El embajador de Argentina en México, Jorge Raúl Yoma, afirma: el ex presidente Vicente Fox generó un encontronazo con la mayoría de los pueblos latinoamericanos, al asumirse como "abanderado" de temas que "nada tenían que ver con los intereses de su pueblo" y de la región, y esa es la diferencia entre él y su sucesor. El presidente Felipe Calderón "no es un instrumento de la política exterior estadunidense en América Latina", considera.
El diplomático apunta hacia dos episodios que abrazó el ex presidente como causas propias, y que sólo trajeron como "efecto inmediato el alejamiento político de México hacia América Latina": el Area de Libre Comercio de las Américas (ALCA) y Cuba.
Yoma opina que Felipe Calderón "está saldando el error" cometido por Vicente Fox de distanciarse de los pueblos latinoamericanos y, confiado, dice no tener dudas de que en un futuro muy cercano "tanto Venezuela como Cuba van a restablecer esa relación tan histórica y maravillosa que tuvieron con México".
En entrevista con este diario, en vísperas de la visita del presidente Néstor Kirchner a nuestro país, quien el próximo lunes firmará con su similar mexicano un acuerdo de asociación estratégica, cuyo objetivo es elevar la relación bilateral a un "plano superior", Jorge Raúl Yoma habla de las expectativas con la administración actual, la discusión entre derechas e izquierdas en la región, no sin advertir sobre los riesgos de que los gobiernos permitan la acumulación excesiva de la riqueza en pocas manos: "que recuerden lo que pasó en Argentina".
-¿Cómo se vislumbra la relación con el gobierno de Felipe Calderón, en comparación con la que se tuvo con Vicente Fox?
-Son dos estilos distintos. Para nosotros son dos presidentes muy respetables. Tenemos un gran recuerdo del presidente Fox porque nos visitó en lo peor de la crisis de Argentina, en 2002, y pudimos celebrar este convenio que liberó el mercado automotriz que duplicó las exportaciones entre Argentina y México... Luego tuvo una parte que no tenemos muy clara sobre la agenda regional en Latinoamérica. Entonces se instaló el tema del ALCA, una propuesta a todas luces desacertada para nosotros porque no tiene nada que ver con intereses de América Latina.
"El presidente Fox se transformó en un abanderado de ello. Fue a la cumbre de Mar del Plata con esa propuesta, que no estaba en la agenda de los temas; trató de impulsarla y generó un encontronazo o un fuerte rechazo no sólo de Argentina, sino de Brasil, de Venezuela, la mayoría de los países reaccionaron".
-¿Qué costos tuvo para México?
-No quisiera hablar de costos porque no me corresponde, pero creo que sí, el efecto inmediato fue el alejamiento político de México hacia América Latina; además de ello, había otras situaciones como la de Cuba; fueron varios episodios. América Latina venía llevando a cabo una política común y México era, inclusive, uno de los principales protagonistas que lamentablemente produjo ese desencuentro. Creo que esa es la diferencia fundamental que vemos con el presidente Calderón, que hay una impronta latinoamericanista que valoramos y queremos corresponder.
-En declaraciones a este diario, Felipe Calderón señaló que no permitiría que Estados Unidos lo usara como ariete para golpear a la izquierda latinoamericana, ¿qué opina?
-Lo que sí está claro es que hoy el gobierno tiene mucha personalidad. Digamos que no es instrumento de la política exterior estadunidense en América Latina... Si en algún momento alguien pudo pensar que lo era en otro tiempo de la historia; por ejemplo, en el tema del ALCA está claro que lo que dice se ajusta a los hechos de lo que es la política de México hoy: independiente, autónoma, firme.
-¿Qué ha pasado con el ALCA, es un proyecto muerto?
-Nació muerto porque es un proyecto de gran potencia que miraba a sus hermanos del continente exclusivamente desde su interés... Creo que lo importante es lo que surja de América Latina como propuesta, como perfil.
-¿Es viable la Alternativa Bolivariana para las Américas planteada por Hugo Chávez?
-Más allá del nombre, que es una cuestión semántica, creo que se están dando pasos firmes hacia la unidad latinoamericana... El hecho de que vengan Kirchner, Lula, los principales países del Mercosur, con el presidente Calderón, es un momento formidable para América Latina. Todos tenemos la esperanza, por la actitud positiva del presidente Calderón, y también lo vemos del presidente Chávez, de que se pueda terminar con el problema entre México y Venezuela y restablecer relaciones.
-¿Se puede cumplir con las expectativas de los más necesitados a partir de acuerdos con la derecha y con los grandes capitales?
-En la medida en que se respete la legislación y las normas de cada país, los grandes capitales pueden servir para el crecimiento de nuestros pueblos; cuando los grandes capitales van a hacer concentraciones económicas pasa lo que ocurrió en Argentina... El problema no es en sí el gran capital, sino las normas internas de cada país que permiten que se desarrollen inversiones con acumulación excesiva de la riqueza en pocas manos.
"Entonces, una de las grandes lecciones de la crisis bancaria de Argentina y del movimiento de los piqueteros es que no se pueden tomar a pie juntillas las recetas neoliberales ni aceptar proyectos ajenos a la realidad latinoamericana.
"Primero eso y, segundo, la cobardía de parte de la dirigencia que sabiendo que el sistema de convertibilidad iba a colapsar, nadie se animaba a tomar la decisión de devaluar... Pero, obviamente, las recetas neoliberales en América Latina han tenido efectos sociales muy graves, uno de ellos ha sido Argentina".
-¿Hasta qué punto abrió esto el camino para un gobierno progresista?
-No hay ninguna duda de que el advenimiento de los sectores progresistas al gobierno en Latinoamérica tiene que ver con eso, con la necesidad de mejorar la distribución del ingreso de nuestros países.
-¿Qué diría a las naciones que no logran hacer lo anterior? México es uno de los países con mayor desigualdad en la región.
-Que recuerden lo que pasó en Argentina. Pudimos salir relativamente rápido, en dos, tres años hemos superado la crisis gracias al acceso masivo a la educación. El 90 por ciento de los argentinos tienen acceso a la universidad... Creo que América Latina tiene que esforzarse en aumentar el ingreso de los sectores más postergados a los niveles del conocimiento.
-Hay quienes consideran que se debe borrar la distinción entre derechas e izquierdas en la región, ¿usted qué piensa?
-No. Obviamente las ideologías no han muerto. Suscribo lo que decía el general Juan Perón: que en política exterior no había diferencias ideológicas sino intereses comunes de los pueblos.