26 de septiembre 2008. - El taxista cruceño, Leopoldo Santibáñez, afirma que él fue contratado por la Unión Juvenil Cruceñista (UJC) para desestabilizar, desde esta ciudad, al gobierno del presidente Evo Morales. "Cobré 200 pesos bolivianos (28.57 dólares) diarios para ir a tomar instituciones durante tres días en diversos puntos de la ciudad. Me dieron un palo y la instrucción de quebrar todo lo que encontrara a mi paso", indicó en entrevista con Notimex.
A sabiendas que su historia no saldrá en la prensa de Bolivia, el taxista de unos 22 años de edad señala que "con mi palo y unas bombas de ruido me fui junto con un grupo de jóvenes y empezamos a saquear todo (...) Vidrios, ventanas, escritorios, todo lo que encontrábamos a nuestro paso lo demolíamos. Fueron varias las instituciones que cayeron en manos de la Unión Juvenil Cruceñista entre el 7 y 11 de septiembre", recalcó el joven.
Desmintió que estas unidades juveniles sean de tipo paramilitar, porque muchos de sus integrantes son contratados al paso por los dirigentes de la UJC que van con dinero y contratan, y hacen una lista y destinan a dónde atacar. Detrás de todo esto, estaría el Comité Cívico que utiliza a la UJC, que es su brazo de choque. Las armas que utilizan sus integrantes son bates de béisbol, fusiles, pistolas, cuchillos y cadenas.