1 de octubre de 2010.-EEUU pidió perdón este viernes por financiar un estudio en la década de los 40 en el cual cientos de guatemaltecos fueron deliberadamente infectados con sífilis y gonorrea sin el consentimiento de ellos.
El estudio conducido entre1.946 y 1.948 en Guatemala fue “claramente inmoral” y “condenable”, dijo en un comunicado la Secretaria de Estado Hillary Clinton y la Secretaria de Salud, Kathleen Sebelius.
Los investigadores que condujeron el estudio matricularon a poblaciones vulnerables incluyendo a pacientes mentales, y no les informaron del propósito del estudio o qué les pasaría a ellos. Los participantes, utilizados como conejillos de indias, fueron animados a contagiar enfermedades sexualmente transmitidas, y algunos que contrajeron sífilis no fueron tratados.
Un total de 1.500 personas tomaron parte en el estudio. Al menos un paciente murió durante los experimentos, aunque no esta claro si la muerte fue por los experimentos o por un problema médico subyacente.
“Aunque estos eventos ocurrieron hace más de 64 años, estamos indignados de que tal condenable investigación pudo haber ocurrido bajo la apariencia de la salud pública”, señalaron Clinton y Sebelius.
“Lamentamos profundamente que eso sucedió y pedimos perdón a todos los individuos que fueron afectados por tales prácticas de investigación repugnantes”, indicaron ambas, anunciando el lanzamiento de una cuidadosa investigación sobre los detalles del estudio.
“El estudio de inoculación de la enfermedad sexualmente transmitida conducida desde 1.946 hasta1948 en Guatemala, fue claramente inmoral”.
El objetivo del estudio de Guatemala, el cual fue financiado por una subvención de los Institutos Nacionales de Salud de EEUU para la entonces Oficina Sanitaria Panamericana, la cual luego se convirtió en la Organización Panamericana de la Salud, era el de buscar nuevas formas de prevenir enfermedades sexualmente transmitidas.
Los primeros experimentos en Guatemala incluyeron infectar a mujeres trabajadoras sexuales con gonorrea o sífilis, y luego permitirles tener sexo sin protección con soldados o prisioneros.
“Cuando algunos de estos hombres se infectaron, el enfoque de la investigación cambió a la inoculación directa a soldados, prisioneros y paciente mentales de hospitales”, muestran documentos de antecedentes del estudio.
