9 de marzo de 2011.- Durante estos 10 años se han dado un conjunto de luchas por la democratización de la universidad venezolana y, especialmente, la transformación de la educación universitaria. La lucha contra la privatización de la universidad, que se refleja y expresa a través de mecanismos de ingreso que se sustentan en la categoría de la calidad para evitar el ingreso libre a la universidad de todas y todos los venezolanos y también el planteamiento de una universidad que tenga un conocimiento con pertinencia social.
En los últimos 2 o 3 años, todo lo que hemos venido trabajando por conquistar un ordenamiento jurídico-político en materia universitaria, estudios que hemos venido haciendo, humilde y muy modesto pero que en definitiva buscan perfilar un propuesta programática que permiten trascender algunas consignas vacías, que permita trascender algunos panfletismos que han caracterizado al movimiento estudiantil en Venezuela y, particularmente, el movimiento estudiantil que cree en la construcción de una sociedad alternativa al capitalismo. En ese sentido, hemos venido haciendo una breve caracterización de la universidad, quizás, posteriormente a mi intervención, algunos profesores aquí presente puedan corregir o debatir esas ideas en las cuales hemos indagado y tratado de constituir una racionalidad y un enfoque crítico de lo que es la universidad venezolana y latinoamericana, en algunos estudios sobre algunos autores como Adriana Pudro, Adolfo Sánchez Vásquez, entre otros, encontrábamos una caracterización de la universidad latinoamericana.
Hemos venido diciendo que la universidad, como por ejemplo la Universidad de Los Andes (ULA), la Universidad Central de Venezuela (UCV), es neoliberal y nos dimos cuenta que estábamos equivocados, el enfoque de estas universidades es de carácter elitista, escolástica, muy propia de Alemania, Europa y que de alguna u otra manera su fragmentación del conocimiento basado en las ciencias sociales, humanidades, ciencias jurídicas, entre otras, todavía prevalecen resabios de la formación social feudal y que se reflejan en las relaciones de poder y que a su vez se materializa en la forma de reproducir el conocimiento, una verticalidad exacerbada de reproducir el conocimiento. En segunda instancia, veíamos que en Venezuela y en otros países de América Latina, en primer lugar y en primera etapa con la intervención militar de algunas universidades, en el caso de nuestro país “Operación Canguro”, la clausura académica y administrativa de algunas universidades elitistas, en este caso las universidades nacionales como la UCV y la ULA y la conformación del Consejo Nacional de Universidades se abre paso a un modelo universitario nuevo e insurgente que es la universidad neoliberal, un ejemplo de ello es la Universidad Simón Bolívar (USB), institución a calco y copia de las universidades norteamericanas, no solo de infraestructura y planta física reflejaban esa realidad, sino también en el tipo de carreras técnicas que dictaban y aparte de eso, el proceso de enseñanza-aprendizaje, la fragmentación de los grupos, ya no anuales ni semestrales sino trimestrales; todo esto con un fin bien concreto, la experimentación de un modelo de universidad que rompiese con la hegemonía que tenían los sectores democráticos y revolucionarios de Venezuela y que permitiese convertir la educación “superior”, llamada así en ese momento, ya no en un servicio público sino en una posible mercancía.
Con respecto a la universidad neoliberal, posteriormente después de la creación de las universidades como la USB y la Unexpo, que son expresión concreta de este tipo de universidad en Venezuela, veíamos en América Latina, ya con la caída del muro de Berlín, del Socialismo realmente existente en Europa Oriental, los Estados nación en América Latina comenzaban a disminuir vertiginosamente la invención, el gasto social y público en educación y, particularmente en educación universitaria. Para propiciar la privatización de la educación universitaria se crea el proyecto de Ley de Educación Superior y cobra suficiente fuerza la tesis de las pruebas internas de admisión, que constituyen una palanca importante en el cambio de correlaciones de fuerzas y clases en la composición social de la universidad venezolana.
Posteriormente, encontrábamos un tercer tipo de universidad que aquí en la Revolución Bolivariana la vemos con mucha frecuencia, como lo es la universidad populista. Esta caracterización se sustenta en este cotejo entre categoría de calidad y categoría de masificación. Esta universidad populista se encarga o tiene como objetivo fundamental masificar el acceso a la educación universitaria, es lo que nosotros desde una perspectiva crítica hemos venido señalando, denunciando en la Revolución Bolivariana, la creación de nuevas universidades que no trastocan ni las relaciones de poder ni mucho menos los cimientos epistemológicos que hoy caracterizan a la universidad bolivariana; entonces, esos tres tipos de universidad nos llevaron a pensar, a soñar, con que es posible conquistar en esta transición, la tentativa anticapitalista, anti-sistémica, que nos hemos trazado algunos sectores de la sociedad bolivariana, de una universidad revolucionaria, porque creemos, primero, incluso habría que pensar si en el Socialismo debe existir la universidad, entendiendo que la universidad es un invento de la modernidad, que la universidad es un invento para justificar, entre otras cosas, todo lo que ha sido la conquista de América, el amanecer de las ciencias naturales y sociales en el contexto del sistema mundo capitalista, etc.
