Washington, 07 Sep. ABN.- El temor a una epidemia por la contaminación de las aguas en Nueva Orleans obligó al alcalde, Ray Nagin, a ordenar la retirada forzosa de los residentes que se rehúsen a abandonar la ciudad.
La medida fue tomada tras la advertencia de que la ciudad podría estar contaminada con tóxicos por meses e incluso años por lo que Nagin autorizó a la policía la evacuación de la población a las buenas o a las malas, reporta Prensa Latina.
En virtud de esa declaración, la policía y el ejército tienen la potestad de sacar por la fuerza a quienes han persistido en la negativa de dejar sus propiedades.
"Es un riesgo de salud. Hay tóxicos en el agua, hay escapes de gas donde podríamos tener explosiones", expresó el alcalde.
Miles de habitantes cuestionan la orden oficial y rehúsan salir de la ciudad, pese a que la contaminación de las aguas ya mató a cinco personas por cólera, de acuerdo con reportes periodísticos divulgados aquí.
Cadáveres putrefactos, desechos humanos, vehículos, van surgiendo en la medida en que son drenadas las aguas, escapadas de los diques rotos por el paso del poderoso huracán Katrina.
En tanto, llueven las críticas, incluso dentro del propio partido republicano, sobre el presidente, George W. Bush, por su lenta respuesta a la crisis.
La senadora Susan Collins considera que el Gobierno no ha estado a la altura de los circunstancias, descontento que legisladores han expresado en privado a miembros del gabinete de Bush.
El mandatario estadounidense no suspendió sus vacaciones tras el azote del ciclón en Lousiana, Mississippi y Alabama, estados donde la mayoría de la población es negra y pobre.
Bush sólo sobrevoló las regiones afectadas dos días después del paso de Katrina y demoró otros más en poner los pies.
Durante mucho tiempo, expertos advirtieron que Nueva Orleans, una ciudad rodeada de agua y por debajo del nivel del mar, podría ser víctima de daños severos a causa del azote de un huracán.
Sin embargo, la actual administración redujo el financiamiento para la manutención de los diques que contienen al río Mississippi y al lago Pontchartrain, el cual se desbordó sobre la ciudad.
"Con el tiempo descubriré qué salió bien y qué salió mal", dijo Bush para defenderse de las críticas por su actitud ante la catástrofe.