*En Santiago lo que se cocinó fue una gran traición enmascarada en el apoyo a Evo"

Medidas de Unasur sofocarán en la mesa de diálogo la revolución en Bolivia al estilo Contadora, opina prof. Miguel Hernández

Caracas, 19 de septiembre de 2008.- El pasado día miércoles se produjo un interesante debate en la cátedra de América Latina Contemporánea de la escuela de Sociología de la UCV, a cargo del historiador y profesor universitario Miguel Angel Hernández, quien también es dirigente nacional de la Unidad Socialista de Izquierda (USI), partido en proceso de legalización nacional y que en las próximas elecciones regionales presentará candidatos obreros y populares en el estado Aragua.

El centro de la discusión generada alrededor de la charla impartida por el prof. Hernández, fue el caso de Bolivia y la reciente reunión en Chile de la Unión Suramericana de Naciones (Unasur). Refiriéndose a la grave crisis que atraviesa Bolivia, el docente de la UCV manifestó que ella “expresa el deseperado intento de las clases dominantes y el imperialismo por cortar el agudo proceso revolucionario que transita la hermana república. Ante la derrota en el referendo celebrado recientemente, y la posibilidad cierta que sus prefectos sean destituidos de sus cargos por la movilización popular, la oligarquía y el imperialismo protagonizaron un levantamiento de carácter fascista, encaminado a derrotar a la población y al presidente Evo Morales”.

En el marco del debate, el dirigente socialista afirmó: “Medios de comunicación de la burguesía latinoamericana y sectores de la izquierda reformista, en un peculiar coro unísono, pretenden presentar como un triunfo para el pueblo boliviano las decisiones adoptadas en Santiago de Chile. Reconociendo que la reunión condena a la oligarquía boliviana y sus acciones nosotros, a riesgo de parecer aguafiestas, debemos decir con toda claridad que los presidentes suramericanos reunidos en La Moneda intentan ahogar en la mesa de diálogo con la oligarquía separatista boliviana, el proceso revolucionario que vive el país del Altiplano”.

Crisis de dominación imperialista y rebelión mundial

El prof. Hernández comenzó su charla planteando que el imperialismo norteamericano atraviesa por una severa crisis en todos los órdenes. Económica, como se evidencia de la quiebra de importantes instituciones financieras; militar, con la inminente derrota en Irak, y política, en el marco del proceso electoral que vive ese país. “El imperialismo norteamericano está en medio de una crisis global de dominación, que no se reduce al empantanamiento en Irak. Es mucho más que eso, es la incapacidad manifiesta para ejercer su dominio internacionalmente, así como para liquidar el proceso revolucionario que avanza a escala mundial, y particularmente en América Latina. El imperialismo en todos sus órdenes, siente el impacto de la rebelión mundial de los pueblos y trabajadores, que se extiende como reguero de pólvora por todo el planeta”.

Para el docente universitario y dirigente socialista, la crisis de dominación imperialista se expresa también en nuestro continente. “En Bolivia nuevamente se pone en el tapete que en dicho país no hay términos medios, y se reafirma un dilema de hierro: o la revolución obrera y popular avanza expropiando a la burguesía y las transnacionales, entregando el poder a las organizaciones de los trabajadores y el pueblo o se abre la posibilidad de un golpe fascista que liquide violentamente el proceso revolucionario”.

No obstante, según Hernández, “debido a la crisis de dominación del imperialismo y a las poderosas rebeliones populares, Estados Unidos no está en capacidad de obtener éxitos políticos con un golpe de Estado, por lo menos en lo inmediato, por eso apoya y auspicia el golpe cívico-prefectural, como lo han llamado los bolivianos, con el fin de presionar a Evo, y aprovechando su tendencia a la conciliación de clases, ponerlo de rodillas y obligarlo a claudicar”.

¿Es Unasur, una nueva Contadora?

“En ese marco de debilidad imperialista y ante la eventualidad de que se radicalice la situación, como sucedió en la revolución de 1952, los gobiernos de la región que forman parte de Unasur, toman la iniciativa y lanzan una propuesta de diálogo, una especie de nuevo ´Grupo Contadora´* para tratar de sofocar o congelar el proceso revolucionario, no ya vía un golpe contrarrevolucionario si no a través de la negociación y la claudicación de Evo Morales. En Unasur la presencia del imperialismo se hizo sentir a través de Lula, quien jugó un papel fundamental en el diseño del dispositivo contrarrevolucionario, colocando en el mismo plano al gobierno legítimo de Evo y a la oposición golpista y secesionista”.

