Ayer, 10 de Abril de 2012, activistas populares, luchadores y luchadoras sociales y políticos de la revolución, que formaron parte de la Asamblea Popular Revolucionaria, instancia de movilización antigolpista que actuó el 11 de Abril de 2002, se reencontraron en el Museo Boliviano (Esquina de Pajaritos) para conmemorar y recuperar sus experiencias, así como para volver a colocarse en posición de alerta. Contemos parte de esa historia.
El 11 de Abril de 2002, una combinación de factores empresariales, organizaciones y políticos de derecha, la jerarquía eclesiástica, la vieja y podrida burocracia sindicalera de la IV República, medios de desinformación de la burguesía (sus televisoras, prensa y cadenas de radio) y una supuesta “sociedad civil” compuesta por ONGs de los sectores privilegiados y acomodados; todos ellos como mascarón de proa de un golpe militar, lanzaron, tras un paro general de carácter patronal, una movilización masiva cuyo objetivo era asaltar la sede del gobierno y derribar (desalojar o asesinar) al presidente Hugo Chávez. Sus hilos fueron movidos desde Washington y a través de la Embajada De los EE.UU. en Venezuela.
Se trataba de una nueva intentona, tras el fallido “paro Cívico” de diciembre de 2001, de la burguesía y el imperialismo contra el rumbo iniciado por las Leyes de la Habilitante, que tocaban sentiblemente los intereses del capital industrial, las transnacionales petroleras y la burguesía agraria, como expresión de avance de la revolución bolivariana.
El gobierno, con el Caballo de Troya golpista por dentro, en las instituciones y en la estructura militar, se encontraba semi-neutralizado y apostaba a enfrentar la situación desde el aparato del Estado, sin involucrar al pueblo, por temor a una grave confrontación violenta con hechos de sangre. Por eso no hubo un llamado oficial oportuno para que el pueblo acudiese en defensa de Miraflores.
Sectores del movimiento popular tenían muy claro que no había otra alternativa que el involucramiento directo del sujeto social del proceso revolucionario, porque el resultado de un golpe triunfante podía costar más violencia y más sangre que la resistencia antigolpista. "El 10 de Abril del 2002 en el salón “Andrés Eloy Blanco”, de la Alcaldía del Municipio Libertador de Caracas, al final de la tarde, se reunieron con carácter de urgencia diversas organizaciones populares quienes presenciaban la ofensiva conspirativa que ya se cernía sobre el palacio de Miraflores. Esa tarde se constituyó la Asamblea Popular Revolucionaria la cual planificó un conjunto de acciones para hacerle frente a la conspiración, entre esas acciones estaba la de convocar al pueblo a una concentración en el palacio de Miraflores, propuesta con la que no estaban muy de acuerdo y que fue ignorada por sectores oficiales que preferían encomendar las cosas al aparato del Estado (minado por los golpistas) en lugar de recurrir al pueblo constituyente. En la madrugada del 11 de Abril, la Asamblea Popular Revolucionaria imprimió y repartió un volante (el único que salió), que llamaba a movilizarse para la defensa del palacio de Gobierno. Esto contribuyó a concentrar algunas fuerzas en los alrededores de Miraflores, Puente Llaguno y abajo en la Av. Baralt. El presente documento tiene un valor histórico sustantivo pues reivindica la vocación popular de los acontecimientos del 11, 12, 13 y 14 de Abril del 2002.
Casi 100 mil volantes como este fueron repartidos en las barriadas de Caracas antes del amanecer del 11 A. Junto con los volantes, los mensajitos de texto, las llamadas, los correos electrónicos, las arengas en los barrios, la radio-bemba, los motorizados, el tú a tú... La concentración de Puente Llaguno fue muy importante, porque bloqueó el paso a una de las rutas principales del golpismo, que con la Policía Metropolitana del alcalde fascista Alfredo Peña (ex miembro del gobierno), trató de abrir una brecha para el asalto del Palacio de Miraflores, sede del gobierno bolivariano; intentó hacerlo a sangre y fuego, pero el pueblo revolucionario, con los valientes defensores de Puente Llaguno, se lo impidió y obligó al cambio de los planes golpistas, que se vieron obligados a mostrar la cara militar oculta que actuaba bajo la apariencia de una movilización civil.