Entonces, nos planteamos para la transición una universidad revolucionaria que en Venezuela permita: 1) romper con el modelo rentístico petrolero, la formación económico social venezolana que constituye a Venezuela en un país primario exportador totalmente dependiente del mercado, de la lógica de la oferta y la demanda en el marco del petróleo mundial; independizarnos científica y tecnológicamente. Las universidades no están produciendo conocimiento, no están investigando para estos fines, que es constituir una racionalidad, una subjetividad que dé cuenta de nuevos valores, de nuevas relaciones humanas, de nuevas formas de convivir entre los seres humanos y constituir un entramado social, unos sujetos sociales que permitan darle continuidad democrática a las transformaciones revolucionarias que hoy requiere la sociedad venezolana.
En ese sentido, pensando en esa universidad revolucionaria, muy modestamente proponemos un debate de cinco puntos centrales que creemos que puede ser la transformación universitaria en términos generales: Uno es el ingreso, nosotros hablábamos de la universidad populista, bueno, la Revolución Bolivariana ha saldado significativamente una deuda que todavía no ha concluido, tenemos todavía población flotante, quienes hemos hecho trabajo en los liceos vemos la situación que hay con la educación media con respecto a la educación universitaria, el desconocimiento de las formas de ingreso, el sistema que ha creado el Gobierno Nacional, que hemos cuestionado porque tiene que ver con parámetros fundamentalmente cuantitativos, excluyentes en los índices socio económicos.
Esta Revolución ha permitido el ingreso a quienes nunca tuvieron acceso a universidades tradicionales, la creación de la Misión Sucre y la Universidad Bolivariana de Venezuela (UBV), la ampliación de las matrículas en universidades como la UNERG (Universidad “Rómulo Gallegos”), UNELLEZ (Universidad de los Llanos “Ezequiel Zamora”), son un ejemplo de ello, pero la columna vertebral de la política de ingreso no ha sido transformada realmente y estamos planteando que para avanzar hacia un estado de universidad revolucionaria, que tenga como fiel expresión a los sectores populares, porque la universidad debe tener pertinencia con la realidad. Es el ingreso libre y planificado que se ha alcanzado en algunos momentos, la universidad cubana lo logró y en algunas universidades experimentales en Argentina.
Hay experiencias importantes con el ingreso libre e irrestricto. Decimos y no es demagogia política que si un niño de educación básica con camisa blanca, sale al liceo y no presenta prueba, así debe ser del liceo a la universidad, es que esto debe ir acompañado de una política de estudio vocacional, de trabajo permanente durante toda la educación básica, debe ir acompañado de un política multidimensional, que los medios de comunicación no propicien el afán de lucro, el individualismo, la competencia, porque vemos hoy que las escuelas mayoritarias como en la UCV, son las carreras de Derecho, Administración y Contaduría, que son carreras que en definitiva reproducirán la lógica perversa del capitalismo.
El libre e irrestricto acceso debe ir de la mano con esa planificación. El Estado debe poner el Estado docente como planteamiento jurídica y políticamente establecido en las leyes del país, una planificación de cuáles son los Programas Nacionales de Formación esenciales y primordiales para independizarnos científica y tecnológicamente, diversificar el aparato productivo, constituir nuevos sujetos sociales en la nación y esa planificación, por supuesto, debe experimentar algunos indicios en este momento, no necesitamos una ley para hacerlo. Un ejemplo concreto es la política agraria venezolana, que tiene sus tropiezos, tenemos en el ámbito agrario la creación de la Misión AgroVenezuela, que la política agraria de la Revolución ha sido realmente la mejor, pero la creación de una nueva misión refleja que las políticas públicas en materia agraria no han sido lo mejor ¿Qué debemos hacer frente a eso?, bueno poner la universidad a pensar, a producir conocimientos. Hoy vemos en la Facultad de Agronomía de la UCV, muchachas y muchachos que creen en los transgénicos, que creen que la Monsanto es el Dios todopoderoso de la verdad científico técnica de lo que es el ámbito de la producción animal y de la producción agrícola.
Entonces, este ingreso libre, irrestricto y planificado también debe garantizar la gratuidad y debe priorizar a los que son mayoría en el país, los sectores populares, los hijos de las trabajadoras y trabajadores. Esto lo hemos venido planteando a través de la lucha de los bachilleres sin cupo, que no son luchas nuestras, son luchas históricas del movimiento revolucionario. El año pasado tuvimos una experiencia bien importante y este año estamos realizando un trabajo directamente con los 5to año de algunos liceos pilotos.
En el año 2009, la UNESCO, la organización de la educación de las Naciones Unidas estableció en Francia que la educación dejaba de ser un servicio público y se constituía en un bien público, claro, sabemos cual es la posición de las Naciones Unidas, pero nosotros podemos ampararnos y entre muchas otras cosas, nos amparamos en la ración histórica de que la educación no puede ser para unas minorías sino para todas y todos y por eso estamos planteando esta idea del ingreso libre, irrestricto y planificado.