Y agregó: “Todos los pueblos de América Latina deben estar alerta ante lo que ocurra en Bolivia, ya que si no se logra liquidar el espectacular ascenso obrero y popular a través de esta vía de contrarrevolución democrática, la eventualidad de un golpe fascista no se puede descartar”.

Ante lo dicho por el presidente Chávez después de realizada la reunión de Unasur, el prof. Hernández afirmó: “No concordamos con lo dicho por el presidente Chávez de que ahora no estamos solos, y supuestamente Unasur lo pondría en evidencia. En Santiago de Chile lo que se cocinó fue una gran traición enmascarada en el apoyo a Evo y en el trillado discurso en defensa de la democracia. Una traición a los obreros, mineros, campesinos e indígenas bolivianos. Una traición como la que llevó a cabo en 1952 el Movimiento Nacionalista Revolucionario de Paz Estensoro, pero esta vez mediante el mecanismo de sentar en la mesa de diálogo al gobierno y a la oposición fascista con la intención de liquidar el proceso revolucionario por medio de la negociación”. Y recalcó: “Los socialista revolucionarios somos tajantes: con el fascismo no se discute, se le destruye”.

Y agregó al respecto: “Más que declaraciones altisonantes como las del presidente Chávez, que no se traducen en medidas concretas, el mejor apoyo y solidaridad que puede tener la revolución boliviana, desde aquí, desde Venezuela, además de la expulsión del embajador gringo, serían el corte de envío de petróleo hacia los Estados Unidos y la profundización de nuestro proceso revolucionario hacia el socialismo, a través de la salida definitiva de las trasnacionales, terminando con la figura de las llamadas empresas mixtas, particularmente en el sector petrolero y en las demás áreas estratégicas de la economía; impulsando las reformas agrarias y urbana; expropiando los medios de comunicación social y pasándolos a manos de los trabajadores y las comunidades, entre otras medidas”.

Movilización obrera y popular para aplastar al fascismo

Hernández también se refirió a las perspectivas del proceso revolucionario y las tareas de los revolucionarios en ese país. “El eje de las organizaciones obreras y populares, tal como lo han planteado la Fejuve, la COR y la Universidad Popular de El Alto, y las organizaciones campesinas de Pando, Beni y Santa Cruz, debe ser exigir cárcel y castigo a todos los golpistas, y no sólo a Leopoldo Fernández, el prefecto genocida de Pando. Rechazar cualquier negociación o acuerdo con la oligarquía y las roscas de terratenientes y explotadores de la llamada Media Luna, que signifique echar para atrás las conquistas logradas por la movilización popular. Este es el momento de exigir mediante la movilización obrera y popular el cumplimiento de la Agenda de Octubre, la reforma agraria, la salida de las transnacionales de los hidrocarburos, la expropiación de la rosca de terratenientes.

Para defenderse de la acción fascista, el dirigente nacional de USI expresó que “hay que alentar el armamento general de la población, la creación de piquetes armados de mineros, fabriles, campesinos y comunidades, así como la exigencia al gobierno de entrega inmediata de armas y apoyo logístico”.

El prof. Hernández planteó en el marco de la charla la necesidad de que la UCV , y en particular la escuela de Sociología, debían pronunciarse ante la situación en Bolivia, y que ese espacio era propicio para acordar acciones concretas de solidaridad con los trabajadores y el pueblo boliviano. El evento finalizó con la convocatoria de un foro-debate con estudiantes, trabajadores universitarios, docentes y miembros de comunidades populares para la próxima semana, en el que se propondría realizar una movilización de solidaridad con la revolución en Bolivia.

* El Grupo Contadora fue un mecanismo diplomático en los años 80, del que participaron Colombia, México, Panamá y el gobierno venezolano, cuyo presidente era Carlos Andrés Pérez, mediante el cual se propició una salida negociada al conflicto en Nicaragua y en toda Centroamérica, en el que los sandinistas garantizaban que ese país seguía siendo capitalista, mientras se pactaba con la "contra" somocista y proyanqui, simultáneamente con la desmovilización de la guerrilla en Guatemala y El Salvador.


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