Aporrea nació de este espacio de articulación del movimiento popular caraqueño para enfrentar al golpe de Estado de abril de 2002. Nació de las jornadas del 11, 12 y 13 de Abril.
Tras constituirse la Asamblea Popular Revolucionaria (APR) el 10 de abril y promover el "tapón popular para defender a Miraflores" el 11 de Abril, así como la estimulación y participación en la gran movilización del 13 de Abril que permitió, animar y entrar en conjunción con las fuerzas militares leales, la recuperación de la presidencia por el Comandante Chávez y el restablecimiento del régimen constitucional constitucional; esta instancia de los colectivos y movimientos de Caracas (la APR) se abocó a organizar e impulsar el I Encuentro Nacional de Organizaciones Populares con Chávez, que se hizo en septiembre de 2002.
Aporrea, cuyo nombre viene de la Asamblea Popular Revolucionaria, se comenzó a crear después del golpe, como medio de comunicación de la APR para la resistencia contra la dictadura contrarrevolucionaria, que fue derrumbada rápidamente por el pueblo, el 13 de Abril, pero el Sitio Web Aporrea.org aparececió en Internet el 14 de mayo de 2002, y uno de sus objetivos fundamentales fue promover el I Encuentro Nacional de Organizaciones Populares con el Presidente, publicar los documentos y propuestas programáticas de lucha, a lo que se fue agregando la información de los luchadores y luchadoras populares que surgía de la movilización de calle en la confrontación con la derecha, que pataleaba después de su derrota y se encaminaba hacia el paro-sabotaje petrolero. La página se convirtió en el espacio para los datos de inteligencia social, alertas tempranas, denuncias, llamados a la movilización, reportes de lucha y debates sobre la experiencia revolucionaria, la situación y los dilemas posteriores a los hechos de abril de 2002. Fue desde allí, desde la Asamblea Popular Revolucionaria, que fue lanzada por primera vez la consigna: ¡Si vienen como el 11, saldremos como el 13!
Desde entonces han pasado ocho años y seguimos en pie, gritando la voz del pueblo, para continuar defendiendo la revolución, enfrentar a la contrarrevolución y empujar hacia la profundización del proceso, contra la burguesía, contra el imperialismo, y contra el cáncer traicionero de la burocracia, que atenta contra el proyecto revolucionario y contra la consumación de nuestros sueños libertarios de acabar con el capitalismo, la explotación y la opresión. Frente a todos estos fantasmas, desde Internet y en la calle viva, con los trabajadores y trabajadoras, con las comunidades: Rompiendo el cerco mediático, construyendo la comunicación popular, ofreciendo uno de los principales espacios para la crítica revolucionaria y contribuyendo a impulsar las luchas.
La lección principal, es que solo el pueblo salva al pueblo, que las instituciones del Estado y el gobierno bolivariano no pueden garantizar por sí solas la defensa de la revolución sin la movilización popular combativa. La movilización popular antigolpista era indispensable y hubo quienes pensaron que podían controlar la situación en el interior de las instituciones o de la Fuerza Armada, sin el pueblo como actor principal. Otra lección es que la conspiración golpista no procede sólo desde afuera (burguesía-imperialismo) sino que también se gesta desde adentro del aparato del Estado y por eso la necesidad de su transformación y de su pleno control por la clase trabajadora y por el pueblo. Otra es la importancia de la autonomía y la iniciativa popular: el pueblo se movió por sí solo, por instinto, rompió la pasividad oficial y acertó; lo hizo el 11 de Abril, pero la fuerza no fue suficiente porque todos esperábamos que nos llamase el gobierno y el gobierno cayó; o volvió a hacer el 13 de Abril, logró la conjunción cívico-militar y salvó al proceso, trajo de nuevo al presidente Chávez, restableció la Constitución Bolivariana y aquí seguimos todavía, enfrentando guarimba tras guarimba, forcejeando para remover todas las trabas y abrirle paso a la transición al socialismo.
Vea también:
PROPUESTA PROGRAMÁTICA INICIAL PARA LA ASAMBLEA POPULAR REVOLUCIONARIA: