16 de febrero 2009. - El peor periódico de Venezuela -con permiso de El Nuevo País- publica
sus habituales delirios en primera plana, manipula números para
engatusar a sus lectores y demuestra que no sabe perder. Así inaugura
su línea editorial para el período 2009-2019. Okrim Al Qasal hace un excelente análisis del comportamiento de este y otros periódicos de la misma tendencia fascista y apátridas que salieron el día de hoy 16 de febrero 2009 después de la contundente victoria del pueblo chavista en el referendo para la enmienda constitucional. A continuación lean el artículo:
Ayer leía un artículo de Roberto Hernández Montoya donde decía cómo en estos años El Nacional ha pasado a ser un periódico más derechista e indigesto que El Universal. Los respectivos ejemplares del día de hoy parecen demostrarlo:
El Universal se limita a
publicar los resultados y destaca un interesante gráfico con tortas
poblacionales que reflejan los resultados estadales. Básicamente lo que
debe hacer un medio de comunicación. Las noticias que dejan entrever su
línea editorial (el 'héroe' Herrero, el 'doble voto' de Tarek, etc) se
reservan a un discreto segundo plano, incluso más chico que el que
dedica a la marea roja que se celebró anoche.
Parecida es la portada de 2001, otro de los habituales en portadas desvergonzadas, que en esta ocasión estuvo a la altura de lo que se espera de un medio escrito, aunque tuvo un grueso error tipográfico en los datos del Sí, a los que dio unos 300 mil más de los transmitidos hasta el momento.
Caso distinto es el del pasquín de Miguel Henrique Otero, que quiere cantar fraude pero pareciera que se da cuenta de que está solo en esa canción, por lo que teme desentonar y simplemente lo insinúa (imagen arriba a la derecha):
Chávez gana derecho a reelegirse tras un proceso plagado de vicios
Es decir, ganó el Sí, pero con tanto vicio y abuso que no cuenta. De nuevo parece que Pablo Medina -aliado de Miguel Henrique en el Movimiento 2-D- toma las riendas de la línea editorial del periódico: uno cree estar leyendo el Noticiero Digital impreso cuando ve los titulares de este diario.
Pero no es eso lo peor. No contento con su denuncia de casi-fraude, El Nacional confunde la Gimnasia con la Magnesia y mezcla datos electorales a su conveniencia para dar la impresión de que la oposición ha ido recortando terreno sin pausa.
No se pueden comparar procesos presidenciales con un referendum. Eso es lo que hace El Nacional para cometer fraude contra sus lectores. El 15 de Febrero no se elegía presidente. De haber vencido el No, Chávez seguiría hoy siendo presidente.
Si de comparar se trataba, ¿por qué no compararon con el anterior referendo, el de 2007? Eso es de hecho lo que hizo Últimas Noticias en sus páginas interiores.
Es más, durante toda la campaña opositora la matriz fue que el 15 de Febrero se evaluaba lo mismo que había sido rechazado el 2 de Diciembre en 2007. Que Reforma y Enmienda son lo mismo, y que ya fueron rechazados ambas en esa ocasión. Ése fue, aunque falso, su argumento principal y casi único, resumido con profundidad filosofal en su mantra No es No, No es No, No es No, etc. Entonces, ¿por qué no comparar dos procesos que según El Nacional son el mismo?
Porque de haberlo hecho, entre 2007 y 2009, el chavismo ha pasado de 4 millones y poco a 6 y algo, mientras que la oposición pasó de 4 y poco a 5 y poco. Una comparación nada ventajosa para sus argumentos, pero sin duda más justa desde un punto de vista objetivo.
Otra pregunta interesante que podría hacerse El Nacional (y que nunca se hará) es por qué los más de 5 millones que ayer votaron por el No, hace apenas unos meses no votaron por los candidatos opositores a alcaldías y gobernaciones. La respuesta es bastante obvia: una buena parte de los disconformes con el proyecto bolivariano no apoyarían a sus Ledezmas, Movimientos 2-D, Ramos Allup, estudiantes apolíticos metidos a concejales y demás, ni aunque Leopoldo Castillo hiciera campaña puerta a puerta.
Una cosa es oponerse a algo, y otra muy distinta proponer. Una diferencia fundamental que la oposición intenta pasar por alto una y otra vez.
Pero para ser justos, a los que apoyamos este proceso de cambios no nos debe bastar conocer por qué buena parte de los más de seis millones de venezolanas y venezolanos que ayer dijeron Sí no salieron a votar el pasado 23 de Noviembre.
Ahora es imprescindible que afiancemos lo bueno y corrijamos lo malo para que la impresionante respuesta de ayer sea la habitual en todos los procesos electorales que enfrentemos desde ahora, siempre en forma ascendente.