En segunda instancia se ha hablado mucho del voto paritario. Nosotros en ese segundo punto hablamos de la democracia universitaria y ponemos democracia universitaria, dos puntos, Consejo del Poder Popular. Creemos que la democracia procedimental, en términos de Norberto Bobbio, nos plantea precisamente la universalización del voto, la conquista de que las mujeres voten, en este caso la universidad que es una lucha que se logró en el siglo XIX e inicio del siglo XX por el derecho de todas y todos en el caso de las universidades, los profesores, trabajadores y empleados administrativos y los estudiantes en calidad de igualdad. Nos parece positivo que conquisten la igualdad del voto, la universalización del derecho al voto, cuestión que no significa o que no es igual a paridad del voto. La paridad del voto para nosotros es una concepción gremialista, donde habrá un porcentual para cada gremio que compone la comunidad universitaria. Creemos que debe ser cada persona un voto, la universalización del voto, pero esta debe ser complementaria a la esencia de la nueva democracia que creemos las revolucionarias y los revolucionarios, quienes apostamos de una democracia radical a una democracia participativa y protagónica, una democracia que sustente nuevas relaciones de poder en el marco de una sociedad alternativa al capitalismo, la sociedad socialista. Creemos que la democracia no se sustenta en el voto, se sustenta en asamblea, se sustenta en nuevas formas de concebir la participación y los consejos del poder popular son expresión genuina de esa posible democracia, son el germen de esa nueva democracia.
En la universidad venezolana deben estar consejo de trabajadores y los consejos estudiantiles. Creemos que ese era un avance muy importante, un avance sustantivo, una revolución epistemológica y una revolución política muy importante que reivindica las banderas de la igualdad y la democracia puertas internas de la universidad, entonces, para nosotros esa democracia es precisamente los consejos del poder popular y esa democracia, cuando hablamos del consejo del poder popular y la complementariedad de estos consejos con la universalización del voto y las asambleas permanentes de carácter vinculante, hablamos también que debemos desconcentrar el poder. Hoy las universidades autónomas tiene los Consejos Universitarios, donde se concentran de manera medieval el poder, creemos que hay que desconcentrar ese poder, pero eso pasa por universalizar el voto, por configurar los consejos del poder popular y, por ende, constituir un nuevo entramado jurídico y político, a su vez, una nueva concepción de la participación (...)
La lucha por un presupuesto justo, que ha sido concretado en esta Revolución, recordemos todas las luchas por el presupuesto justo, por el reconocimiento a la autonomía que se dieron en los años 80 y 90, hoy han sido materializados con una inversión mayor de 9 % del PIB (Producto Interno Bruto) a la educación y particularmente, la educación universitaria. Insistimos que ese no es el debate central (...) el problema en cuanto al presupuesto es que no hay un control social y no hay una construcción de las políticas presupuestarias enfocadas en un nueva lógica, que trascienda los tres parámetros tradicionales fundamentales que son la docencia, la investigación y la extensión.
Creemos y los números lo dicen, que hay una desproporción en torno al presupuesto universitario. Vemos más de 53,87% del presupuesto destinado del año 2009, por ejemplo, a cinco universidades autónomas que contemplan no más de 240 mil estudiantes y vemos la Unefa (Universidad de la Fuerza Armada) que recibe menos de 3,8 % y forma a más de estos 240 mil estudiantes de las universidades autónomas. Proponemos que la política presupuestaria se constituya y se configure por matrícula, que el Estado invierta por estudiante y eso implica reconocer cargas académicas, planta física, etc, es una idea que estamos construyendo, hablamos de homologación de presupuesto a través del control social.
Otro punto sería la territorialización. Hay algunos ejemplos muy importantes con respecto a la municipalización, creemos que no es suficiente, sin embargo, se han creado la Universidades Politécnicas Territoriales, que son universidades que pueden sesionar, participar en el proceso socioproductivo en diferentes municipios de diferentes estados, en unas áreas geopolíticamente hablando, que tienen coincidencias geográficas, socioculturales; sin embargo, para nosotros la territorialización de la educación universitaria significa la unión del estudio y el trabajo, es la superación de esa separación estupefaciente entre el trabajo intelectual y el trabajo manual, entre la teoría y la práctica, es decir, la territorialización para nosotros es la universidad en la calle, la universidad ha tumbado sus murallas, ya no es un recinto, es la fábrica, es la unión del estudio con el trabajo.
Un último punto es el conocimiento con pertinencia social. Creemos que es limitado ese concepto de pertinencia social, pero estamos en creación, en estudio y hemos venido para debatir, aprender, pero para nosotros el conocimiento de las universidades del país no debe centrarse en interpretar el mundo sino en transformar el mundo, la premisa de Marx de la tesis número 11, que hablaba de esa noción antigua de que los filósofos se han dedicado a interpretar el mundo, pero lo que se trata es de transformarlo, esa es la universidad que tenemos y no estamos de acuerdo con esa universidad, queremos una universidad que sueñe, que piense, que revolucione el mundo y para eso el conocimiento debe tener pertinencia con la realidad.