Ante la situación que se ha suscitado en los últimos días en PDVSA Occidente, donde se ha desarrollado una protesta de los trabajadores de esa área petrolera, exigiendo la absorción de todos los que operan los taladros que pasarán a manos del Estado, en el marco del proceso de migración a empresas mixtas, conversamos con José Bodas, secretario general de Fedepetrol-Anzoátegui y miembro de la Corriente Clasista, Unitaria, Revolucionaria y Autónoma (C-CURA).
El ministro Ramírez ha afirmado en la prensa nacional que la situación en PDVSA es normal, ¿realmente es así?
Definitivamente el ministro Ramírez está absolutamente desinformado de lo que sucede en PDVSA. Quizás la situación sea normal para la nueva meritocracia bolivariana, apoltronada en sus sillones y con los bolsillos llenos, pero no lo es para los trabajadores que defendieron contra viento y marea nuestra principal industria en el paro-sabotaje golpista e imperialista. En este momento PDVSA es una bomba de tiempo a punto de estallar. Los trabajadores petroleros vivimos en una zozobra permanente. El contrato colectivo no avanza y se ha convertido en una “caja negra” de la que nadie sabe nada, mientras la inflación se sigue comiendo el nivel de vida de los trabajadores. La violación de la contratación colectiva actualmente vigente es el “pan nuestro de cada día”. Nuestros derechos como trabajadores de la principal industria del país son violados permanentemente. Todos los días hay un conflicto en alguna área. La paciencia se está colmando, y lo sucedido en PDVSA Occidente con la cuestión de los taladros no es sino una muestra de esta situación insostenible que se vive en PDVSA.
¿Qué ha sucedido realmente en PDVSA Occidente?
No es como dice el ministro Ramírez, los únicos que están generando irregularidades en PDVSA es la propia empresa y su gerencia. Es cierto que se han producido despidos en los últimos meses, incluso se sigue aplicando la tristemente célebre “lista Tascón”. Los trabajadores que desde hace años operan los taladros en el occidente del país, así como en Monagas, están preocupados con razón por su estabilidad laboral, debido a que el gobierno está utilizando reservistas para operar los taladros que pasarán de manos privadas a las del Estado, tal como también se está haciendo en el Metro de Caracas, lo cual refleja que existe una peligrosa política de militarización de empresas estratégicas por parte del gobierno. Hasta ahora no hay ninguna garantía de que estos trabajadores sean absorbidos e incorporados a la nómina de PDVSA, sólo con la movilización y la lucha se podrá lograr esto. Por otra parte, en este momento hay por lo menos cuatro taladros paralizados, lo cual, sin duda, está afectando la producción petrolera en el occidente del país, en ese sentido, lo dicho por el ministro Ramírez refleja desconocimiento o una actitud intencional de ocultar los verdaderos hechos. En todo caso, es la gerencia de PDVSA la única responsable de la reducción de la producción petrolera en el Zulia.
El ministro Ramírez ha dicho que la situación planteada en occidente ha sido generada por las contratistas privadas y por la dirigencia sindical…
Esto es falso, la lucha de más de 1000 trabajadores que paralizaron la producción en días pasados en el Zulia no es para defender intereses imperialistas o de empresas privadas, por el contrario es una justa lucha en defensa de los derechos laborales, así como por la absorción automática y sin restricciones de todos los trabajadores que desde hace años vienen operando esos taladros. El ministro habla de “sindicaleros” que estarían propiciando esta situación, pero el que ha pactado con la burocracia sindical de la IV y de la V, y le ha dado alas a los sindicaleros es el propio gobierno, que trató de montar a través del ministerio del Trabajo y con esos sindicaleros de que habla el ministro, una federación sindical fantasma, e igualmente designó a dedo y en alianza con los burócratas sindicales, unos supuestos representantes de los trabajadores en la ilegítima comisión negociadora del contrato. Nosotros decimos con toda claridad que no hay normalidad en PDVSA, y que lo que suceda allí es responsabilidad fundamental del gobierno y de la gerencia de la empresa.
¿Cómo va la campaña de firmas en defensa del contrato colectivo?
Ya hoy iniciamos una campaña nacional de recolección de firmas exigiendo que se acelere la discusión de nuestra contratación colectiva, por el desconocimiento de la actual comisión negociadora y por la designación de nuevos representantes de los trabajadores escogidos por la base y con participación de los sindicatos legitimados. Esperamos que cientos de dirigentes sindicales y trabajadores se incorporen a esta actividad, que debe concluir con la recolección unas 20 mil a 30 mil firmas en todas las áreas petroleras.