridades del trabajo y es el resultado de la voluntad
mayoritaria de los trabajadores, por decisión tomada en asambleas.
Rechazan que se acuse al sindicato huelguista de dividir a los trabajadores,
cuando es la propia GM quien lo hace en todo el mundo con métodos perversos y
aquí también lo hace al desconocer al sindicato y querer discutir el contrato
con una supuesta Mesa Técnica, compuesta por representantes de Sutrautomotriz,
empleados, supervisores, pasantes y empleados de concesionarios que no participan
de la convención colectiva, desconociendo a 2.300 trabajadores que laboran en
la planta. Según los dirigentes que ofrecen la
declaración, Chirino participa de esa Mesa Técnica que no
representa a la mayoría real de los trabajadores.
Deploran que Chirino califique la huelga de los trabajadores, como un método “terrorista”
y que se tilde a los huelguistas como “malandros” y “delincuentes”,
porque les parece que eso es caer en la
criminalización de la lucha obrera, algo inadmisible en un sindicalista de la
trayectoria de Orlando Chirino. Lamentan que mientras hace esto, en vez de
defender al proletariado, un dirigente sindical se ponga a defender a una
empresa transnacional, imperialista, nombrándola como una “empresa de prestigio”,
cuando lo primero debería ser denunciar y combatir las prácticas explotadoras
que la caracterizan, con despidos masivos y otros atropellos en todo el mundo.
Se suman al pedido que los trabajadores les hacen a los ministros del Trabajo y del MILCO, de que aboquen para que el gobierno obligue a General Motors a sentarse a discutir con el Sindicato Vencedores, para que de esa forma se pueda llegar a un acuerdo satisfactorio entre las partes y ponerle punto final a la huelga.
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