Londres - 11/08/2007. - La censura se impone en las Fuerzas Armadas británicas. Una orden emitida por el departamento de comunicación de los tres ejércitos prohíbe a su personal entablar conversaciones en materia de defensa con el resto de la sociedad.
La medida extraordinaria, que ayer desveló el diario The Guardian, se extiende a la participación de soldados, marineros y personal de aire en debates, sondeos, vídeos y concursos en radio y televisión. También abarca a las nuevas tecnologías, de forma que los militares de graduación baja tienen vetada la comunicación a través de los populares blogs y mensajes electrónicos sin previa autorización. Esta decisión se produce en un momento en que la guerra de Irak es cada vez más impopular y en medio de un incremento de las muertes de soldados en combate.
La nueva normativa está destinada a "ayudar a mantener y, si es posible, a mejorar la reputación" del Ministerio de Defensa británico, según recoge el rotativo. El eco de la censura saltó inmediatamente al ciberespacio. Ayer, la página de Internet de The Army Rumour Service ("servicio de los rumores del ejército"; arrse.co.uk) recogía sarcásticos mensajes de sus usuarios, los mismos soldados a quienes están enfocadas las restricciones. "¿Qué son temas de defensa?", preguntaba un internauta. "Sólo podemos comentar sobre resultados de rugby y sobre el tiempo", se jactaba otro. "Nuestros superiores se distancian cada vez más de los chicos en el terreno", criticaba un tercero.
Otro usuario proponía incluso una revuelta para revertir la situación: "Pidamos todos permiso para hablar con nuestras madres sobre defensa. Cuando reciban 4.000 solicitudes, caerán en la cuenta".
El personal de las Fuerzas Armadas está sujeto a la Ley de Secretos Oficiales. Los soldados o marineros deben procurarse autorización oficial antes de hablar con los medios de comunicación sobre la vida militar o sobre operaciones en el campo de batalla. Los blogs y mensajes electrónicos quedaban en la práctica, sin embargo, fuera del radio de control militar. "Cumplir con la legislación es responsabilidad de cada individuo", se repetía ayer en la web de los soldados. Muchos achacan a sus superiores las más dañinas filtraciones sobre las operaciones en Irak y Afganistán a la prensa británica.
El Ministerio de Defensa hizo el ridículo, además de provocar una crisis interna de confianza, al permitir a dos marineros vender a los medios de comunicación la historia de su cautiverio en Irán, la pasada primavera. Esta práctica está ya prohibida y, de acuerdo con un portavoz ministerial, la nueva normativa no representa censura, sino que sólo pretende aclarar y actualizar las normas de comportamiento que se exige de cualquier miembro del Ejército.